Todos contra todos

Cristina, en su acto por Malvinas: un irónico regalo al Presidente y una chicana

La vicepresidenta encabezó su propia ceremonia en homenaje a los excombatientes. Misil a Cerruti. Interna recalentada. Massa, presente en los dos escenarios.

Una imagen vale más que mil palabras. Pero las palabras de Cristina Fernández de Kirchner, durante el homenaje del Congreso a sus empleados legislativos que combatieron en la guerra de Malvinas, también valen bastante. Pero más allá de su recuerdo al desembarco argentino en las islas y una ironía sobre la vocera Gabriela Cerruti, la vicepresidenta dejó un par de gestos este sábado para dimensionar el estado actual de la interna del Frente de Todos: en lugar de acompañar a Alberto Fernández en el acto matutino por el aniversario número 40, por la tarde se sentó junto a Sergio Massa

 

El 2 de abril no sólo representa a Malvinas: es el cumpleaños del Presidente. Fue un dato que formó parte del monólogo de la vicepresidenta. "Les voy a recomendar un libro que le recomendé al Presidente y todavía no leyó", comenzó Cristina Kirchner, sugiriendo la lectura de "Diario de una temporada en el quinto piso", de Juan Carlos Torre. Pero enseguida aclaró que no era Fernández sino Massa el aludido: "El presidente acá, de la Cámara de Diputados".

 

Después de las risas del auditorio, acotó ahora sí en referencia al mandatario y sus 63 años: "Hoy se lo mandé de regalo al Presidente para que la vocera no diga que no le regalo nada en el cumpleaños. Ya veo el lunes (que dicen) 'miren si será mala que ni siquiera le da un regalito el (día de su) cumpleaños'". Un misil sin anestesia a Cerruti, que llegó para institucionalizar un rol que tenía Juan Pablo Biondi, eyectado luego de un reproche público epistolar de la vicepresidenta. No es nueva la queja: el cristinismo suele apuntar a la comunicación de la Casa Rosada por "operaciones" en contra de su jefa en off the record. Desde Balcarce 50, minutos después de la chicana y ante la consulta de Letra P, descartaron realizar comentarios.

 

Si la chicana por el regalo no fue suficiente para estimular la interna, el contenido del libro abre un nuevo capítulo. Comenzando con su tapa, ilustrada con un laberinto y, por otra parte, "Episodios de política económica en los años de (Raúl) Alfonsín" es su subtítulo. Torre, su autor, fue de 1983 hasta 1989 miembro del equipo económico de Juan Sourrouille. Destaca su contraportada que el exfuncionario "fue testigo de la trastienda de las negociaciones con el FMI y funcionarios de los Estados Unidos; con la CGT; los empresarios y la oposición peronista; en el marco de una transición a la democracia asediada por fuertes presiones hiperinflacionarias y por los efectos de enjuiciar la violación de los derechos humanos durante la dictadura militar". 

 

En la antesala, cuando ya estaba claro que el Presidente y su vice encabezarían actos por separados, amalgamados por un Massa presente en ambas actividades y que comienza su recorrido hacia 2023, desde la Casa Rosada buscaban no involucrar el recuerdo de Malvinas en medio de los cruces todistas. Así lo pidió,  como prólogo, desde la AM750, el jefe de asesores presidencial, Juan Manuel Olmos. "Hay una fascinación de los medios por el comentario de la interna del Frente de Todos. No se debe mezclar todo: hoy se conmemoran 40 años de Malvinas y hay un acto del Poder Ejecutivo y otro del Poder Legislativo. ¿Por qué hay que hacer un análisis forzado y trasladarlo todo a la interna?”, se preguntó en el programa Toma y Daca

 

Horas después sería la misma Cristina Kirchner la que encendería la hoguera de la interna. Antes del discurso de la vice hubo un aviso. "Señora Presidenta…yo le voy a decir Presidenta, no del Senado; para mi, es mi Presidenta", la celebró el primer orador del día, el excombatiente y diputado, Aldo Leiva. La picardía despertó aplausos en el Salón Azul, un "no" con la cabeza de Cristina Kirchner y una amplia sonrisa de Massa. 

 

Luego del desfile de los justos homenajeados, con entrega de diploma, pasó Massa al púlpito primero y, después, Cristina Kirchner tomó el micrófono. Comenzó relatando sus viviendas personales en el sur durante la guerra, pasando por sus acciones gubernamentales durante ambos mandatos, como el puntapié aconsejado por el músico Roger Waters para la identificación hoy de 119 de las 121 tumbas de solados NN, sólo conocidos por Dios, en el cementerio de Darwin.

 

Pero el ecosistema político estaba pendiente de que, al quebrar su silencio, la vicepresidenta se despachara con alguna ironía por la interna. Y, en ese sentido, no defraudó. 

 

Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria en Diputados
Maximiliano Pullaro, Rogelio Frigerio y Martín Llaryora, en la conferencia en la que le pidieron al gobierno que baje las retenciones.

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