Si bien Néstor Grindetti y Diego Santilli tenían un acuerdo de trabajar juntos desde la misma noche del 13 de agosto más allá de cualquier resultado electoral, todavía no se conoció ningún tipo de respaldo explícito del diputado hacia el intendente, ganador en la interna por la candidatura a la gobernación de Buenos Aires. Por eso, a once días de aquel domingo, los comensales habituales de la mesa chica de Patricia Bullrich no hacen más que masticar bronca ante un silencio que creen está teñido de especulación. Ante esto, el santillismo aguanta, aclara que la unidad está garantizada y da sus argumentos. "Vamos a esperar el escrutinio definitivo", repiten.
Según pudo saber Letra P, Santilli y su equipo saben de este malestar creciente. Se lo hicieron saber algunos de los principales operadores políticos de Bullrich y Grindetti, incluso en conversaciones en las que hubo algunos insultos, pero la respuesta que obtuvieron al otro lado del celular fue una y otra vez que no habría ningún tipo de manifestación pública hasta que no se conocieran los resultados del escrutinio definitivo que se realiza en el Pasaje Dardo Rocha de La Plata.
El argumento para esperar es que Grindetti ganó por una diferencia de poco más de 19 mil votos y aún restan contar 300.000 sufragios. Si bien reconocen que es prácticamente imposible dar vuelta esa diferencia, de hecho todo indica que continuará la tendencia a lo largo y ancho de la provincia de Buenos Aires y que Grindetti estiraría la diferencia, sí creen que tener el detalle final ayudaría a traer claridad en cómo se reordenarán las listas de aspirantes a bancas en las cámaras de la Legislatura y de los concejos deliberantes.
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Es decir, Santilli no está esperando ser el ganador de la contienda bonaerense, sino que está haciendo lo que al parecer le pidieron sus candidatos, entre los que hay muchos jefe comunales, que es contar hasta el último voto en pueblos donde el resultado no fue claro.
Pese a todo, en el bullrichsismo mantienen su postura y mastican bronca. Sostienen que haber tirado balizas al costado de la ruta a la salida del búnker en Parque Norte -donde se reconoció a Axel Kicillof como el gran ganador de un kirchnerismo desguazado y a Carolina Piparo como la gran amenaza para el PRO- es todo lo que no necesitan en esta segunda etapa de la campaña hacia el 22 de octubre.
Aun así, el llamado personal de Bullrich a Santilli este martes y la presencia del diputado en la reunión que organizó la candidata a presidenta este jueves ayudó a bajar un poco las tensiones de estos días, aunque no lo suficiente: se lo vio a El Colorado oculto en el fondo, entre la multitud. Es que no son pocos los que le piden cumplir con el contrato de ir todos detrás de una misma campaña, que esté conducida por los ganadores de la interna, pero amalgamada con los intereses de los perderores. "(Santilli) está desaparecido. No cumple lo acordado. Necesitamos a todos detrás de los candidatos y eso no está pasando", se quejan.
El resultado oficial del escrutinio definitivo se espera para el martes, pero el domingo ya estarán los números mucho más claros. Por eso, distintas fuentes consultadas por este medio dan por descontado que habrá una foto entre Grindetti y Santilli la próxima semana. No se sabe aún si hay posibilidades de que se dé este lunes, cuando el intendente de Lanús oficie de anfitrión en la primera gran reunión que tendrá con todos los intendentes PRO.