Por estas horas, el gobernador Axel Kicillof está terminando de redactar el proyecto de ley que propone eliminar del organigrama de la provincia al Ministerio de Jefatura de Gabinete que hasta el sábado conducía Martín Insaurralde, quien renunció tras el escándalo por la difusión de sus vacaciones en Marbella. Sin embargo, esperará para mandarlo a la Legislatura hasta conseguir señales de la oposición de que aceptarán tratarlo y sancionarlo sin mayor problema, lo que cerca del gobernador no creen que ocurra hasta después de las elecciones del domingo 22 de octubre.
Tras la decisión de pedir la renuncia de Insaurralde el mismo sábado, pocas horas después de que se conocieran las fotos y un video, en el gobierno bonaerense quieren dar por cerrado los antes posible el episodio en términos institucionales. La decisión de borrar del mapa del Ejecutivo el área donde estaba el lomense y que antes ocupó Carlos Bianco, que le evitó a Kicillof tener que elegir un reemplazante para Insaurralde, requiere de un inevitable paso por las cámaras para modificar la Ley de Ministerios.
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Pero en medio del fuerte impacto político, que en la mañana de este lunes también forzó la renuncia de Insaurralde a su candidatura a concejal en Lomas, en la gobernación no creen que el trámite se pueda cumplir antes del domingo 22.
"Vamos a ordenar la gestión internamente y esperar a que pasen las elecciones", decían este mediodía en los despachos políticos de la Gobernación. "El proyecto pierde sentido si no estamos seguros de que continuamos", se sinceraba.
El Jefe de Asesores de Kicillof, Carlos Bianco, ofició este lunes de vocero de la postura del Ejecutivo sobre el tema, confirmó que en el proyecto se va a proponer la eliminación del área, "que es una figura relativamente nueva en la provincia, es un ministerio más y está en el mismo orden que el resto, con algunas competencias de coordinación y otras competencias sustantivas que se van a subsumir en otras áreas”. De todos modos, subrayó: “Esto no va a implicar despido de trabajadores, pero sí la reestructuración del organigrama y la eliminación de algunos cargos políticos”.
"Para nosotros es un caso cerrado", dijo Bianco, quien además indicó no saber si la situación de Insaurralde tiene, como plantean sectores de la oposición, una derivación legal. "El gobernador dijo que esta situación no está a tono con las características políticas que él ha definido para nuestro gobierno. Si hay denuncias, tendrán que estar fundamentadas, porque a mí no me consta que haya una ilegalidad en el acto, aunque sí es un error político".
Bianco reconoció que en el núcleo más cercano de Kicillof “no cae simpático” lo que hizo Insaurralde, aunque prefirió reservarse su opinión personal. “No deja de haber sido un compañero que hasta hace pocos días trabajaba con nosotros", explicó.