Superado el presupuesto y a la espera de sortear sin escollos en la Legislatura el envío de pliegos de jueces, la Casa Gris empieza a bucear la chance de avanzar con un proyecto de reforma constitucional de máxima, que contenga incluso la chance de reelección del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti. El Ejecutivo filtra que el rafaelino está de acuerdo con la iniciativa, pero debería ser el Partido Justicialista quien se cargue al hombro la idea.
En este momento son dos los proyectos de reforma que descansan en la Legislatura, uno del diputado del PDP Gabriel Real y otro del celeste Nicolás Mayoraz. Ambos son opositores, aunque no integran bloques mayoritarios.
La llave para cualquier proyecto que tenga el interés de Perotti y los suyos es la oposición de Diputados. El gobernador arregló varios de los tantos que lo distanciaban con Armando Traferri y su sector, por lo que el vínculo con el Senado se recompuso. Entonces, la viabilidad depende, por sobre todos, del radicalismo y el socialismo, los bloques de mayor peso en la Cámara baja. “Reelección no”, anticipa un legislador socialista.
Referentes de ambos partidos consultados por Letra P confiaron que existe el run run reformista, pero afirman no haber formado parte de una instancia formal a través de la cual la Casa Gris blanquee sus intenciones. No rechazan el debate, pero aguardan que sea el Ejecutivo el que mueva sus fichas. “Todo lo que nos dé centralidad en Diputados nos sirve”, remarcó un diputado socialista.
Santa Fe y Mendoza son las dos únicas provincias que no actualizaron su Constitución tras la reforma de 1994. Miguel Lifschitz fue el gobernador socialista que llegó más lejos, logró que el proyecto llegue a recinto, aunque fue rechazado.
A Perotti la movida le sirve porque le permitiría, a la vez, sostener iniciativa política, rasgo para nada sencillo en función de que ya arrancó el segundo tiempo de su gobierno y no tiene reelección en el horizonte. Hay que mantener el entusiasmo.
Pero no será él quien se ponga al frente del proceso. “Sin dudas que la Constitución quedó vieja”, le dijo este martes a El Litoral. Pero la rosca tendrá otros interlocutores y promotores, y el perottismo cree que es una cosa de los partidos. Y la tarea, en ese sentido y según Hacemos, debería recaer en el presidente del PJ Ricardo Olivera.
Olivera viene golpeado luego de haber intentado con mucho énfasis un revival de la unidad en la diversidad que erigió para que Perotti llegue al poder en 2019. Se reunió con todos los sectores internos por separado y cuando propuso el cara a cara el encuentro se truncó unas horas antes. Él responsabilizó al perottismo y a Encuentro, la línea que conduce María Eugenia Bielsa. Luego de dicho cortocircuito, el diputado nacional y ladero de Perotti, Roberto Mirabella, procuró recomponer el vínculo con Olivera.
La mesa política del PJ se juntará este viernes y, entre otras cuestiones, convocará al Consejo Ejecutivo Provincial. El planteo por impulsar una reforma sería parte del temario. Habrá que seguir de cerca la reacción de otras tribus del peronismo al plan del perottismo.