SAN PABLO (Enviado especial) El candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, minimizó este domingo el traspié de no haber conseguido zafar del ballotage y de haber ganado por un margen mucho más estrecho del que anunciaban las encuestas y llamó su militancia a profundizar la campaña en los próximos 30 días porque "la lucha continúa hasta la victoria final".
"No siempre se puede ganar en primera vuelta; es solo una prolongación de la victoria", dijo el expresidente pasadas las 22, en el búnker que montó en esta ciudad, una hora después de que la justicia electoral diera por "definida" la elección y confirmara que habrá segunda vuelta el próximo 30 de octubre.
Calmo y de buen humor, sin elevar nunca la voz, celebró que tiene "30 días para hacer campaña" y advirtió: "Adoro hacer campaña; adoro salir a la calle, subirme al camión y discutir de política". Más picante, señaló que esta prolongación del proceso electoral "va a ser interesante porque va a ser el primer cara a cara con el presidente para saber si seguirá diciendo mentiras”.
“Que me disculpen mis compañeros, pero vamos a tener que hacer más campaña y más actos y vamos a tener que convencer a la sociedad", convocó y arengó, sin subir el tono: "La lucha continúa hasta la victoria final".
El candidato a vicepresidente, Geraldo Alckmin; la presidenta del PT y candidata a diputada federal por Paraná, Gleisi Hoffman; el candidato a gobernador de San Pablo, Fernando Haddad; su excanciller y asesor político, Celso Amorim; el presidente del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Juliano Medeiros; la excandidata a vicepresidenta del partido en 2018 Manuela D´Avila y su esposa, Janja, acompañaron a Lula en el escenario.
El puñado de personas que ocupaba el escenario recibió a Lula con aplausos y gritos, pero el fuerte golpe que representó la performance inesperada de Bolsonaro se notó en la comitiva que subió a la tarima.
Fiel a su estilo, el expresidente bromeó y río durante su discurso y recibió sonrisas cómplices, pero las diferentes alocuciones se centraron en un objetivo: motivar a las bases y al electorado para salir a disputar el terreno de cara al ballotage del 30 de octubre, cuando el PT busque, finalmente, volver al Palacio de Planalto.