-Una lectura sobre el cierre de listas fue que el Presidente logró imponer a Victoria Tolosa Paz y a usted como candidatos y retener a Santiago Cafiero, pero que las boletas las copó Cristina. ¿Cuál es la suya?
-El Frente de Todos es un espacio heterogéneo que tiene distintos sectores, tendencias y matices, y que quedaron todos representados. El equilibrio que se consiguió es muy importante, superior al que se esperaba y al que consiguieron del otro lado.
-¿Qué dice sobre el liderazgo del Presidente?
-Más que hablar sobre el liderazgo de Alberto, habla sobre la vocación política del conjunto de la fuerza. El liderazgo de Alberto nunca estuvo en cuestionamiento en el espacio. Alberto tiene una responsabilidad, que es la de conducir el Ejecutivo. La construcción política del FdT es compartida. Obviamente el Presidente tiene la mirada más panorámica, pero nadie puede imponer nada, ni en nuestra coalición ni en ninguna. Hay un liderazgo que tiene que ver con la gestión del Estado y otro político, del frente electoral. El liderazgo del aparato del Estado es único. El liderazgo político del frente electoral en nuestro caso está compartido.
Santoro en diálogo con con Letra P.
-¿Sorprendió la decisión del Presidente de pedirle la renuncia a Agustín Rossi?
-No se la pidió a él, lo hizo con todos los funcionarios. La decisión de Rossi de competir sí me sorprendió, pero es un hombre tan íntegro, coherente, noble y digno que seguramente habrá tenido razones muy atendibles para tomar la decisión que tomó.
-¿Entonces, el Presidente se equivocó?
-No, la decisión fue correcta. Si es candidato, no puede seguir siendo ministro.
-¿Después de diciembre, en el Congreso se va a conformar un sector que todavía hoy no existe, los diputados albertistas?
-No, ni a Alberto le interesa que exista eso. Nosotros apostamos al frentetodismo.
-¿Por qué no le interesa eso al Presidente?
-Porque no tiene una mirada personal de la construcción del poder. Me parece que en la Argentina tenemos que construir instituciones fuertes, sólidas. Que haya un liderazgo fuerte ayuda para eso, pero a Alberto no le interesa construir el albertismo. Y no es que no le interesa porque le salió mal la construcción, no le interesó nunca. Lo charlé con él desde el inicio, hablamos de cómo se imaginaba el poder y jamás se le hubiese ocurrido armar un grupo para equilibrar internamente o para pelearnos con alguien. La mirada siempre fue de apuntar todos los cañones a la gestión, mejorar la vida de la gente. Después, si hacemos las cosas bien, ganaremos las elecciones. Si las cosas salen mal, las perderemos.
-¿Qué quiere discutir el FdT en la campaña electoral?
-La pospandemia, ideas hacia el futuro, cómo se tiene que recuperar la economía, explicar los contextos en los cuales nos tocó trabajar. Algunos son muy injustos con el Gobierno, porque tienen las expectativas prepandemia, sin tener en cuenta lo que implicó la pandemia en términos sanitarios, económicos, emocionales.
-La mayoría de los oficialismos del mundo perdió después de la pandemia.
-Sí, yo creo que vamos a ser la excepción, porque a los problemas de la pandemia se les agregan los problemas heredados del macrismo. La gente sabe que Alberto tomó un paciente en terapia intensiva y a los dos meses se le contagió de Covid. Hay más tolerancia con el Gobierno por parte de la sociedad, porque sabe que lo que le tocó es difícil. Agarramos un país endeudado, con recesión y con inflación. Ahora tenemos que hablarle a la sociedad de la recuperación de la economía, de la generación de empleo.
“Tenemos el desafío de tener un paradigma superador al del PRO en la Ciudad”
-Según la encuesta anual del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentino (IDEA), el 64% de los empresarios cree que la situación económica será peor en este semestre.
