Organizaciones y sindicatos de todo el país se reunieron el pasado fin de semana en Rosario en el segundo Encuentro de Sindicalismo y Feminismo. En esta oportunidad fue organizado por la pata local de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), el Sindicato Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario (SOEAR) y la Fundación Rosa Luxemburgo. El techo de cristal y el suelo pegajoso fueron los principales desafíos planteados por las mujeres trabajadoras de cara al próximo 8 de marzo. Además, piden sentarse a la mesa de las discusiones paritarias y participar en los convenios colectivos de trabajo para equiparar las licencias materno-parentales.
Durante dos jornadas, más de 150 gremialistas de Santa Fe, Córdoba, Chaco, Salta, provincia y ciudad de Buenos Aires, con la participación de representantes de Uruguay y Chile, intercambiaron experiencias con el objetivo de lograr un feminismo transversal y horizontal en todas las organizaciones.
Al ya consabido techo de cristal, que impide que mujeres accedan a puestos jerárquicos comúnmente ocupados por varones en organizaciones y empresas, las sindicalistas hablaron también del "suelo pegajoso", que las retiene en la base de las estructuras laborales sin expectativas de progreso.
El sindicato del aceite de Rosario, uno de los organizadores, es el más grande de la Federación Aceitera. De sus 1.200 personas afiliadas, apenas el 10% son mujeres. En un sector históricamente masculinizado, las trabajadoras ocupan fundamentalmente tareas administrativas tanto en el sindicato como en la obra social. Apenas 14 están en la fábrica.
Carina Savone es mecánica de la planta de Cargill, la primera y única mujer de la zona en acceder a ese puesto y, además, forma parte de la comisión directiva del sindicato. En diálogo con Letra P afirma que su caso “sienta precedente” y que su objetivo es que más mujeres entren a las plantas en roles en general ocupados por varones.
Cupo incumplido
Savone quiere inspirar para que más mujeres se sumen a la actividad gremial y, a la vez, integrar a las que ya están dentro: que crezca la presencia de mujeres para delinear una agenda conjunta en pos de la igualdad de oportunidades y ganar espacios en los lugares donde se toman las decisiones.
Según datos del informe "Sexo y Poder", elaborado por Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la ley de cupo sindical es ampliamente incumplida y la participación femenina en los espacios de representación sindical bajó en los últimos diez años: en las confederaciones pasó del 14% al 13%; en las federaciones, de un 5% a un 2% y en los sindicatos, de un 5% a un 3%. En este marco, las sindicalistas comenzaron a organizarse para recuperar el terreno perdido e ir por más.
ATE Rosario, el otro anfitrión del encuentro, tiene alrededor de 10 mil personas afiliadas. El 66% son mujeres. Representa a más de quince sectores, entre los que se destacan el educación, justicia, áreas productivas y salud, entre otros. Lorena Almirón es la secretaria general y la primera mujer en acceder a ese cargo. Tras el encuentro, reiteró “la importancia de que la perspectiva de género sea transversal a todos los espacios de las organizaciones sindicales” y “la decisión política de apostar al feminismo”.
Dos de los principales ejes sobre los que giró el encuentro fueron las paritarias feministas y la participación de las mujeres en los convenios colectivos de trabajo. Sobre el primer punto, Almirón subrayó que mayormente discuten varones y que “es necesario poder llevar la realidad de las mujeres a esas mesas”. “Hay muchas cuestiones que si no las planteamos nosotras muchas veces quedan en segundo plano”, sentenció.
Sobre el segundo ítem, se discutió modificar las licencias para lograr mayor igualdad. “Si pensamos que las tareas de cuidado tienen que ser equitativas entre varones y mujeres no podemos tener diferencias en las licencias materno-parentales”, argumentó Almirón.
La violencia laboral fue otro de los tópicos de los que se habló durante el fin de semana. En Argentina seis de 10 personas que trabajan sufrieron violencia laboral. Los datos surgen de un nuevo estudio elaborado por la Universidad Nacional de Avellaneda y la Red Nacional Intersindical contra la Violencia Laboral. Las mujeres y disidencias son las más afectadas.
Desde este año se podrá recurrir a la justicia para reclamar por maltrato laboral o acoso sexual y pedir que se cumpla con el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Gran parte del encuentro se centró en compartir experiencias y conocer las herramientas que tienen a disposición para hacer frente a la violencia en los espacios de trabajo.
Por último, Almirón subrayó la importancia de “conseguir la igualdad en el mundo del trabajo y para eso se debe garantizar la implementación efectiva de los cupos femeninos, travesti-trans y para personas con discapacidad”. Consideró que aún es una deuda por saldar.
Según la referente de ATE, en Rosario y la región las mujeres lograron paridad en la mayoría de las comisiones directivas. Sin embargo, aún resta mucho camino por recorrer para que puedan acceder y permanecer en los cargos jerárquicos y ser tenidas en cuenta a la hora de las decisiones. El encuentro concluyó con la promesa de seguir discutiendo y construyendo igualdad en el mundo del trabajo “porque su deseo se transformó en convicción política y su lugar es el sindicato”.