En su afán de perseguir su sueño presidencial, el cual no confirma de admitir en público, pero apenas disimula, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no quiere dejar a nadie afuera de Juntos por el Cambio (JxC) para darle volumen a la oposición al Frente de Todos. Con una interna fuerte contra la titular del PRO, Patricia Bullrich, en el horizonte, no puede prescindir de ningún apoyo, ni mucho menos de una buena parte de la Unión Cívica Radical (UCR). Con ese argumento en el libreto, en la sede oficial de Uspallata defienden el encuentro que mantuvo el alcalde con el senador Martín Lousteau el sábado, pocos días después de que el expresidente Mauricio Macri blanqueara su preferencia por su primo y ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri, como heredero larretista. El economista fue el primer anotado en la carrera por la Ciudad.
Consultado por Letra P, el entorno del funcionario porteño le bajó el tono a la foto conjunta, al minimizarlo como una bendición prematura. “Larreta es jefe de Gobierno, candidato y tiene la libertad de juntarse con quién quiera”, expresaron. Hay confianza: este medio ya reveló que el alcalde de la Ciudad empezó, semanas atrás, a dar señales de que apuesta a Macri como su sucesor. En competencia interna sigue, al menos en aspiraciones, la ministra de Educación, Soledad Acuña, como la opción halcón del menú porteño.
Con la esperanza de ser el único candidato del PRO en la Ciudad, porque además del respaldo del expresidente es quien mejor mide en las encuestas domésticas, Jorge Macri se mostrará a partir de ahora más hiperactivo que nunca en términos de gestión, a la par de su rol en la mesa chica de la campaña presidencial de Larreta. Cerca suyo se reconformaron por lo que dejó el encuentro del sábado, más allá de la instantánea. En el gobierno porteño circunscribieron a un evento institucional. Según pudo reconstruir Letra P, no hablaron prácticamente de política, ni de estrategias. “Sólo se escuchó la opinión de los vecinos de Almagro”, apuntaron fuentes de la Ciudad. Esto no quiere decir que Larreta y Lousteau no mantenga un contacto fluido. “Lo que pasa es que no son públicos, porque así lo quieren”, agregó uno de los funcionarios más cercanos al jefe de Gobierno.
Por su parte, en el radicalismo porteño además de compartir la postura abierta del jefe de Gobierno, aceptando la estrategia, se mostraron más que optimistas por el impacto que generó la foto. Después del encuentro del sábado, que se pautó con poca antelación por las apretadas agendas de Larreta y de Lousteau, los celulares de los armadores de la UCR no pararon de sonar, pero no eran mensajes de reproches ni pases de factura.
Como contó Letra P, los tiempos de Lousteau se aceleraron después de que el ministro Macri “copó” un acto que preparó el ministro de Desarrollo Económico, José Luis Guisti, lo que derivó en una queja de la cúpula de la UCR por la falta de protagonismo en la contienda electoral porteña del senador. Tanto en el PRO como en el radicalismo auguran como inevitable un choque interno entre ambos dirigentes. El anuncio de Lousteau puede haber generado una molestia en los planes de Larreta para administrar su herencia porteña, pero le quitó un eventual competidor en la primaria de JxC para la Casa Rosada.
De regreso al encuentro del sábado, según pudo reconstruir Letra P en el mismo no se habló prácticamente de política, ni de estrategias. “Sólo se escuchó la opinión de los vecinos de Almagro”, explicaron fuentes de la Ciudad. Esto no quiere decir que Larreta y Lousteau no mantengan contactos fluidos. “Lo que pasa es que no son públicos, porque así lo quieren”, agregó uno de los funcionarios más cercanos al jefe de Gobierno.