Con un escueto comunicado emitido en la noche de este lunes, la Municipalidad de Córdoba anunció que el intendente Daniel Passerini aceptó la renuncia recientemente presentada por el comisario mayor retirado, Claudio Vignetta, a la secretaría de Seguridad y Prevención Comunitaria.
En su lugar se desempeñará transitoriamente Juan Manuel Aráoz, administrador General de la Justicia Administrativa de Faltas de la capital y hombre que se mantiene en las órbitas cercanas al gobernador Martín Llaryora desde hace 20 años.
La comunicación oficial del cambio en el gabinete municipal, cursada cuando la atención de la sociedad cordobesa estaba centrada en la misa celebrada en honor al papa Francisco, señala que la dimisión de Vignetta obedece a razones familiares.
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Juan Manuel Aráoz será el responsable de la cartera de Seguridad de Daniel Passerini.
La especie fue confirmada a este medio por fuentes calificadas, quienes aseguraron que el ya exfuncionario ha optado por estar más cerca de su familia en estos momentos. En ese marco, destacaron su compromiso para cumplir con su tarea.
La decisión de Daniel Passerini
Sin embargo, a nadie escapa que la salida del secretario de Seguridad llega en un momento en que se incrementan las críticas por la inseguridad en distintas zonas de la ciudad capital.
Como contara Letra P, a partir de una encuesta que llamó la atención en despachos varios, algunos de dichos cuestionamientos apuntan al rol de la Guardia Urbana, fuerza de seguridad que se encontraba bajo la órbita del también exsecretario de Gestión de Riesgo Climático y catástrofes de la Provincia.
Se sabe, la seguridad es un concepto clave para las administraciones del Partido Cordobés. Su presencia entre las principales preocupaciones de la ciudadanía es motivo de inquietud tanto en el Palacio 6 de Julio como en la Gobernación.
Sobre ese trasfondo se debe leer la creación y posterior expansión de las Guardias Urbanas municipales, con formaciones facultadas para intervenir ante delitos en flagrancia. En toda la provincia ya son 100 las localidades que cuentan con las también denominadas Guardias Locales de Prevención y Convivencia.
En la capital, primera administración en aprobar su incorporación vía ordenanza, el intendente prometió duplicar la cantidad de kilómetros cubiertos por sus patrullas durante el 2025. Más aún, en su entorno califican como positiva su tarea, remarcando que muchas de las críticas provienen precisamente de aquellos cuadrantes que no cuentan con sus recorridos aún.
Más críticas en Córdoba
Los cuestionamientos a Vignetta como responsable de las Guardias Urbanas remontan a la puesta en marcha oficial de esta fuerza preventiva.
En marzo del pasado año, concejales de la Unión Cívica Radical (UCR) denunciaron que habían detectado irregularidades en la compra de los uniformes correspondientes a una empresa de reciente conformación y sin experiencia en el rubro.
Aunque el intendente anuló el proceso de compra directa y ordenó una licitación, el excomisario debió digerir la remoción del también comisario retirado Walter Luján, el responsable de la logística de la Guardia Urbana.
Cinco meses después, una nueva acusación cayó sobre la administración de seguridad. El mismo bloque opositor expuso que los móviles definidos como patrulleros registraban cuantiosas deudas por infracciones de tránsito.
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Pese a que la Municipalidad restó entidad a tales críticas, señalando razones operativas “de sentido común”, el malestar tornó indisimulable. En corrillos de la intendencia no faltaron voces que señalaron que, pese al buen vínculo de la cúspide del gobierno de la ciudad con Vignetta, éste no era uno de los nombres propios del passerinsmo.
Finalmente, tras meses de rumores, el también docente de la Universidad de Villa María pasó a integrar la escueta nómina de recambios en la gestión iniciada en diciembre del 2023. Junto a él destacan el exsecretario de Movilidad Urbana, Gabriel Bermúdez, y el ex director general de Promoción de Clubes Sociales y Deportivos, Guillermo Kraisman.
El peronismo de Martín Llaryora
Transitoriamente a cargo de la caliente silla de Seguridad quedará Juan Manuel Aráoz, titular de la Justicia Administrativa de Faltas de la ciudad.
Se trata de un nombre de bajo perfil pero largamente reconocido en el mundillo político mediterráneo. Hijo de Julio César “Chiche” Aráoz, exministro de Salud y Acción Social, exsecretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha Contra el Narcotráfico, ambos cargos durante las presidencias de Carlos Menem, el también abogado mantiene un vínculo ya histórico con el gobernador Llaryora.
Ambos fueron parte de “El peronismo que viene”, la corriente con la que impulsaron, hace unos 20 años, una renovación en el justicialismo cordobés, junto a dirigentes como Juan Manuel Cid y Juan Domingo Viola, entre otros.
Durante el paso de Llaryora por la intendencia capitalina, Aráoz se desempeñó como director de Asuntos Legales de la Justicia Administrativa Municipal de Faltas. Cuatro años después, Passerini renovó su confianza en él.
En la noche de este lunes, de vuelta de la misa celebrada en la Catedral de Córdoba, el también referente de la fundación Idear Córdoba, asume un desafío candente. En sus propias palabras, tendrá como metas “mejorar los índices de convivencia en la ciudad” y la integración de los equipos municipales con los provinciales “con ayuda de la tecnología y la ciencia de datos”.