El Partidos de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Partido Obrero (PO) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), que conforman el Frente de Izquierda, pasaron las últimas horas intercambiando dardos y sin acuerdo posible sobre lo que significa la causa Vialidad y el pedido de prisión por parte de la fiscalía a la principales acusada, Cristina Fernández de Kirchner.
El ecosistema de la principal alianza de izquierda está plagado de debates que generar cortocircuitos, que van desde qué estrategia electoral encarar de cara a 2023 hasta qué camino tomar con un Sergio Massa en acción desde el quinto piso del Palacio de Hacienda, con unas primeras medidas de ajuste a pedir del Fondo Monetario Internacional (FMI). Bajo ese marco de posiciones contrapuestas, la investigación por la obra pública y las palabras del fiscal Diego Luciani llevaron a Myriam Bregman a rechazar lo que ella considera una persecución política contra la titular del Senado, con un “antidemocrático” pedido de inhabilitación, palabras que plasmó en su cuenta de Twitter.
La diputada nacional, quien en junio lanzó su precandidatura presidencial con todo el apoyo de su partido, comparó la situación judicial de Cristina Kirchner con la que se que vivió Brasil y pidió que las acusaciones de corrupción en la obra pública sean juzgadas por jurados populares. El mismo mensaje replicaron sus compañeros del PTS, como Nicolás del Caño y Christian Castillo, dos dirigentes que se perfilan para ser las caras del FIT en la provincia de Buenos Aires.
La postura, en principio, no había mostrado matices en el resto del conglomerado de izquierda, pero con el correr de las horas, Gabriel Solano, una de las figuras del PO, decidió marcar la cancha ante sus socios del PTS: En nombre de su espacio, el legislador porteño apuntó que no comparte las aseveraciones de otras fuerzas del FIT, sin dar nombres ni apellidos. Y consideró que negar el denunciado entramado de corrupción que envuelve al kirchnerismo pone a la izquierda como “furgón de una fuerza política en descomposición”. "Rechazar una condena proscriptiva no debe confundirse con apoyar el operativo político K", insistió también en Twitter.
Por si no había quedado claro, minutos después, con otro mensaje en la red social, recalcó que la tarea de la izquierda "no es defender a CFK sino al pueblo trabajador", y más en momentos de ajuste por parte, desde su visión, del Gobierno. No es la primera vez que Solano evita disimular sus divergencias con Bregman y compañía, sobre todo desde el lanzamiento de postulaciones, un principio de lanzamiento que ante Letra P consideró “inoportuno”. El argumento que utiliza es que, en estos momentos, el foco debería estar en la lucha de los trabajadores y no en la estrategia electoral porque 2023 queda allá, a lo lejos, y no se sabe qué país quedará tras este año.
Desde el PTS, sin mencionarlo, responden que las candidaturas serán debatidas oportunamente y que instalar nombres obedece a la necesidad de no quedar atrás en una discusión que propone las grandes alianzas de la escena política. Por lo bajo, aseguran que Solano junto con Romina Plá ya están en virtual campaña recorriendo el país con distintas actividades. Hay una dosis de verdad: el miércoles por la tarde encabezará un acto en la provincia Jujuy, precisamente en el anfiteatro Plaza de los Inmigrantes.
También, aparece dentro de la discusión el MST. Ante este medio, dicen que es el único espacio que impulsa una comisión investigadora independiente para este tipo de casos, repartiendo cuestionamientos para todos lados, desde Cristina Kirchner hasta Juntos por el Cambio. “En momentos de crisis político-judiciales como este, es bueno recordar que solo desde la izquierda proponemos y defendemos otro régimen judicial, donde los jueces y fiscales sean elegidos por el voto popular, sean revocables y no tengan privilegios salariales, jubilatorios e impositivos, como es en la actualidad”, esbozó Sergio García, uno de los referentes de la fuerza.