ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) Con casi seis meses desde su implementación, el muro de pago del diario La Capital de Rosario cuenta con algo más de 5.000 usuarios, una cifra que no convence al interior del histórico matutino. De cualquier manera, en las oficinas del décano de la prensa argentina no cunde el pánico y confían en mejorar la herramienta.
Los modos de sostenibilidad en el periodismo de todo el mundo están en crisis, hay pocas certeza y ningún camino a seguir. Lo que se hace hoy se puede revertir mañana, como han demostrado muchos casos. En ese escenario, el 4 de noviembre de 2021 comenzó a aparecer sobre algunas notas de la web del medio rosarino un banner con la leyenda “Contenido para suscriptores”. Fue el comienzo de la ambiciosa transformación digital del centenario diario y la invitación a pagar para acceder a contenidos de calidad. Se convirtió asì en el primer medio de información masiva rosarino que aplica un paywall en Rosario.
La apuesta a un nuevo modelo de negocios tiene destino incierto y las primeras conclusiones llaman a la cautela. Entre los cinco millares de suscriptores, se cuentan también a quienes vienen del abono al diario impreso y tienen derecho de acceder al contenido online. Pero en la histórica redacción de calle Sarmiento, hay optimismo. Creen que es cuestión de tiempo, y trabajo, para que la apuesta prenda en el público rosarino.
La Capital instauró su muro de pago en noviembre de 2021.
El responsable del proyecto es Vito Scaglione, hijo de Gustavo Scaglione y Josefina Daminato, la familia propietaria de La Capital Multimedio y Televisión Litoral. Consultado por Letra P, aclara que buscan mejorar el funcionamiento de la interfase y la realización de contenidos para salir a buscar usuarios de forma más ofensiva.
En la búsqueda de materiales y colaboradores, Scaglione es acompañado por los periodistas Sebastián Riestra y Diego Fiori, quienes junto con la secretaría de redacción del diario son los responsables de generar de tres a cinco notas diarias para el paywall.
En estos formatos de suscripción, la carrera de la información es fundamental para poder monetizar el contenido: ningún usuario paga por algo que puede leer en otro portal de forma gratuita. La busqueda de exclusivas más el análisis y la investigación es una intención que todavía está tomando forma. En esta línea, incorporaron al periodista Juan Chiummiento, qiuen venía desarrollando periodismo de datos para varios medios locales y regionales y ahora lo hace solo para el medio de la familia Scaglione.
Si bien algunos gurúes plantean el futuro del periodismo sin papel, en La Capital no ven bajo ningún horizonte posible prescindir ni discontinuar su edición impresa, hipótesis que es seguida muy de cerca por el sindicato de la actividad porque el diario es una referencia para los demás en materia de relaciones laborales. Por el contrario, plantean la integración con materiales generados para los suscriptores y que luego se publiquen en papel, apuntado a otro tiempo de lectura que no es el digital.
No tan cerrado
El formato de muro de pago no tiene una sola variante. Algunos son blandos y otros más duros, pero la tecnología y la programación informática permiten sortear los límites. Al formato editorial elegido por La Capital se lo llama freemium, porque algunos contenidos siguen siendo de acceso ilimitado mientras los exclusivos están detrás del muro de pago, al que se accede con un usuario y eligiendo entre tres diferentes planes de suscripción. Vito Scaglione afirma que hay una “responsabilidad social en dejar abierta cierta información que es importante para la comunidad, como lo que refiere a educación, salud”.
Después está el formato de programación web, que en este caso también es permisivo. A grandes rasgos existen dos esquemas: uno más rígido que mantiene el contenido outline y otro, el que tiene La Capital, donde está detrás de un banner que impide visualizarlo; pero con la opción de modo lectura con el que cuentan todos los buscadores se puede sortear. La diferencia reside en prohibir directamente el acceso o poner un obstáculo no tan insorteable para apelar a la decisión del lector de abonar su consumo. Sobre la elección, Scaglione dice que “no se puede ser más rígido de lo que tolera la sociedad, es un proceso. Hace 15 años un muro de pago hubiera fracasado, hoy es posible”.