Alberto Fernández y Sergio Massa viajarán este martes a Brasil para buscarle una vez más el agujero al mate de la falta de dólares y todo indica que podrían volver con un principio de acuerdo que, cuando se conozcan los detalles, podría atenuar los peligros del momento.
Según anticipó el secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda del país hermano, Gabriel Galípolo, el salvavidas que Luiz Inácio Lula da Silva le arrojaría a su aliado argentino consistiría en una línea de crédito especial para empresas brasileñas que exportan a la Argentina, lo que le permitiría a las firmas importadoras de nuestro país pagar en pesos y que aquellas conviertan luego ese dinero en reales.
El acuerdo no estaba concluido al cierre de esta nota y, según supo este medio, se barajaban cuatro opciones para encontrar la ingeniería financiera que permitiera resolver la cuadratura del círculo de esa conversión de pesos a reales, incierta en un momento de extrema debilidad y volatilidad de la moneda nacional.
De acuerdo a lo que averiguó Letra P, además de Galípolo y su jefe Fernando Haddad, también el vicepresidente Geraldo Alckmin participa de las conversaciones. Este es un exgobernador de San Pablo y un hombre fuertemente ligado al poderoso empresariado industrial de ese estado.
Como le dijo a O Globo Galípolo, hombre de máxima confianza de Lula da Silva, unas 210 firmas brasileñas que venden sus productos en nuestro país "van a vender en pesos en Argentina. Cuando tengan que tomar el financiamiento acá (en Brasil), se va a plantear el problema de convertibilidad. ¿El volumen (que cobren) en pesos, al ser convertido en reales, va a ser suficiente para cubrir la deuda?", se preguntó. Los modos de cerrar esa brecha encierran la complejidad de gestiones que se calificaban anoche como realizadas "contrarreloj".
¿Altruismo o interés propio?
Desde ya que Lula da Silva está tratando de ayudar a Fernández en lo personal y al Frente de Todos en lo político, alianza que desearía ver triunfante en las elecciones de octubre-noviembre. Sin embargo, lo que se está pergeñando va en interés del propio Brasil.
Por un lado, el auxilio reforzaría lo que el líder de la izquierda brasileña viene intentando con muchas más dificultades que en su primer paso por el poder: restaurar la influencia regional de su país tras el eclipse bolsonarista.
Por el otro, más que una ayuda a nuestro país, el esquema debería ser considerado un respaldo a la actividad económica brasileña, toda vez que, según el mencionado Galípolo, la falta de este tipo de financiamiento ha desplazado operaciones por unos 6.000 millones de dólares en favor de compañías chinas.
De hecho, este acuerdo se busca pocos días después de que Pekín accediera a la activación de un nuevo tramo de swap –intercambio de monedas– también para comerciar sin pasar por el dólar, ese bien escaso que desvela al Gobierno.
Un beneficio multidimensional
Argentina tendría mucho para ganar con un esquema de este tipo. Por un lado porque, como se dijo, aliviaría el estado de las reservas del Banco Central, que ya debería ser definido con un adjetivo que supere el de "escaso". De la mano de eso, porque esa situación hace que se pisen cada vez más importaciones y, como se sabe, el crecimiento de la industria depende en buena medida de la compra de insumos en el exterior.
Sumada a una sequía brutal, la falta de divisas está provocando una recesión que economistas privados elevan ya a entre 4 y 5% del PBI en el año. En lo político, eso es grave para un panperonismo que, contra a todos los pronósticos –incluso los propios–, aún pretende dar pelea en las urnas.
Debe y haber
Se imponen una pregunta y una evaluación.
La pregunta es por qué la Argentina, que ya secó a su Banco Central –por lo menos– en el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en el de Mauricio Macri y ahora en el de Fernández, ha demorado tanto en pergeñar esquemas complejos, pero viables como el comercio en yuanes y reales.
La evaluación supone reconocerle un mérito a Massa: su decisión para buscar caminos en la emergencia. Si desPertar, el newsletter de Letra P, ha criticado, incluso con vehemencia, planes del ministro de Economía como el de venta de títulos de deuda intra-Estado a inversores privados para intervenir en los tipos de cambio bursátiles, cabe en este caso un reconocimiento. Llama la atención que las iniciativas mencionadas, así como el intercambio de información tributaria con Estados Unidos y el avance del gasoducto Néstor Kirchner –también vinculado a un ahorro fundamental de divisas y, no mucho más adelante, a exportaciones valiosas– hayan debido esperar años a la llegada de un funcionario más inquieto que sus predecesores.
La pelea interminable
El primer día hábil de la semana implicará el reinicio de la pulseada entre el mercado y el Gobierno por los dólares paralelos. Antes de que abra este martes el mercado, se publicará en el Boletín Oficial una disposición de la Comisión Nacional de Valores (CNV) que restringirá la operatoria con títulos públicos por parte de agentes que busquen hacerse de dólares "contado con liquidación" (CCL) o "MEP" en base a la toma de deuda, algo que infla la operatoria y las cotizaciones.
¿El mecanismo ayudaría indirectamente a ponerle también coto al travieso blue? En el universo de economistas no se ponen de acuerdo porque evalúan de diferentes modos dos mercados diferentes –legal el primero, clandestino el segundo–, pero es posible que el paso del tiempo favorezca esa traslación de demanda.
Como siempre, dado que no tenés por qué saber o recordar qué son el el CCL o el MEP y cómo es posible intervenir en esos tipos de cambio, se puede consultar esta breve guía de Letra P.
Campo de batalla electoral
La economía es el teatro principal de la pelea electoral. Juntos por el Cambio reunirá este martes en un hotel de Retiro a sus presidenciables, quienes mostrarán a sus referencias en la materia.
Serán de la partida, claro, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Gerardo Morales y Miguel Ángel Pichetto. Entre los economistas estarán Hernán Lacunza –en nombre del jefe de Gobierno–, Luciano Laspina –por la presidenta del PRO en uso de licencia– y Eduardo Levy-Yeyati, hombre de confianza del gobernador de Jujuy, entre otros.
Bullrich, que en el último tiempo había parecido desactivar su propuesta de dolarización encubierta, la "libre elección" de divisas, volvió con la idea en declaraciones a Radio Rivadavia. Ay… si uno tuviera la fuerza y la influencia para decidir, ¿querría pesos o dólares? Si ese va a ser el tono de la campaña –y es seguro que así será–, no va a ser fácil domar el potro del dólar.
Mientras, mayo arrancó con una amplia serie de aumentos de precios y tarifas, desde los colectivos a los trenes, el subte y los taxis, pasando por la luz, el gas, la medicina privada y muchos más. Así las cosas, si la inflación de abril es proyectada por especialistas en niveles al menos tan elevados como la alarmante de marzo, este mes también parece perdido.
El panorama preocupa mucho: la nominalidad de la economía ya parece bien instalada –y eso por el momento– por encima de un 135% de inflación anual.
Así las cosas, Massa confía su sueño presidencial en, cuanto menos, no perder el control sobre la economía y presentar antes de fin de mes una renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que lo acerque a la bendición de CFK.