En medio de la tensión por la estrategia para las elecciones 2025, Oscar Agost Carreño convocó a internas en el PRO de Córdoba. Tres opciones se presentan ante la tribu amarilla: la posibilidad de jugar con lista propia o aplicar la RCP a Juntos por el Cambio, aliarse formalmente a Javier Milei o aportar a la transversalidad de Martín Llaryora.
En la provincia que supo ser la base de las victorias de Mauricio Macri, el PRO está comandado por un diputado que forma parte del bloque Encuentro Federal, que preside Miguel Ángel Pichetto y del que participa el cordobesismo, y que no quiere “saber nada” con Milei.
En ese marco, pensar en unificar una postura resulta cada vez más complejo y no sólo en Córdoba. Aunque hay distintas miradas sobre la utilidad de la herramienta partidaria, lo cierto que la instancia institucional para empezar a definir el rumbo del partido fue fechada este lunes por las autoridades provinciales para el 22 de febrero del año entrante.
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“Los partidos políticos, y en especial el PRO, deben dar señales claras de transparencia y democracia, en momentos en que una considerable parte de la sociedad pone en crisis a las instituciones políticas y a sus integrantes”, escribió Agost Carreño en la convocatoria en la que reafirma que seguirá “defendiendo con vehemencia la autonomía que la ley reconoce a los partidos de distrito”.
Entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich
El PRO de Córdoba tiene más de 18 mil personas afiliadas. El presidente del partido suele jactarse de ese número, que supera al de la Ciudad de Buenos Aires, cuna del partido fundado por Macri. Por esa razón, el peso de las decisiones que se toman en la provincia no son simbólicamente menores.
Con el agregado de la aspiradora llaryorista que se llevó un puñado de dirigentes amarillos a su armado cordobesista, la discusión del PRO parece bifurcarse entre dos caminos: la idea macrista de tensionar con Milei para dividir listas o, eventualmente, lograr que el Congreso no elimine las primarias para ir a unas PASO que definan las listas de un armado conjunto; y la propuesta del sector que responde a Patricia Bullrich que propone alinearse con el Presidente.
Agost Carreño no quiere saber nada con Milei, a quien apunta como el principal factor de división del PRO. “Estas elecciones internas son trascendentales para seguir construyendo un PRO Córdoba más fuerte, representativo y conectado con sus valores fundamentales”, escribió, dejando en claro una postura que en sus argumentos se parece mucho a lo defendido por Macri en la discusión por la conducción nacional, aunque estratégicamente se paren desde en lugares distintos.
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Oscar Agost Carreño en su banca en Diputados, junto a referentes del cordobesismo como Ignacio García Aresca y Carlos Gutiérrez.
Como oportunamente contó Letra P, esas diferencias fueron explicitadas por el propio Macri en su última visita a la Bolsa de Comercio de Córdoba, donde dijo “lamentar” que el presidente del PRO de Córdoba “vote sistemáticamente en contra de lo que vota su partido”. El diputado, presente en el recinto, le contestó un rato más tarde, a través de las redes sociales.
“Sigo construyento y creyendo en el PRO que siempre ha luchado por la defensa de la educación pública, la calidad institucional y en la dignidad de nuestra adultos mayores. Siempre del mismo lado”, escribió.
Nada que ver con Javier Milei
La discusión que el diputado evidencia en el fondo del debate en el PRO es la que define las distancias con el Presidente y, puntualmente, con su partido. En Córdoba, como en el resto del país, los armadores de La Libertad Avanza sostienen que su partido necesita llegar a las elecciones de medio término con listas que lleven a “los propios” o “los puros” a la cabeza.
La intención de la fuerza presidida por Karina Milei es dejar de depender de las alquimias electorales que llevaron a Milei a la Casa Rosada, pero que después le trajeron más de un dolor de cabeza a los estrategas libertarios. Los resultados, sin embargo, no fueron tan malos.
En ese sentido, Gabriel Bornoroni responde al mandato de El Jefe y construye sin pensar en quienes vengan a golpear la puerta cuando las listas estén por cerrarse. Ya dijo que quienes quieran sumar deberán hacerlo en los términos en los que funciona el oficialismo: el apoyo irrestricto a las ideas del Presidente. Algo con lo que Agost Carreño está lejos de acordar.
Las tensiones por resolver en el PRO
Con todo, nadie en el espacio amarillo parece estar de acuerdo con la posibilidad de alcanzar una lista de unidad en poco más de dos meses. Con el año en tiempo de descuento y la agenda política y legislativa cargada en la provincia, esos acercamientos podrían producirse en enero, aunque el escepticismo sea la moneda de cambio ante cada consulta.
Con la elección convocada se abrirá un debate en que las posturas quedarán oficialmente expuestas. Macri, que es el presidente del PRO a nivel nacional, llamó a “resolver” el tema de la conducción de Agost Carreño que se afirmó en su cargo y dijo que para echarlo deberían intervenir el partido. Hubo amagues, pero finalmente no sucedió.
Con la convocatoria oficializada, el diputado dio el primer paso. Ahora espera una reacción de sus contendientes internos. Está decidido a seguir peleando por lo que, considera, es el rol que al PRO le toca desempeñar en el momento político del país y la provincia. Aunque eso signifique ubicarse en un lugar equidistante de las dos referencias nacionales que se pelean por el poder en las provincias.