EL CEO DE SYNGENTA

Antonio Aracre: "La visita del Presidente a China fue fantástica"

Recargado tras un combo de mar y sierras, el ejecutivo se muestra optimista sobre la economía. Retenciones, a la cola. Con AF, todo bien. FMI y después.

Con su empresa liderando el sector desde hace tres años, Antonio Aracre, director general de la agroindustrial Syngenta para Latinoamérica Sur, se permite tiempo y lugar para el descanso. Un destino que no puede faltar en las vacaciones del empresario es Mar del Plata. “Desde que nací, hasta los 30, veraneé todos los años ahí”, le cuenta a Letra P y reconoce que tiene un vínculo afectivo con La Feliz. También aprovechó unos días con su pareja, su hija y el novio de esta última para visitar el sur argentino y asombrarse con los paisajes de Calafate y Ushuaia. Con el objetivo de disfrutar el viaje, pero también de desconectarse del celular, se resguardó en el trekking y las excursiones para recorrer las maravillas de la Patagonia.

 

Además de salir a comer platos típicos de cada lugar que visita, busca combinar su tiempo con la lectura. Este año, el libro elegido fue Aramburu, de María O'Donnell. Admite que no logró terminarlo, pero asegura que será materia pendiente para este año. Ya de regreso al ritmo de trabajo, se muestra optimista por el presente del sector agrícola, aunque reconoce el impacto de la sequía. En este sentido, elogia al productor argentino y considera que es el más competitivo del mundo. Habla de la relación del campo con el Gobierno y señala que es momento de discutir temas que acerquen y no aquellos que alejan, como las retenciones. Celebra la visita del presidente Alberto Fernández a China ("los negocios y las inversiones no tienen color político ni nacionalidad") y cuestiona a los medios.

 

-¿El agro atraviesa un buen momento?

 

-Sí, tiene que ver con razones coyunturales como la pandemia, la dedicación de las personas a los alimentos y la crisis, en general, de la logística de los buques y los contenedores. El precio de los commodities subió muy significativamente y se va a mantener así por un largo rato. Es una tendencia muy positiva para Argentina, que vive, en buena parte, de los dólares que trae el sector. La sequía de los últimos meses hizo que el humor no se viera tan favorecido. Seguramente haya una merma en el volumen de soja, en promedio, cerca del 5% y en el maíz se verá más adelante.

 

-¿El precio puede compensar el volumen?

 

-Probablemente, a nivel macro no se va a notar porque los buenos precios logren compensar el volumen. En dólares totales es probable que sí.

 

-En diversas oportunidades el sector destaca la representación que tiene el agro brasileño en la política. En Argentina, ¿la política entiende al sector agropecuario?

 

-Brasil tiene una tradición de comprensión y de inserción política y social del agro que es mucho mayor a la que tenemos en Argentina. Tiene que ver con distintas cosas. En parte, hay una pelea sistemática, con buenas razones, donde siempre aparecen las retenciones y la presión fiscal como lo más importante. Se entiende que el sector vea como algo injusto, pero también se entiende al Gobierno por la situación que atraviesa la economía argentina. En ese sentido, anteponer sistemáticamente las retenciones a cualquier discusión mucho más estratégica y profunda hace que queden en el camino muchos temas importantes para el sector. Por ejemplo, las agresiones de sectores ambientalistas y de la sociedad urbana sin entender del todo qué hace y que aporta este sector. Hay mucho que mejorar en el diálogo con el Gobierno y la sociedad urbana.

 

-¿Por qué no se da?

 

-Porque siempre se pone el tema de las retenciones como foco, que es un conflicto que tiene pocas chances de evolucionar en el corto plazo. Podríamos plantear cosas alternativas, como lo que hizo el sector automotriz, y reducir las retenciones sobre las exportaciones incrementales. Eso sería un buen paso para empezar.

 

-¿Usted no plantearía el tema retenciones en este momento?

 

-Hay muchos otros temas para revincular constructivamente al Gobierno, al sector y a la sociedad. Si empezamos por aquello que más conflicto genera, es probable que el diálogo termine en una calle sin salida.

 

Aracre viajó al sur junto a su pareja, su hija y el novio

-¿La relación tirante del Gobierno con el campo es por una cuestión de color político?

 

-Se mezclan cosas. Tiene que ver con una serie de prejuicios de ambos lados. El sector ve una ideología que lo perjudica o que no lo incluye y el Gobierno siente que el productor es hostil, que se identifica más con otros partidos y que no quiere ponerle el hombro a la Argentina. Cuando entran los prejuicios, se estanca la posibilidad de avanzar en un diálogo constructivo. Debería ponerse en agenda aquellos temas que menos conflictividad tienen.

