Horacio Rodríguez Larreta pasará a nafta su campaña presidencial, envalentonado con la culminación de la cumbre de alcaldes del C-40 con epicentro en la Ciudad. Con el calendario electoral en la cabeza, el jefe de Gobierno porteño busca tener más presencia en distritos claves, especialmente en el conurbano bonaerense, pero sin descuidar las recorridas por el interior del país que realiza cada 15 días. Para eso, también, retocó su equipo.
El team amarillo pasará a un esquema en el que cruzará la General Paz todos los jueves y domingos, pero usará los viernes y sábados para desembarcos en las provincias. De esta forma, abocado a una campaña para una candidatura que no termina de oficializar, todos los menesteres de la gestión porteña quedarán concentrados entre lunes y miércoles. “Es el momento de sumar millas en serio porque los tiempos políticos se aceleraron”, sostuvo ante Letra P una alta fuente oficial. Entre la sucesión de capítulos de una película acelerada, cuentan las peleas del Frente de Todos, con reclamos de tempranas definiciones del año que viene, y el desgaste cotidiano de la Casa Rosada, al ritmo de la inflación.
La aceleración de los tiempos políticos, sin embargo, no implica que Larreta vaya a confesar todavía sus intenciones presidencialistas abiertamente. Como contó Letra P, el alcalde sigue en sus 13 y tiene pensado admitir lo evidente recién en marzo de 2023, por las mismas fechas en la que el exmandatario Mauricio Macri definirá si se presenta o no a un "segundo tiempo".
La decisión larretista de no adelantar sus intenciones se explica por su metáfora runner de “maratón y no sprint” sobre los procesos electorales. Fiel a su pasión de salir a correr en horas de la madrugada, el jefe de Gobierno está convencido de que la carrera de largo aliento lo beneficia y no quiere dar pasos en falso en las etapas de definiciones.
En agenda, en el cambio de combustión, tiene pactado estar el jueves en Avellaneda y el sábado en Pilar para respaldar a los candidatos Maximiliano Gallucci y Sebastián Neuspiller, respectivamente. Al mismo tiempo el candidato larretista para gobernador de Buenos Aires, el diputado Diego Santilli, se mostró con el intendente de La Plata, Julio Garro, e iniciará una gira por la sexta sección electoral junto al jefe comunal de Bahía Blanca, Héctor Gay. “Es un tándem entre los dos para cubrir la mayor cantidad de terreno en el menor tiempo posible”, explicaron.
A la par, para darle mayor potencia al motor larretista, también hubo cambios en el equipo nacional de campaña con el regreso del secretario de Asuntos Estratégicos, Eduardo Macchiavelli, y la sumatoria de su par de Medios, Christian Coelho, y de Comunicación, Federico Di Benedetto. “Ahora va a haber una mesa amplia donde todo se va a centralizar”, le dijo a Letra P uno de los funcionarios a cargo del esquema.
Macchiavelli, también Secretario General del PRO, regresa después de haber sido enviado por Larreta para ordenar todo lo relacionado con el espacio público en la gestión, para lo que creó una mesa de control. Con ese objetivo ya en marcha, y por la labor que realizó desde 2019 en la construcción de la campaña presidencial, se volverá a sumar al círculo de armadores.
Conocidos por ser los principales ideólogos de la no confrontación discursiva del alcalde, identificado en la interna amarilla como una paloma frente a los halcones, Coelho y Di Benedetto tendrán como objetivo que toda la comunicación, incluida la del resto de aspirantes de cada provincia, tenga el mismo tono. Se trata del paso siguiente a poner un encargado de prensa en los distritos para trabajar como nexo entre los larretistas y los medios locales.