EFECTO PALIZAS

Pilar Ramírez, el alter ego de Karina Milei que reemplazará a Lule Menem

Participa de la mesa chica de El Jefe y transmite con mano de hierro sus definiciones. En la Ciudad comandó la guerra contra Jorge Macri.

Casi sin experiencia política previa, Pilar Ramírez se convirtió en una de las personas de mayor confianza de Karina Milei. Delegada primero de El Jefe en la Ciudad de Buenos Aires, donde la legisladora ordena el mapa legislativo y hostiga al macrismo en un distrito clave, ahora será la coordinadora política de la campaña nacional libertaria en las elecciones del 26 de octubre, en lugar de Lule Menem.

Con sus idas y venidas, el esquema de poder de La Libertad Avanza se reduce a una mesa política primaria con tres integrantes: el presidente Javier Milei, su hermana y operadora política, y el consultor plenipotenciario Santiago Caputo. A su vez, cada uno de ellos cuenta con su propio dispositivo para emanar directivas y organizar el área que le corresponde.

El laboratorio de pruebas donde comenzó a pulirse el método para armar una fuerza política leal fue la Ciudad de Buenos Aires: allí el triángulo de hierro puso en marcha un mecanismo de "purificación" de LLA. Para eso, Karina se valió de alguien de su máxima confianza, Ramírez, una persona con un nulo pasado político que se convirtió en poco tiempo en los ojos y oídos de la secretaria general de la Presidencia en el bastión del PRO.

Pasado y ascenso en el mundo libertario

Casi como un reflejo de la historia de El Jefe, que también carece de una trayectoria política hasta la llegada al Congreso de su hermano, una coincidencia que para quienes conocen de cerca la relación entre ambas, forjó una mimesis. Hasta conocer a Karina, hace exactamente cuatro años, Ramírez había desarrollado su vida laboral mechando el sector privado con el público, pero nunca con responsabilidades políticas.

Aboga con título de honor en la Universidad Austral, fue jerárquica en Renault, se convirtió en asesora legislativa de la senadora María Laura Leguizamón en temas corporativos y se incorporó a Aerolíneas Argentinas durante la gestión de Julio Alak y fue promovida a gerente por Isela Constantini en la era Cambiemos.

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En su libro sobre la vida de la secretaria general de la Presidencia, la periodista Victoria de Masi revela el primer cruce entre Ramírez y Milei durante una cena organizada por su marido, el actual vicepresidente del Banco Nación, Darío Wasserman, en la que no iba a participar, pero se sumó a última hora y quedó sentada al lado de Karina. Por entonces, los hermanos Milei recorrían mesas y quinchos de empresarios buscando apoyos y recursos.

"Amistad a primera vista", dice la autora sobre ese ese encuentro que, cuatro años después, atravesó los umbrales del campo personal y se convirtió en una sociedad política. "Pilar está en el círculo más íntimo de Karina, son verdaderas amigas. Salen, comparten gustos y charlas cotidianas, más allá de la política. Pero hay algo que tiene muy claro: más allá de la amistad, Karina es El Jefe", aclaran cerca de la abogada que ingresó a la Legislatura el año pasado en el segundo puesto, detrás del ahora disidente Eugenio Cassielles.

Al frente del partido armado por Karina Milei

El ascenso meteórico de la legisladora dentro del círculo de poder de Karina se mide en un hecho concreto y trascendente. En una estructura que hizo su paisaje cotidiano la purga dirigentes y la expulsión incluso de los socios fundadores, como el caso de Ramiro Marra, Karina le confió a Ramírez la presidencia de La Libertad Avanza de la Ciudad, uno de los cinco distritos más importantes en cantidad de votantes y en el ya se resolvió que no habrá acuerdo con el PRO.

Integrada a la mesa chica karinista, comenzó a participar del pulido de la estrategia para homogeneizar objetivos parlamentarios en las legislaturas y Congresos provinciales. "Es un espacio de trabajo donde todos los integrantes tienen excelente relación y que tienen como objetivo inmediato fortalecer la estructura partidaria y replicar en cada distrito los lineamientos generales del proyecto libertario", precisa un integrante de la mesa.

La reducción de impuestos o tasas, y el achique de todas las estructuras del Estado, desde las intendencias para arriba, son las escrituras sagradas de LLA que se van complementado con proyectos de impacto particular en cada distrito. A la vez, se convierten en una agenda común para presionar gobiernos opositores y abrir el libro de pases a las filas libertarias.

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El frente porteño

Ramírez viene cumpliendo al pie de la letra las dos directivas: como alter ego de Karina en la Ciudad, inició un reordenamiento de la fuerza propia y desplegó una ofensiva salvaje contra Jorge Macri que llevó al alcalde porteño a optar por una estrategia de "municipalización" de la elección local con la intención de desnacionalizar los comicios parlamentarios, que culminó con una histórica derrota del PRO en su bastión a manos de Manuel Adorni.

"Pilar choca contra Macri porque los proyectos de ley que presentan no los negocia a cambio de nada, son por convencimiento y disciplina", dicen en el capítulo porteño de LLA, que enmarcan todos los movimientos en una estrategia de desgaste del alcalde y del PRO. "La irrupción de Milei desdibujó al macrismo, nosotros estamos convencidos de una agenda de derecha y ellos se debaten entre una agenda progresista y recoger el guante de los proyectos que presentamos", dicen los libertarios.

La frontwoman de ese movimiento en el territorio porteño es Ramírez que desde principios de año comanda la campaña de marcarle la cancha a Macri, en redes y en la Legislatura. Karina le dio el respaldo explícito el último fin de semana sumándose a la campaña de afiliación en Villa Urquiza y la validó como la subcomandata local.

Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño.
Karina MIlei y Patricia Bullrich con legisladores de LLA. 

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