TODOS CONTRA TODOS

Para La Cámpora, el partido del Evita es “kiosquismo” electoral

El sello en construcción, visto solo como una herramienta de negociación. Disparos a discreción sobre Pérsico, internas y amago a ir por afuera del FdT.

LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) La disputa interna que atraviesa el Frente de Todos (FdT) activó un nuevo nivel de enfrentamiento político días atrás, cuando comenzaron los cruces públicos entre los dos sectores del peronismo con más despliegue territorial: La Cámpora y el Movimiento Evita. La novedad, publicada por Letra P, respecto de la intención de la organización social liderada por Emilio Pérsico de armar un partido para competir en elecciones generó ruido en las bases de la agrupación liderada por Máximo Kirchner. Sin embargo, la dirigencia camporista le baja la espuma y asegura que “es más de lo mismo”, una herramienta para hacer “kiosquismo” y negociar con más fuerza las candidaturas de 2023.

 

En La Cámpora no niegan que la noticia haya generado preocupación en las bases de su organización ni que la estructura liderada por Pérsico tiene un despliegue territorial de peso que deben mirar con atención. No obstante, minimizan el impacto que pueda tener en la próxima elección que el Evita tenga un sello propio para instalar candidaturas.

 

La dirigencia con más años, recorrido y conocimiento sobre el modo de construir poder del líder del Movimiento Evita sostiene que el partido que busca armar no es más que una herramienta para negociar o competir en algún distrito en la próxima elección. “Emilio sigue teniendo una visión setentista de pegarte donde te puede pegar, pero no te da la batalla frontal. Cuando lo hicieron con Randazzo, les fue muy mal, quedaron sindicados como unos malandrines”, aseguran en el núcleo de La Cámpora.

 

En la agrupación liderada por Kirchner analizan que, de conformarlo, van a utilizar el partido para competir en algunos distritos o para negociar con más fuerza en otros. Y citaron como ejemplo una eventual interna en San Martín, donde tienen de referente al diputado Leonardo Grosso, o en municipios gobernados por Juntos, donde la conducción del peronismo -y/o del oficialismo local- no es clara. No descartan que, además, puedan pedir lugares presionando con ir por afuera del FdT, con lo que -estimó una fuente- pueden “hacer perder” a un candidato.

 

“La lectura de los compañeros que más saben es que es parte del kiosquismo del Evita, que es parte de lo mismo”, afirma a Letra P un dirigente con llegada a la cúpula camporista. Y explica: “Cuando Emilio da la batalla frontal hace zafarrancho; ellos hacen la diferencia en el bandolerismo infinito, siempre una negociación y siempre masticarte algo más. Te van sacando casilleros y así consiguió armar una organización impresionante”.

 

La Cámpora y el Movimiento Evita son las dos fuerzas territoriales más poderosas de un lado y otro dentro de la interna del FdT y en las últimas semanas se metieron de lleno en la guerra entre el presidente Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Como contó Letra P, el bombardeo empezó desde la trinchera del funcionario de Jefatura de Gabinete Fernando Navarro, cuando habló de “afiliaciones truchas” en el Partido Justicialista (PJ) bonaerense conducido por Kirchner. Fuera de micrófono, en La Cámpora piden que se empiece a “transparentar” el manejo que el Evita tiene de los planes y mandaron a contestar en ON desde diferentes terminales del PJ.

 

La Cámpora y el Evita históricamente se miraron con desconfianza, midieron fuerzas en las movilizaciones y compitieron por quién tenía más músculo en el despliegue callejero. Esa disputa es ahora la versión callejera de la pelea entre los Fernández.

 

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