El cierre de la petroquímica multinacional Dow en Puerto General San Martín, corazón industrial y agroexportador de Santa Fe, irrumpió inesperadamente en la agenda política santafesina y nacional y puso a prueba la capacidad de reacción de la dirigencia en plena campaña. Se trata de la única planta en el país que fabrica poliuretano y alimenta a una gran cantidad de productos cotidianos. La idea es que otros interesados tomen la manija del negocio porque hay un dato que alarma y huele a jugada comercial: Dow tiene excedente del producto en Brasil como para abastecer el mercado local. El ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, ya se reunió con el presidente de la multinacional para la Región Sur, Diego Ordoñez.
El anuncio de levantar las pertenencias e irse del país, enmarcada en una reestructuración global, cayó como un baldazo de agua fría no sólo para los 110 trabajadores que pueden perder el empleo en plena crisis, sino, también, para los gobiernos provincial y nacional del Frente de Todos (FdT), que deberán reaccionar para evitar un conflicto de proporcioones en medio de la contienda electoral. Por lo pronto, se activó una mesa de trabajo entre el intendente Carlos De Grandis, el secretario de Industria de la provincia, Claudio Mossuz; el sindicato, la CGT San Lorenzo y otros actores.
El gobernador Omar Perotti movió contactos para dar con alternativas que dejen en pie la única industria del país que fabrica poliuretano, un insumo usado para la fabricación del relleno de las puertas de heladeras, colchones y asientos de vehículos. En tanto, la precandidata a senadora María de los Ángeles Sacnun se encargó de tirar hilos en el gabinete nacional, desde donde activan los resortes con una sola meta: que se siga produciendo en el país y nadie esté obligado a importar el insumo.
Según supo Letra P, le resultó extraña al gobierno provincial la decisión de partir, porque la firma no muestra problemas de rentabilidad, conflictividad sindical u otro signo que justifique el cierre. Es ahí cuando notan “intencionalidad” y asoma el dato de que Dow tiene una industria muy pujante en Brasil, donde hasta tiene excedentes como para cubrir el mercado argentino.
Una de las alternativas que le acercaron a Perotti es que un pool de empresas de biocombustibles transforme la planta petroquímica en oleoquímica, es decir, usar productos bio y renovables en lugar de los derivados del petróleo. Por ahora, se estudia si es técnicamente viable.
Pero este plan puede demorar varios meses y la situación es apremiante por más que la firma haya puesto la línea de meta en mayo de 2022. El secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos (SOEPU), Mauricio Brizuela, explicó a Letra P que seguramente en dos meses la planta empiece a paralizarse por el propio proceso de deserción de la multinacional. Es ahí cuando piden una reacción urgente del gobierno nacional.
“Tienen que activar una solución, ya sea para una venta o para que Dow siga, algo que parece no ser viable, pero demoler todo no puede ser”, afirmó el sindicalista. Hay algunos interesados dando vueltas, sobre todo del sector de colchones, como Petroquímica Río Tercero, del Grupo Piero, que produce insumos complementarios a los de la planta de Puerto General San Martín. Otro tema espinoso será una eventual negociación con Dow por la venta de la planta.