LA DEUDA

El FMI abre una hendija para que Argentina reciba fondos extra

A los giros directos que el organismo hará por la pandemia podrían sumarse "donaciones" de países ricos. La prédica de Guzmán y la mención de CFK.

En el arte de leer comunicados y reportes entre líneas -lo que la diplomacia llama wording-, un texto del Fondo Monetario Internacional (FMI) abrió la puerta para que la Argentina pueda recibir más Derechos Especiales de Giro (DEG) que los U$S 4.300 millones que le corresponden por su cuota accionaria. Tal como quería el ministro de Economía, Martín Guzmán, el Fondo parece más dispuesto a que los países ricos puedan transferir sus recursos adicionales no solo a los más pobres, sino también a los "emergentes".

 

Quien abrió la luz de esperanza fue la Consejera Económica y Directora del Departamento de Estudios del FMI, Gita Gopinath. En un texto que publicó este martes en la web del Fondo, junto con una actualización de las previsiones del Reporte Económico Global (WEO, sus siglas en inglés), la economista sostuvo: "La asignación general de Derechos Especiales de Giro equivalente a U$S 650.000 millones (de la cual U$S 50.000 millones beneficiarían a las economías de mercados emergentes y en desarrollo), propuesta por el FMI, debería completarse rápidamente a fin de proporcionar reservas de liquidez a los países y ayudarlos a atender necesidades de gasto esenciales. El impacto podría amplificarse si las naciones ricas canalizan voluntariamente sus DEG hacia las economías emergentes y en desarrollo. Por último, deberán redoblarse los esfuerzos para asegurar que el Marco Común acordado por el G-20 facilite la reestructuración de la deuda para los países cuyo nivel de deuda ya es insostenible".

 

Además del pedido de trabajo mancomunado para favorecer reestructuraciones de deuda insostenibles, Gopinath promovió la canalización voluntaria de los DEG de países ricos no solo a los más pobres, sino también a "las economías de mercados emergentes". Es un reclamo que Guzmán realiza en foros internacionales desde comienzos de año. Irónicamente, la ampliación de los DEG beneficiará sobre todo a países que no necesitan esos recursos, ya que la distribución será de acuerdo a la cantidad de acciones. Los países ricos parecen más proclives a compartir esos recursos con los pobres. En el último encuentro del G20, en Venecia, los ministros validaron la posibilidad de coparticipar ese dinero con países "vulnerables", un término tan amplio como difuso.

 

El FMI estaría listo para distribuir los DEG a fines de agosto. Argentina recibirá unos U$S 4300 millones justo cuando debe empezar a pagar el capital del préstamo Stand By por U$S 45.000 millones. El sábado, en la presentación de las listas del Frente de Todos, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cerró la discusión interna y dio pista para que esos DEG se usen para pagar la deuda. "Charlando con Alberto, me decía que en unos días más van a ingresar los Derechos Especiales de Giro, los DEG, que el Fondo Monetario Internacional ha decidido (…) entregar prácticamente a tasa de interés cero para que los países hagan frente a los estragos de la pandemia. Nosotros no vamos a poder destinar eso a lo que lo van a destinar el resto de los países. ¿Por qué? Porque le debemos 45 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, además de los 70 mil u 80 mil de deuda que se reestructuraron el año pasado", dijo. Pareció sepultar el proyecto de declaración que el Senado votó en mayo para destinar los DEG a paliar la pandemia, a instancias de Oscar Parrilli y otros legisladores del oficialismo.

 

Argentina debe saldar este año unos 3800 millones de dólares de capital con el Fondo, si no negocia el nuevo acuerdo que extienda los plazos de pago. A fines de septiembre, deberá saldar U$S1800 millones. El nuevo programa económico debe contar con el respaldo del Congreso. Nadie en el Gobierno descarta un apretón de manos antes de fin de año, pero la cercanía de las elecciones aletargaron las gestiones. En el último mano a mano con la misión técnica del FMI, los avances informados no incluyeron los puntos más ásperos para el acuerdo: el camino hacia el equilibrio fiscal y la política monetaria.

 

Si se habilita la opción de que los países emergentes reciban el dinero extra, Argentina deberá negociar mano a mano con los principales accionistas del Fondo, como Estados Unidos, Francia o Alemania. Por lo pronto, el FMI es muy crítico con la recuperación a dos velocidades de la economía. Gopinath escribió que mientras los países desarrollados vacunaron al 40% de su población con dos dosis y mantienen estímulos fiscales y monetarios para acelerar sus economías, los pobres apenas inocularon al 11% de la población y fueron recortando gastos y subiendo tasas de interés desde fines de 2020. Es el caso de Argentina, que ya desterró el IFE y el ATP para pagar salarios, o de Brasil, que además de recortar gastos subió la tasa de interés por temor a la inflación.

 

Esa diferencia sustancial entre ricos y pobres hizo que el Fondo mejore la previsión de recuperación para los países desarrollados y recorte las estimaciones para los de menos ingresos. En el caso de Argentina, el Fondo elevó su estimación de rebote desde el 5,8% anual previo a 6,4% para 2021, aunque recortó 0,1 punto la proyección para 2022, a 2,4 por ciento.

 

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