En las horas más frenéticas de la crisis que empuja al borde de la ruptura al Frente de Todos, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, fiel exponente del cristinismo duro al mando del principal distrito del país, se mantiene al margen de la disputa pública y se enfoca en la campaña: entre el miércoles y el viernes, habrá amontonado en la casa de gobierno de La Plata a 70 intendentes e intendentas del peronismo con base en alguna de las ocho secciones electorales. Este jueves es el turno de las jefaturas de la Primera sección, con quienes delinea una estrategia para dar vuelta el resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.
La participación del mandatario en la crisis se limitó a abrir la puerta a la salida de sus funcionarios en lo que fue tomado como un mensaje al presidente Alberto Fernández, en las horas previas al estallido. Aquel mensaje vía agencia Télam que estuvo precedido por la gobernadora Alicia Kirchner, quien tras la derrota del domingo pidió la renuncia a todos los integrantes de su gabinete, fue reforzado por la ministra de Gobierno Teresa García, quien confirmó que todo el gabinete puso su dimisión a disposición del bonaerense. Aquello fue la antesala de la avanzada del ministro Eduardo de Pedro con la que el ala K inició el operativo presión.
Estalló todo y el gobernador se aisló del escándalo. A diferencia de otros gobernadores e intendentes, que se manifestaron en redes sociales, decidió no hacer referencia alguna sobre el conflicto que enfrente al Presidente con su vice, Cristina Fernández. Instalado en la gobernación, recibe a intendentes e intendentas, por secciones, para escuchar y coordinar los pasos a seguir pensando en noviembre.
Kicillof basará la campaña en la reactivación económica, el trabajo en territorio de los intendentes y la mística peronista. En eso avanzó este miércoles con las jefaturas comunales de la Tercera, única sección donde el oficialismo ganó. Luego del encuentro, que duró más de tres horas, desde la gobernación informaron que “se abordaron las diferentes posibilidades para dar respuestas rápidas a las necesidades de los vecinos y vecinas de los municipios para fortalecer y recuperar su acompañamiento”.
En ese encuentro los jefes y jefas comunales dieron su visión sobre el porqué del resultado electoral, pidieron más coordinación con la gobernación y herramientas para llevar respuestas a las demandas. Puntualizaron además en cuestiones educativas y de seguridad. Se habló también de la conformación de una “mesa de acción política”.
El gobernador siguió con la misma agenda este jueves. Recibió a los intendentes peronistas de la Primera sección y el viernes hará lo mismo con los del interior del país, que se distribuyen entre los de la Segunda, Cuarta, Quinta y Séptima. Son alrededor de cuarenta jefes y jefas comunales que llegarán a la gobernación.
Kicillof necesita un mejor resultado en la elección general, no sólo para ratificar el rumbo que lleva adelante sino también para mantener el bloque mayoritario en la Cámara de Diputados, mientras busca revertir la relación de fuerzas en el Senado donde Juntos por el Cambio es mayoría. En la gobernación creen que, si en noviembre se ratifica el resultado adverso de las PASO, los próximos dos años de Kicillof serán muy complicados.