Las grandes constructoras de Santa Fe ven difícil que el gobernador Omar Perotti logre acelerar la obra pública en su provincia, clave en la estrategia del oficialismo nacional. A pesar de una reunión celebrada recientemente con el objetivo de acercar posiciones, el empresariado advierte que recién para fin de año habrá un volumen de trabajo “importante”, producto de un cuello de botella administrativo y de una política que priorizó otros actores, como las cooperativas. Un caso paradigmático es el de las viviendas: se esperaba realizar 7.000 a lo largo de 2021, pero a la fecha solo se licitaron algo más de 600.
“La situación no se revierte de un día para otro. La obra pública es una rueda gigante que para volverla a hacer girar no resulta sencillo”, reflexionan ante Letra P desde la delegación local de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), que no oculta su preocupación por la subejecución de partidas vinculadas a lo que para el presidente Alberto Fernández representa el principal combustible electoral. Según cifras oficiales, de enero a mayo el gobierno provincial ejecutó $10.144 millones en Gastos de Capital, cuando el Presupuesto fijó para todo el año $75.525 millones.
Con la reunión concedida a finales de junio, Perotti apostó a mejorar la relación con las figuras santafesinas de la patria contratista. En el sector privado celebraron el gesto y al mejor estilo Daddy Yankee dicen ahora que “lo que pasó, pasó”. Sin embargo, manifiestan que se siguen ejecutando prácticas que impedirán a las autoridades vanagloriarse por su capacidad para dinamizar un sector de la economía que a nivel general tiene puesto el freno de mano.
¿Cuáles prácticas? En primer lugar, se señala que algunas esferas de la administración provincial siguen trabajando como en los primeros tiempos de la pandemia. Subrayan el caso de un funcionario de Medio Ambiente que debe poner el gancho para algunos trámites, que desde marzo de 2020 no sale de su oficina y obliga a todas las constructoras a viajar a la capital para avanzar en temas burocráticos. “Por lo menos, antes venía cada 15 días”, cuentan en Rosario.
En segundo término, destacan que la Casa Gris tomó la decisión de armar licitaciones demasiado chicas, que no resultan competitivas para las principales empresas. Ello aplica fundamentalmente al caso de los planes de viviendas, que por sus características son los que mayor empleo generan.
En Rafaela, por caso, para ejecutar 45 casas se armaron cuatro pliegos, de 28, 8, 6 y 3 unidades cada uno. El secretario de Hábitat, Urbanismo y Vivienda, Amado Zorzón, defendió ante Letra P la política oficial: de esa manera “le damos la opción a más firmas que puedan participar”. El objetivo no se cumplió: dos de las licitaciones resultaron desiertas.
Lo planteado por Zorzón enlaza con otro aspecto que objetan desde la patria contratista. Se trata de la preferencia que viene mostrando el gobierno respecto a las cooperativas, que levanta no solo abriéndole el juego para participar en la obra pública sino también a partir de gestos puntuales, como la creación del Observatorio del Ecosistema Asociativo de la Provincia de Santa Fe.
“Estamos trabajando en conjunto para lograr la participación de todas las cooperativas en la obra pública que, a partir de una resolución firmada hace unos meses que habilita el trabajo de las cooperativas, iremos por más para que sea un tema estructural en la provincia. El gobernador nos pidió la participación activa de las cooperativas, por lo que promocionamos no solo la obra pública, también la perspectiva de género y la participación en el primer empleo para los jóvenes”, señaló recientemente en una presentación en Rosario la secretaria provincial de Arquitectura y Obras Públicas, Leticia Battaglia.
Consultado por este portal, el director provincial de Economía Social, Agricultura Familiar y Emprendedorismo, Guillermo Tavernier, anticipó cómo seguirá el plan oficial: “Queremos asignar una parte de las 4.000 viviendas financiadas por Nación solo a las cooperativas”, dijo, para luego plantear que la idea es armar pliegos específicos para aquellos barrios de hasta diez casas.
“Cuatro mil cuatrocientas cuarenta y dos”, corrigen desde la delegación local de Camarco, donde tienen muy bien contadas las casas del programa Casa Propia - Construir Futuro. A esa cifra, las constructoras suman otras 3.000 que la administración provincial se comprometió a desarrollar con fondos propios. Según el portal oficial de compras del Ejecutivo, desde que arrancó el 2021 solo se licitaron algo más de 600 unidades.
Si el plan contado por Tavernier se termina concretando, significará echar más leña al fuego, en una relación que viene con cortocircuitos incluso desde antes de la elección que ungió a Perotti como gobernador. En el encuentro realizado hace un mes, las autoridades santafesinas le habían asegurado a los empresarios que el rol de las cooperativas en la obra pública se iba a limitar a trabajos en los edificios públicos.