ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) posó sus ojos sobre el contrabando de granos por la frontera noreste del país, una imagen que comenzó a verse con mayor volumen a partir de 2020. Según un informe al que tuvo acceso Letra P, el organismo detectó el tránsito de más de 100 camiones de soja por las rutas de la provincia de Misiones, una provincia que no produce esa oleaginosa.
El organismo lleva adelante tareas de investigación y fiscalización para evitar que se le escurran los dólares por el río Uruguay. No está solo: la industria agroexportadora hace lo propio para impedir una sangría de toneladas que deberían tener como destino los puertos del Gran Rosario.
A principios de julio de este año, la industria agroexportadora denunció públicamente que se van por las fronteras entre 300 y 400 millones de dólares por mes. La AFIP lleva hasta el momento 127 acciones preventivas de interdicción en Misiones y tres allanamientos, según obtuvo Letra P del relevamiento interno del organismo.
El foco está puesto en una ruta ilegal hacia Paraguay, Bolivia y, principalmente, Brasil de exportación de soja y maíz, que casi duplica la rentabilidad. Quienes la usan buscan un mejor precio y evitar las retenciones.
El contrabando de granos, principalmente soja y maíz, se da por la frontera de Misiones, donde llegan los camiones luego de cruzar Santiago del Estero, Chaco y Corrientes. El relevamiento interno de AFIP señaló que estos granos llegan bajo el aval de cartas de porte adulteradas o admisibles, pero que son contribuyentes sin espalda para realizar esa operación.
Los camiones llegan a Misiones y descargan el cargamento en acopios clandestinos para luego trasladar los granos a las costas del río Uruguay. A través de balsas precarias, se cruzan las bolsas hacia Brasil. El Soberbio, Aurora, Santa Rita son algunos de las localidades donde se prestan estos servicios. El Estado detectó que en esta región hay un alto impacto social porque pasó a ser un ingreso importante de subsistencia para parte de la población.
Para combatir este delito, la AFIP fue tras el sector productivo primario que evade. Luego, avanzó sobre los operadores logísticos de la zona, que el organismo define como los verdaderos ganadores con esta maniobra y, también, realizó fiscalizaciones en las rutas para realizar interdicciones.
Actualmente, la industria y la AFIP trabajan en la verificación y el chequeo de las balanzas en los puertos y en un programa de vigilancia de las barcazas que llegan a Argentina con soja. Además, comparten información y consultas para facilitar y descartar operaciones que pueden ser extraordinarias, pero en realidad son propias del mercado.
El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales, Gustavo Idígoras, comentó que el impacto de la ruta ilegal en el mercado es importante. Además, destacó que ocurre sobre todo en las provincias fronterizas.
En la industria entienden que el dólar soja va a tener un impacto sobre esta situación, ya que, al igualar el precio en el mercado interno con el mercado ilegal, genera un desincentivo. “Sería una consecuencia no pensada”, señaló un empresario del agro.