PROYECCIÓN '23

Seguir atacando o parar la pelota, la disyuntiva radical camino a la Casa Rosada

Morales y Manes redoblan el paso mientras popes de la UCR buscan ordenar el pago chico. El riesgo de caminar en soledad frente al rival PRO y el factor Larreta.

El gobernador Gerardo Morales y el diputado Facundo Manes, los dos candidatos presidenciales lanzados de la Unión Cívica Radical (UCR), enfrentan una encrucijada: continuar con el paso redoblado de una campaña de largo aliento o parar la pelota, reforzar las trincheras en los pagos chicos y relanzarse con mayor músculo político.

 

Pausar la marcha implica perder tiempo frente al PRO, el competidor directo en Juntos por el Cambio que, aunque envuelto en una interna feroz, pasea su marca por todo el territorio con sus múltiples candidaturas; pero, al mismo tiempo, replegarse le evitaría al radicalismo que sus postulantes caminen en soledad, sin el acompañamiento de quienes están enfrascados en sostener sus territorios. La segunda opción incluye contraatacar con el apoyo de todo el aparato radical, una ofensiva más corta pero más potente.

 

Debido a que no tiene responsabilidad de gestión, Manes es el más liberado de los dos para buscar el área rival con una ofensiva de recorridas que ya arrancó. Formosa, Chaco, Corrientes, Córdoba, Jujuy, Catamarca y La Rioja son algunas de las últimas provincias que visitó con su equipo de campaña. En todas ellas protagonizó actos junto a la dirigencia local del partido y todo lo complementó con contactos cada vez más frecuentes con los miembros del círculo rojo. 

 

A Facundo “lo ven como uno de los candidatos potables, junto a Larreta”, dijo a este medio una fuente del radicalismo aludiendo a encumbrados dirigentes del espacio. Sin embargo, la hiperquinesia ​proselitista de Manes contrasta con la provincialización política que ocupa a dirigentes fuertes del espacio, quienes buscan terminar de asegurar el pago chico antes de embarcarse en la disputa nacional con JxC.

 

“Jugar arriba para arreglar abajo”, resumen en el comité nacional el escenario. Esa afirmación aplica también a la campaña que lleva adelante Morales. Como contó Letra P, con recorridas en el conurbano bonaerense al menos una vez por semana -la última fue este jueves en la peronista Lomas de Zamora, donde afirmó “Seré candidato, no soy vice de nadie”-, el gobernador jujeño se muestra cada vez más cerca de Larreta, con quien blanqueó una “buena relación” y estuvo en Santiago del Estero y Tucumán. Al mismo tiempo, en Jujuy mantiene contactos subterráneos con la oposición para determinar si avanza o no con la modificación de la Constitución que le permita ir por la reelección.

 

Sin descuidar lo que sucede en su provincia, teje alianzas con diferentes actores dentro de JxC a modo de sumar la mayor cantidad de adhesiones. Fiel al esquema biladista, el jujeño tiene claro que los equipos se arman de atrás para adelante bajo la máxima “la mejor ofensiva es una buena defensa”.

 

Más al sudoeste, en la tierra del Sol y el buen vino, Mendoza, el senador nacional Alfredo Cornejo busca definir cómo hacer más por su provincia desde una óptica nacional con la confianza de que puede derrotar a cualquiera que se le ponga enfrente en las elecciones locales. “El que se lance anticipadamente corre el riesgo de quemarse rápido”, repite en la intimidad. “Hay tiempo hasta diciembre, no hay que apurarse”, agregó uno de sus compañeros de la bancada radical en la Cámara alta.

 

En la Ciudad, el senador nacional Martín Lousteau comenzó a focalizarse en su disputa electoral contra el PRO. Siempre dentro de Juntos por el Cambio (JxC), vislumbra una interna contra el ministro de Gobierno, Jorge Macri, empoderado por Larreta. Lejos de la posibilidad de competir por el sillón de Rivadavia, el exministro de Economía todavía aprovecha el nivel de instalación que tiene en el país para apuntalar postulantes. 

 

Consciente de que la UCR necesita tener un candidato presidencial claro para no quedar a la sombra del PRO, Lousteau junto a los dirigentes que lo acompañan alienta la idea de que el elegido asegure un piso mayor a un dígito. “No hay margen para que se milite una lista que quede corta frente al PRO”, repiten.

 

Ese diagnóstico es compartido por buena parte del radicalismo. En Corrientes, el gobernador Gustavo Valdés también se muestra expectante. “Hay que esperar y ver”, analizaron en su entorno ante la consulta de Letra P.  De forma muy directa también plantearon que Manes todavía tiene mucho hilo en el carretel como para pensar en el futuro inmediato. “Es joven, le sobra tiempo”, agregaron. 

 

“Todavía es muy temprano para todos. Hay muchos cruces internos para ver qué opción presentamos. Tiene que ir el que mejor mida en ese momento”, sostuvo uno de los senadores nacionales de la UCR más activo en la vida partidaria. 

 

Mientras se da esta reconfiguración del radicalismo, Manes sigue con sus recorridas por el país, apuntalado por su hermano Gastón, presidente de la Convención Nacional. 

 

“Manes está recorriendo el país porque está convencido de que la Argentina necesita una convocatoria amplia, que priorice los denominadores comunes, que sea superador de la propuesta de los extremos; y que la alternativa a la decadencia actual tiene que venir de la movilización ciudadana, de abajo para arriba”, sostuvo uno de sus armadores ante la consulta de Letra P.

 

El masterplan de Manes se mantiene de esta forma inalterable. Va a buscar ampliar el radicalismo con las incorporaciones que crea necesarias (algunas de ellos generaron algún ruido, como en Chubut) y que la UCR tenga un coro de voces “poderosas, novedosas”, pero que también “estén a la altura de los desafíos históricos actuales”.

 

Gildo Insfrán, gobernador de Formosa.
Buena parte de la principal dirigencia de la UCR de La Pampa: la diputada nacional Marcela Coli, Ricardo Consiglio, el exintendente Francisco Torroba y el senador Daniel Kroneberger.

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