El progresismo colombiano dio este domingo un primer y fuerte paso en su carrera para ocupar por primera vez en la historia la Casa de Nariño. Al cierre de esta nota, la interna del Pacto Histórico era la más votada, con 5.806.278 de votos, más que duplicaba a la alianza de Centro Esperanza y derrotaba, también, a la derecha de Equipo por Colombia. De esta manera, el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro se convertía en el candidato más votado de la jornada y se reafirmaba como el favorito para ganar las elecciones presidenciales del 29 de mayo.
Los comicios se desarrollaron sin sorpresas. Petro se imponía en su interna con el 80,51% de los votos sobre una de las sorpresas de la jornada, Francia Márquez Mina, lideresa feminista, ambientalista, afrodescendiente y candidata del Polo Democrático Alternativo. “Estamos ad portas de ganar la presidencia en la primera vuelta presidencial”, afirmó Petro cuando las números lo erigían como un serio candidato a suceder al presidente Iván Duque e iniciar un período de transformación económica, política y social histórico para el país. La noche le dejó un panorama para festejar: en Bogotá superó las expectativas al llegar a los 887 mil votos, superando ampliamente el resultado del oficialista Centro Democrático en 2014 (317.898 votos) y 2018 (473.933 votos). También, será la primera fuerza en el Congreso, lo que le permitirá avanzar en sus reformas estructurales prometidas en caso de llegar al poder.
La alegría de Petro partió de la perspectiva -cada vez más fuerte- de ganar la presidencia en primera vuelta, sin necesidad de recurrir al ballotage el 19 de junio. Este es el primordial objetivo de la izquierda para evitar una dinámica que se repite en otras latitudes del continente: una amplia y fuerte oposición de derecha y centroderecha para evitar que el “comunismo” llegue al poder. Esta perspectiva es más profunda en Colombia, porque Petro es un exguerrillero del Movimiento 19 de Abril que cuenta entre sus filas a sectores afines al gobierno venezolano de Nicolás Maduro y que propone profundos cambios sociales y económicos que las élites gobernantes de Colombia presentan como atemorizantes. “Aquí no vamos a expropiar a nadie, se trata de apropiar", manifestó Petro durante su discurso para empezar a alejarse de las denuncias.
Otro de los puntos clave para el futuro de la candidatura de Petro será definir su fórmula presidencial. Según el pacto acordado dentro de su alianza, ese puesto le correspondería a Francia Márquez, quien salió segunda en la interna y que, además, fue la tercera persona más votada de toda la jornada, pero hasta el cierre de esta edición no estaba confirmado. El debate será por definir hacia dónde encaminar su espectro: la fórmula Petro-Márquez albergaría las banderas más fuertes de la izquierda y las reformas más profundas, lo que podría provocar un alejamiento de los sectores más reacios a los cambios y un fortalecimiento indirecto de los sectores “anticomunistas”; por el otro lado, nombrar a otra persona podría provocar la ruptura de la vía progresista sin la necesidad de fortalecer un apoyo más centrado, que, de todas maneras, podría optar por una oposición de derecha y quedarse sin el pan y sin la torta. “No hay necesidad de sectarismos”, dijo Petro junto a Márquez este domingo antes de invitar “a las fuerzas democráticas del país” a sumarse a su candidatura.
Por derecha
Con este panorama se perfila como principal rival de Petro el ganador de la interna de la derecha Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez, quien se imponía con el 54,18% de los votos sobre su competidor más cercano, Álex Char, quien llegaba al 17,72%.
El panorama para las fuerzas tradicionales del poder colombiano es difícil porque todavía sufre las consecuencias de las protestas de mayo de 2021, que pusieron en jaque el modelo neoliberal por ellas impuesto a lo largo de la historia nacional. Ejemplo de esto es que se encuentra dividida ante el delfín del oficialista Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, quien no participó de las internas este domingo y ya espera en la carrera de mayo. Además, sufre la herencia negativa del gobierno de Duque, un mandatario desprestigiado y denunciado por el manejo violento de la crisis de 2021.
Por su parte, la definición del centro político fue, nuevamente, para el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo, quien se alzaba con el 33,49% de los votos de la interna ante el 22,55% de Juan Manuel Galán. Su reto será superar la polarización entre izquierda y derecha y lograr sentar las bases de una tercera fuerza que, por ahora, se pierde en el escenario nacional ante la escasa movilización generada, las críticas superpuestas hechas contra los entornos de las diferentes fuerzas que componen la alianza y la debilidad de las promesas hechas.
El futuro de este espacio podrá ser fundamental para el devenir de los.comicios presidenciales y, especialmente, una segunda vuelta electoral al tener en cuenta que en 2018 Fajardo decidió no apoyar a Petro en el mano a mano ante Duque, lo que dejó heridas difíciles de sanar entre los distintos sectores políticas nacionales.
El parlamento
Este domingo también se definió el futuro Congreso, lo que también le dejó buenas noticias a la izquierda. En el Senado, el Pacto Histórico de Petro alcanzaba 16 asientos, un salto significativo de los tres conquistados en 2018, y en la Cámara de Representantes llegaba hasta los 25, lo que, junto a alianzas futuras, lo dejaba muy bien parado para evitar las trabas legislativas a sus reformas en caso de llegar al poder. La debacle del gobierno también se plasmó en este escenario al perder, hasta el momento, 45 asientos entre ambas cámaras, otro duro golpe para el status quo, que está en jaque.