"Ojalá sus políticas se extiendan pronto por toda Argentina", le auguró Isabel Díaz Ayuso a Horacio Rodríguez Larreta el miércoles pasado. Con ese guiño desde su cuenta de Twitter, la presidenta de la Comunidad de Madrid puso en palabras el gesto que el alcalde porteño buscó discretamente en la capital española, durante la minigira de tres días que comenzó el lunes en Alemania por las ciudades de Hannover y Berlín. La dirigente madrileña de derecha ponderó la gestión del invitado argentino y respaldó implícitamente sus aspiraciones presidenciales, en un momento donde recrudece la disputa con el expresidente Mauricio Macri por el liderazgo del PRO y de Juntos por el Cambio (JxC).
La recorrida europea estaba prevista para principios de año, pero fue postergada por el incremento de contagios de la variante Omicron y los cortes de luz de enero, producto de la ola de calor. Si se hubiera concretado en las fechas originales, la figura ascendente del Partido Popular (PP) le habría prodigado el mismo elogio a Rodríguez Larreta. Esta semana tuvo otro eco, porque el alcalde porteño transita una etapa política distinta después de las elecciones de medio término de noviembre, donde las candidaturas que promovió tuvieron éxito y lo dejaron fortalecido. Antes de llegar a los comicios de noviembre, el jefe de Gobierno aprovechó el envión de las primarias del 12 de septiembre y dos semanas después viajó a Estados Unidos, en una primera ronda de cabildeo por ese país que se repetirá este año.
Cinco meses después, ese perfil parece desdibujado ante la permanencia de Macri, que ahora quedó en el centro de las decisiones de JxC luego de la votación en el Congreso del pacto con el FMI. El expresidente impulsó el rechazo. No torció la aprobación que decidieron los bloques en las dos cámaras, pero tuvo una incidencia inesperada que configuró una demostración de poder. Exigua para algunos, sobrevendida para otros, pero un golpe para la iniciativa que impulsó Rodriguez Larreta el año pasado para jubilarlo y sacarlo de carrera.
El alcalde sostiene desde diciembre que, en este momento, no hay liderazgos en JxC y tampoco en el PRO. En la comuna opinan que no se desdibujó su perfil. Ven un repliegue frente a una disputa interna que no sale del microclima de la política. La gestión es el refugio elegido. En esa escenografía, no expresa sus aspiraciones presidenciales. Las construye con gestos como la gira europea. En 72 horas combinó encuentros institucionales con dirigentes de la derecha española y la socialdemocracia alemana, sumó una rosca industrialista en Hannover y concedió una entrevista al diario El País de Madrid para meterse en la agenda informativa ibérica que impacta fuerte en Buenos Aires.
Se mostró cauteloso, dejó claro que sigue en competencia y confió la certeza que tiene sobre el futuro de Macri. "Si él quiere, puede ser candidato, pero no lo expresó. Yo tampoco. Los candidatos saldrán de las PASO. Eso vale para todos. Es lo más sano", contestó Rodríguez Larreta cuando le preguntaron por segunda vez por Macri. En la primera oportunidad, le consultaron si se imaginaba en primarias contra el exmandatario. "Mauricio tampoco expresó su voluntad de ser candidato. Está en su derecho. Trabajo con él desde hace 20 años, lo respeto mucho, como presidente hizo cosas muy buenas, por ejemplo la política de reinserción de Argentina en el mundo, los empresarios españoles me lo decían en un almuerzo. Ninguno de los dos expresamos claramente vocación de ser candidatos", completó para mantener el suspenso.
El tuit de Díaz Ayuso aportó la pieza que Rodríguez Larreta no dijo en público. En privado tampoco lo negó. Sin perder los recaudos, dejó claro que quiere ser presidente, pero con un perfil desarrollista que sólo podría ser posible con un acuerdo con el "70% del sistema político". Es la misma tesis que expuso el año pasado, en medio de la pandemia, durante una conferencia virtual del Consejo de las Américas, donde habló de la necesidad de ampliar la alianza opositora sin caer en los aliados de ultraderecha que atrae Macri. Quizás por eso los elogios de la dirigente del Partido Popular calaron hondo en la derecha local. El ascenso conservador en España genera expectativas en el PRO, en Juntos por el Cambio y también dentro de la ultraderecha, que lidera Javier Milei.
Dentro del PRO, las voces que no responden a Rodríguez Larreta opinan que la gira fue con figuras de segunda línea. El alcalde no se encontró con los viejos amigos de Macri, como el expresidente José María Aznar, considerado un dinosaurio dentro del PP, y tampoco tuvo reuniones con los miembros del partido ultraderechista Vox, que tiene vínculos directos en Argentina con la titular del PRO, Patricia Bullrich, y con Milei. Puertas adentro del microclima de la derecha argentina, los deseos de Díaz Ayuso rindieron el dividendo acorde a una minigira de tres días en una Europa estremecida por la Guerra en Ucrania. También hubo un almuerzo con la Fundación Iberoamericana Empresarial, un grupo de lobby español que reunió a los representantes de BBVA, Banco Santander, INDRA, Iberdrola y Planeta en torno a una exposición del alcalde porteño, acompañado por su secretario de Asuntos Internacionales, Fernando Straface.
El viaje también tiene un contenido diferenciador más allá de JxC. Aunque estaba previsto en enero, la recorrida le permitió al jefe de Gobierno diferenciarse en un momento donde la coalición oficialista está atravesada por las peleas internas entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La gira terminó en Madrid. Antes de juntarse con Díaz Ayuso, Rodríguez Larreta se reunió con su colega José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid. Lo invitó para la cumbre mundial de alcaldes C40, que se realizará en Buenos Aires en octubre y será otra vidriera para la exposición del anfitrión.
El lunes comenzó el recorrido en la ciudad alemana de Hannover, considerada una de las ferias industriales más importantes del mundo. Rodríguez Larreta quiere hacer una edición de esa feria en Buenos Aires y reforzar los lazos con el sector industrial nacional. Sería otra forma de reforzar el perfil "desarrollista" que predica. El evento se concretaría el año próximo, cuando la carrera electoral ya estuviera en desarrollo.
En Berlín estuvo con la alcaldesa Franziska Giffey, dirigente del partido Socialdemócrata Alemán (SPD), socio de la coalición que el año pasado impulsó como canciller a Olaf Sholz, quien sucedió a la demócrata cristiana Angela Merkel. A diferencia de la madrileña Díaz Ayuso, la berlinesa Giffey no hizo ninguna declaración sobre la visita de su par porteño.