-Es al revés. El Fondo Monetario Internacional (FMI) modificó la tasa de crecimiento de la Argentina para el año que viene. Argentina va a crecer, el crecimiento es inevitable hasta por rebote. Y todos saben que el peronismo cuando está en el poder trata de dinamizar la demanda interna para generar más producción, más consumo y más empleo.
-¿Por qué no logran convencer al sector privado de eso?
-Se plantea que tenemos una mirada hostil frente a la inversión privada o al sector financiero cuando son los gobiernos peronistas los que pagan las deudas que contrajeron otros. En los gobiernos peronistas la tasa de crecimiento del producto se da de manera más acelerada. Mauricio Macri fue presidente cuatro años, era amigo de los mercados y hasta Arcor perdió plata en 2018 por segunda vez en toda su historia. La otra fue en 2001. Es una discusión más de carácter psicológico el por qué sectores a los que les va bien con este tipo de políticas económicas creen que no vale la pena expresar ese apoyo. Con otras experiencias históricas les ha ido muy mal.
El rincón de Santoro en su despacho en la Legislatura porteña.
-¿Por qué las fuerzas que se identifican con el campo nacional y popular no volvieron a ganar en la Ciudad desde la irrupción de Macri?
-Uno debería pensar en los errores que comete y en los aciertos del adversario. Ellos leyeron muy bien la crisis de 2001. Macri fue inteligente en el armado de un partido profesional que interpeló muy bien el estado de ánimo, el ideal aspiracional de la clase media y se presentó como una alternativa moderna frente a un progresismo de centroizquierda que había entrado en crisis después de Cromañon. Ellos hicieron algunas cosas bien para consolidar un núcleo duro de más de 40 puntos. Nosotros tenemos un desafío, que es tener un paradigma superador a lo que representa el PRO, que tengo la sensación de que está en su ocaso, agotado. Es el paradigma de la administración de lo público como si fuera una empresa, la lógica de la rentabilidad como legitimación de las políticas públicas, de pensar el Estado como algo para pobres. Eso no da para más.
-Sin embargo, Diego Santilli lo plantea en la provincia de Buenos Aires como un modelo exitoso a exportar.
-Eso dijo María Eugenia Vidal también en la provincia y después perdió por 14 puntos. Ellos tienen mucho que explicar. ¿Es lógico que un gobernador de Santa Fe, Mendoza, Catamarca se pueda presentar a elecciones sin explicarle a su electorado el esfuerzo que hizo para llevar inversiones a la provincia, generar puestos de trabajo, generar exportaciones parar sus economías regionales? Eso no pasa en ninguna provincia. Rodríguez Larreta se vende como un intendente pobre cuando en realidad es un gobernador rico. Ahí hay una buena explicación de por qué en los últimos 18 años no perdieron elecciones: porque muchas de las demandas de la ciudadanía porteña se transfieren hacia el gobierno nacional. Hace 15 años que gobiernan y no hay un fondo anticíclico de reservas. ¿Por qué?
-¿Las listas de Juntos a las que se enfrenta en la Ciudad, la de Vidal, Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein representan lo mismo?
-Tal vez en las formas no, pero en términos ideológicos está claro que sí. Si formás parte de una coalición en la que tus economistas proponen medidas de apertura, de liberalización, es porque pensás eso. Tu mirada sobre la economía define tu proyecto político.
-Alfredo Cornejo dijo que Facundo Manes tiene la ventaja de no haber sido parte del gobierno de Vidal ni de Macri. ¿Los candidatos se pueden despegar del espacio?
-Si Manes termina siendo el candidato se tiene que hacer cargo del espacio y en la Ciudad pasa lo mismo. A nadie se le ocurre decir que Santoro no tiene nada que ver con el gobierno de Cristina. Nadie te vota a vos, se vota un conjunto de personas que representa un sistema de ideas. No está buena la ausencia de pasado, no es un valor eso.