 

-¿Cómo es su relación con el presidente Alberto Fernández?

 

-Excelente. Tengo diálogo fluido tanto con el Presidente como con el ministro de Economía, (Martín) Guzmán, y otros ministros también. El nivel de diálogo, la capacidad de escucha y la cantidad de cosas en las que coincidimos entre el sector privado y el Gobierno son más importantes de lo que se cree. A veces, para el periodismo es más negocio poner el foco en las diferencias que en las coincidencias.

 

«Cuando entran los prejuicios se estanca la posibilidad de avanzar en un diálogo constructivo»

-¿Qué lectura hace del periodismo?

 

-Me aburre el periodismo que solo genera monólogos o, en todo caso, diálogos con solo una parte del sector. No está mal que un medio se identifique más o menos con un partido, (pero) es poco respetuoso a la calidad intelectual de la audiencia no reconocer virtuosismo en el debate, que es lo que genera mayor conocimiento. Hay temas económicos, pero, también, un tema ético y de responsabilidad social que tienen los medios.

 

-¿Qué significó la visita del Presidente a China?

 

-Fue interesante escuchar esta idea infantil de que tenemos que pertenecer a Occidente o a Oriente. Los negocios y las inversiones no tienen color político ni nacionalidad, sino interés estratégico y comercial. Argentina tiene que estar bien con Estados Unidos, con China y con todos los países que muestren interés en potenciar la mirada que el país tiene sobre sus propios sectores industriales. La visita fue fantástica. Está bien lo qué está haciendo la Argentina.

 

-¿Hay futuro?

 

-Sí. Hay futuro y hay urgencia y me parece muy importante que, ahora que dejamos la pandemia atrás, empecemos a darle sentido de urgencia a algunas decisiones económicas vinculadas con la necesidad de hiperdesarrollar los sectores que nos pueden dar los dólares para crecer, a incluir a más argentinos y desarrollar nuevos sectores económicos.

 

-¿Cómo vio el acuerdo con el FMI?

 

-Hay muchas personas que dicen "no, de ninguna manera podemos firmar con el FMI porque nos someten". Es verdad, el FMI es un acreedor que impone sus condiciones, pero ¿cuál es la alternativa al no acuerdo? ¿Eso se lo explica alguien a la gente para ver qué resignamos cuando decidimos no acordar?

 

-¿Qué opina del entendimiento?

 

-Queda un trabajo de letra chica por hacer, que muchas veces es el más difícil y complejo. También queda un trabajo político en el Congreso para que se acuerde este tratado de memorándum y en el FMI para que todos los países que son socios se involucren políticamente. Estados Unidos es un actor clave, porque es el accionista mayoritario. Es un trabajo importante que queda y poco tiempo, porque los vencimientos son en marzo y las reservas son escasas.

 

-¿El Congreso aprobará el acuerdo con el FMI?

 

-La mayor parte de los sectores políticos del oficialismo y la oposición van a acompañar al Gobierno. Seguramente haya algunos legisladores más radicalizados que se abstengan o voten en contra, pero van a estar los votos para que salga.

 

-El año pasado proyectó un repunte del 10%. ¿Cuánto estima para este año?

 

-Si finalmente acordamos con el FMI en marzo, como está previsto, y evitamos una ralentización del crecimiento económico, espero un 5% para este año.

 

-¿Qué preocupaciones tiene el sector empresario con el que usted habla?

 

-La principal preocupación es que las reservas se fortalezcan para que las importaciones fluyan. En segundo lugar, que se pongan en funcionamiento las medidas que se están acordando con el FMI de manera tal que la lucha contra la inflación empiece a dar sus frutos. Una vez que pase este trimestre, que va a estar fuera de los cálculos por los ajustes de tarifas y los precios atrasados, a partir de este anclaje de expectativas se puede alcanzar un promedio del 2% mensual a partir de abril. Eso sería una muy buena expectativa.

 

-¿Es usted un empresario cercano al Gobierno?

 

-Si un empresario cercano es alguien que dialoga fluidamente, que es escuchado y participa, soy. Si un empresario cercano es un empresario militante que lo vota, yo no lo voté a Alberto Fernández. No soy un político, no hago militancia, hago negocios. Veo a la política como una herramienta transformadora y como algo que no es exclusiva de los funcionarios, sino que es inherente a todos los actores del poder social.

 

Javier Milei
Toto Caputo y Javier Milei

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