PERÚ EN CRISIS

Quiso dar un golpe de Estado y perdió: el Congreso de Perú echó a Castillo

Con 101 votos a favor, el Poder Legislativo acabó con la intentona golpista del mandatario, quien fue detenido por la Policía. Dina Boluarte, nueva mandataria.

Luego de que el presidente Pedro Castillo anunciara la disolución del Congreso, el Poder Legislativo de Perú logró sesionar y lo destituyó a través de una vacancia presidencial con 101 votos a favor, seis en contra y diez abstenciones. De esta manera, el exlíder sindical se vio obligado a abandonar el cargo apenas un año y medio después de haberse convertido en el primer jefe de Estado con tintes izquierdistas en la historia reciente del país y fue detenido por efectivos de seguridad. 

 

Perú amaneció este miércoles con un clima caldeado a la espera de lo iba a suceder en el Congreso. En una sesión especial, los legisladores y las legisladoras tenían previsto votar una moción de destitución para el presidente por "incapacidad moral permanente" por presuntos actos de corrupción vinculados a la obra pública. La presión se disparó hacia el mediodía, cuando el jefe de Estado anunció el cierre del Poder Legislativo, la declaración del estado de excepción y la entrada en vigor de un toque de queda nocturno. Ante el fuerte rechazo que generó este intento de golpe de Estado, la oposición consiguió los votos que antes le eran esquivos y logró destituirlo con 101 votos a favor, seis en contra y diez abstenciones.

 

A pesar de que Castillo lo había negado en varias oportunidades, este miércoles intentó interrumpir el orden democrático del país andino a través del cierre del Congreso, pero la jugada le salió mal: no consiguió aliados, varias figuras de su gabinete presentaron sus renuncias rápidamente, las Fuerzas Armadas y de Seguridad se encolumnaron detrás del rechazo junto a una parte de la comunidad internacional, que pidió respetar la Constitución y mantener la calma en la calle. Sin margen de maniobra y con una oposición robustecida, Castillo quedó condenado y en las próximas horas deberá abandonar el poder.

 

Dina Boluarte, quien trabajó hasta entonces como primera vicepresidenta, asumirá el cargo que dejará Castillo. La abogada oriunda de Chalhuanca rechazó la maniobra golpista del Presidente a través de su cuenta de Twitter, donde publicó: “Rechazo la decisión de Pedro Castillo de perpetrar el quiebre del orden constitucional con el cierre del Congreso. Se trata de un golpe de Estado que agrava la crisis política e institucional que la sociedad peruana tendrá que superar con estricto apego a la ley”. Cuando jure ante el Congreso, se convertirá en la primera mujer en ser presidenta de la historia peruana.

 

Por su parte, Castillo fue detenido minutos después de que el Congreso acabara con su gobierno por el delito de sedición a partir de una denuncia que presentó en su contra el procurador del Estado, Daniel Soria. Según las primeras imágenes que se dieron a conocer, el exmaestro rural fue aprendido en uno de los edificios de la Prefectura nacional.

 

De esta manera, Perú suma un nuevo capítulo a su crisis política e institucional que desde 2016, cuando renunció el entonces mandatario Pedro Pablo Kuczynski (PPK), hunde al país andino en sucesivos problemas legales y constitucionales. Desde este miércoles, Castillo se suma a la larga lista de exjefes de Estado que debieron enfrentar a la Justicia luego de abandonar sus funciones ejecutivas: de los últimos diez presidentes, ocho fueron procesados, imputados o acabaron presos por diversos delitos vinculados a la corrupción de la obra pública.

 

En la previa de su destitución, Castillo había manifestado que para "los grandes monopolios y oligopolios, no es posible que un campesino gobierne el país" y acusó al Poder Legislativo de querer instaurar "una dictadura congresal". “El Congreso ha destruido el estado de derecho, la democracia y el equilibrio de poderes con el fin de instalar una dictadura congresal”, había denunciado. A través de una cadena nacional, había instaurado el "estado de excepción", el toque de queda nocturno y había prometido realizar nuevas elecciones legislativas en un período no mayor a los nueve meses para que la nueva Cámara de Diputados tenga "facultades constituyentes" y fuera capaz de conformar una nueva Constitución. Ahora, nada de eso se llevará a cabo.

 

Desde que Castillo llegó al poder, en julio de 2021, pudo sobrevivir a dos procesos de vacancia presidencial. La tercera fue la vencida y el exlíder sindical fue, finalmente, destituido por el Congreso.

 

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