Desde 2015, cada 3 de junio quedó marcado en nuestro calendario de reivindicaciones sociales. En ese camino transitado, muchas de las demandas que nacieron del grito de Ni una menos se tradujeron en respuestas concretas a lo largo de todo nuestro país.
Un repaso por las políticas de género en Santa Fe
Durante nuestra gestión en la provincia de Santa Fe, entre 2019 y 2023, se avanzó en institucionalizar políticas públicas transversales, orientadas a cerrar brechas y avanzar en eliminar desigualdades estructurales, jerarquizando el área con la creación del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad.
Impulsamos herramientas transformadoras, algunas de ellas son los Puntos Violetas como espacios de cercanía y acompañamiento; la Ley Micaela para los tres poderes, para la ciudadanía y para los clubes, políticas de cuidado que reconocen tareas invisibilizadas, sello Empresa propiedad de mujeres, y una herramienta fundamental: Presupuesto con perspectiva de géneros para evaluar el impacto de las líneas instrumentadas, porque como dijimos entonces y repetimos hoy, lo que no se mide no se puede mejorar.
A diez años de Ni Una Menos: ¿Ahora qué?
A diez años, nos seguimos haciendo esta pregunta con el corazón encendido y los pies en la tierra. Porque sí, hay retrocesos, nos duele cada derecho vulnerado, cada política de cuidado arrasada, cada silencio oficial frente a las violencias que persisten.
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¿Y sobre quién recae esa precariedad cuando el Estado se retira? Lo sabemos bien: sobre las espaldas de las trabajadoras que sostienen hogares con ingresos que no alcanzan, las madres que recorren hospitales sin turnos, las pibas que crecen sin ESI, las mujeres que mueren esperando justicia.
Porque cuando se desmantelan las políticas de cuidado, la precariedad no se reparte. Se descarga sobre nuestros cuerpos, nuestras tareas y nuestras vidas, pero si algo aprendimos en estos diez años, es que la lucha no se borra con un decreto, ni se acalla con una cadena nacional. Sigue viva en las calles, en las escuelas, en los barrios, en cada red de cuidado que tejimos cuando el Estado faltó. También en cada persona que se niega a naturalizar lo que duele.
Hoy, más que nunca, tenemos que volver a decir que no hay futuro sin igualdad. No hablamos solo de mujeres y diversidades, hablamos de una sociedad más justa, más humana, más vivible. Nada nos mueve si no es el amor por la vida, por la justicia, por las que vienen.
Este 3 de junio no es un cierre. Es una estación más en un camino que elegimos no abandonar. Que nos duelan las ausencias, sí, pero que también nos abracen las presencias: las que marchan, las que cuidan, las que enseñan, las que resisten.
Hoy, más que nunca, decimos: Ni una menos. Vivas, libres y con derechos nos queremos porque nosotras no retrocedemos, avanzamos juntas siempre.