SEGUNDO TIEMPO

En China, Fernández buscará inversiones para reactivar las represas de Santa Cruz

Una adenda permitirá rubricar cambios técnicos y retomar el esquema de financiamiento. Faltan desembolsar unos U$S 2800 millones.

Entre los tantos documentos sobre inversiones que el presidente Alberto Fernández firmará en su visita a China, uno es clave para reactivar -o acelerar- las demoradas represas de Santa Cruz, que deberían haber comenzado a producir energía a comienzos de 2020, pero quedaron enmarañadas en cuestiones geopolíticas y técnicas. La adenda a la obra que rubricarán ambos países permitirá superar una falla geológica y dar inicio a la presa Néstor Kirchner. A su vez, se destrabará el financiamiento del proyecto, estimado hace seis años en U$S 4.714 millones pero interrumpido en los últimos dos años. El Gobierno suplió desembolsos con fondos propios y ahora recuperaría lo invertido.

 

Según fuentes al tanto de las gestiones, la adenda técnica y financiera avanzó en el último tiempo. “Se hizo en 30 días lo que no se había hecho en dos años”, resumió uno de los participantes de las negociaciones, en diálogo con Letra P. Eso le permitirá a la Argentina, en primera instancia, recuperar cerca de U$S 400 millones con los que financió la continuidad de las obras desde enero de 2020, cuando China interrumpió los desembolsos. Por otro lado, se extenderán los plazos de repago del crédito, que el país comenzó a saldar hace dos años aunque estaba originalmente atado al despacho de energía. Y se dará formalmente vía libre a la represa Kirchner, que estaba trabada por una falla geológica que se solucionó con intervención de nueve expertos internacionales.

 

El embajador en China, Sabino Vaca Narvaja, habló sobre las represas Kirchner y Jorge Cepernic en una entrevista con eldiarioar. “Es un proyecto de un volumen de recursos muy grande que tiene que pasar por un montón de instancias en China, de ministerios y de organismos financieros. Y eso fue lo que demoró la formalización de esta adenda que se está firmando en el marco de la visita del Presidente, si no es antes”, dijo. Y agregó: “Eso el Presidente lo monitoreó punto a punto y el Gobierno decidió en el mientras tanto que estaba esa autorización a abonar con fondos propios para que no se pare, sobre todo la parte de la obra”.

 

La obra, capitaneada por la china Gezhouba, tiene como socio local a Electroingeniería, la firma de Osvaldo Acosta y Gerardo Ferreyra. Es un “proyecto que tendría que estar finalizado, pero por demoras en la gestión anterior no se culminó”, dijo Vaca Narvaja. A inicios de su gestión, Mauricio Macri pidió replantear la obra, en una jugada que se evaluó más geopolítica que técnica. Pero China ata sus inversiones. Así, para que avancen las represas debía acelerar el Belgrano Cargas. Y para comprometer más desembolsos, debían continuar las hidroeléctricas. La causa de los cuardernos y la prisión dictada a los accionistas de Electroingeniería -Ferreyra estuvo detenido un año y dos meses- agregaron más trabas a la megaobra. Otra piedra en el zapato del proyecto fue una falla geológica que obligó a replantear una de las presas.

 

El proyecto debía empezar a producir energía a comienzos de 2020. Para ese entonces empezaban los repagos, que el país fue saldando. Las nuevas estimaciones indican que la primera turbina de la represa Cepernic comenzará a funcionar para abril o mayo de 2024, según referentes de la obra. La adenda permitirá refinanciar los vencimientos hasta entonces y destrabar cerca de U$S 2.800 millones que quedan pendientes.

 

Todo esto formará parte de la agenda bilateral de Fernández con Xi Jinping, con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, el 4 de febrero y la celebración de los 50 años de relaciones comerciales entre ambos países. El mandatario también pasará por Moscú para entrevistarse con Vladimir Putin. Todo eso, en medio de la tensión con Estados Unidos por las negociaciones con el FMI. El viaje, puesto en duda por funcionarios en diciembre, también abre una nueva instancia geopolítica mientras los lazos entre Gustavo Beliz y Washington no alcanzan para destrabar el vínculo con el Fondo. En círculos con lazos fluidos con China atribuyen al funcionario el enfriamiento de la firma de la adenda en los últimos dos años. Así y todo, el proyecto emplea a unos 3.100 operarios y sumará, en distintas etapas, 800 obreros más.

 

¿Podrán China y Rusia poner financiamiento extra si Argentina no cierra con el Fondo? En el Gobierno lo dudan. El país asiático -sobre todo- no interrumpirá sus inversiones. Pero a la tasa de interés baja que cobra por los créditos agrega un seguro atado al riesgo país, que se encarece cada vez que la tirantez con Washington asoma.

 

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