El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sabe que para concretar su objetivo de convertirse en presidente debe ser, en palabras de Alberto Fernández, “el más federal de los porteños”. Con ese objetivo, se aleja de la interna de Juntos por el Cambio (JxC) y planifica giras por el interior del país para potenciar su figura rumbo a las elecciones de 2023.
El alcalde está convencido de que es momento de abandonar el centrismo porteño y ampliar la mirada hacia el resto del país. Su equipo comparte el mismo diagnóstico. Aunque no lo puede decir públicamente, porque restaría votos, es consciente de que hay cuestiones en la discusión entre unitarios y federales que no se zanjaron con el traspaso de la Ciudad a la órbita nacional en 1880. “No se puede ganar una elección solamente con los votos porteños y bonaerenses. Hay que mostrar un perfil más nacional”, explicaron en el comando de campaña larretista.
Tal como contó Letra P, el diputado mendocino Omar de Marchi fue designado para coordinar el armado electoral en el interior del país. El próximo 5 de agosto, Larreta viajará a Rosario para presentar, junto al intendente Pablo Javkin, una cumbre mundial de cambio climático, llamada C40. Será una muestra de federalismo y, también, de apoyo al jefe comunal rosarino.
De Marchi es el encargado de llevar adelante el armado de Larreta en todos los distritos del país a excepción de la provincia de Buenos Aires, potestad del diputado nacional Diego Santilli, y de la Ciudad. En el último mes puso en marcha su estrategia con una escuela de gestión para cada uno de los candidatos y las candidatas que ya le juraron lealtad a Larreta.
El proyecto se basa en elegir una temática, que sea de suma importancia para el distrito elegido, y mostrar cómo el jefe de Gobierno abordó esa problemática en territorio porteño. Así se hizo con los senadores nacionales Luis Juez e Ignacio Torres. La idea es mostrarse como "gestores", convertirlo en el branding de Larreta para la campaña. En Uspallata creen que el principal valor que tienen para mostrar es la gestión.
El diseño de los viajes proselitistas de Larreta, contados por Letra P, se pensó con un esquema de intervalos. Una semana estará en el conurbano bonaerense y otra desembarcará en algún distrito del interior. De hecho, ya recorrió Catamarca, Entre Ríos y Santiago del Estero. Luego, irá a Rosario y a Córdoba, donde aún resta definir la fecha para evitar que coincida con la visita que tiene en mente el expresidente Mauricio Macri.
Pese a que intenta conquistar al electorado nacional, hay una pelea con las provincias que Larreta no piensa abandonar: la coparticipación. De hecho, los funcionarios porteños se encargan de remarcar, una y otra vez, sus diferencias con la administración del gobernador Axel Kicillof y señalan que la Ciudad recibe a miles de personas que viven en la provincia de Buenos Aires y se atienden en los hospitales o estudian en escuelas porteñas. "No se puede cerrar la Ciudad o pasar la factura a la provincia porque básicamente necesitamos que nos voten en algún momento”, dijo uno de los dirigentes que acompaña a Larreta hace décadas.
Las dos únicas veces que Larreta, tímidamente, se salió de ese libreto fue con las dos quitas de la coparticipación federal. El primer recorte se dio a través de un decreto de necesidad y urgencia que dispuso una quita de fondos coparticipables a la Ciudad del orden del 1,18% para pagar un aumento a la policía bonaerense, y el segundo fue a partir de una ley que sancionó el Congreso. En ambos casos la discusión fue con la Casa Rosada, nunca con Kicillof.
En el medio de una nueva ola de casos de covid 19, Kicillof y su ministro de Salud, Nicolás Kreplak, salieron a decir que la provincia tuvo que hacerse cargo del excedente de pacientes que buscaban asistencia en la Ciudad y eran rechazados ante el colapso, según ellos, del sistema. Desde Uspallata no hubo respuesta, ni siquiera en off. La decisión de no avanzar correspondió a la convicción de los secretarios de Comunicación, Contenidos y Participación Ciudadana, Federico Di Benedetto, y el de Medios, Christian Coelho, de que no debe haber conflicto constante, que la sociedad busca soluciones y por ende no se debe ingresar a esas arenas.
Con esa decisión de evitar cualquier tipo de polémica, se mueve el entorno de Larreta para mostrarlo como el “más federal de los porteños”. Estudioso de la historia económica argentina, el alcalde recuerda un episodio de la interna peronista de 1988. Los gobernadores de Buenos Aires, Antonio Cafiero, y La Rioja, Carlos Saúl Menem, permitieron recortes en el porcentaje de coparticipación que recibían justamente pensando en su disputa por el sillón de Rivadavia. “Hay que cuidar nuestro electorado también”, advierten cerca de Larreta.