ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) El dirigente del Movimiento Evita de Santa Fe, Fernando Rosúa, abandonó la gestión del gobernador Omar Perotti para convertirse en el delegado del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) en la provincia.
Rosúa, el Chino, era el director provincial de la Unidad Especial de Gestión Ferroviaria del Ministerio de Producción, un área que tuvo la tarea de organizar los proyectos del regreso de los trenes de pasajeros en dos tramos: Rosario -Cañada de Gómez y Santa Fe – Laguna Paiva.
El decreto de salida, número 571, tiene fecha 19 de abril, pero Rosúa hace dos semanas que no reportaba en la Unidad y ya comenzó hace unos días en INAES. El documento de aceptación de renuncia tiene la firma de Perotti y del titular de Producción, Daniel Costamagna.
Cuando le llegó la oferta de cambiar de aire, no lo dudó. Es que la dependencia nacional está en manos del Evita, en la figura de Alexandre Roig, desde principios de 2021. “Ahora trabajo con compañeros”, le dijo Rosúa a Letra P. Su tarea, de mucho territorio, será la de vincular las cooperativas y mutuales de la provincia con el gobierno nacional.
Rosúa negó que el cambio obedezca al poco juego que el perottismo le dio al sector. Todo lo contrario, remarcó que se desempeñó con “mucha libertad y tranquilidad”. No obstante, desde otro sector del Evita, indicaron que su tarea era “meramente administrativa” y falta de política.
Ahora el salto supone otra relevancia para el Evita en Santa Fe. Con pocos nombres en el gabinete provincial, consigue otra fortaleza en su óptima relación con el Gobierno y el presidente Alberto Fernández en particular.
En Santa Fe, el Evita compitió contra Perotti en las elecciones de 2021. Ahora, el Movimiento ya tiró a la cancha el nombre del diputado nacional Eduardo Toniolli como posible candidato a la gobernación. La relación de la tribu con Perotti es fría y distante, pero de parte de sus dirigentes no hay intenciones de rivalizar con el sector que rodea al rafaelino como hace la Corriente de la Militancia, por ejemplo.
En términos de armado, el Evita cranea cómo ensanchar las fronteras del Frente de Todos en la provincia, sobre todo con espacios de centro izquierda no peronista que, ante la posible creación de un frente de frentes, quedarían con poco peso político y electoral.