Este domingo, una vez más en lo que va del año, Chile va a las urnas. Será sin voto obligatorio y con protocolo sanitario en las primarias de los dos frentes que se presentarán para definir sus candidatos, sin participación de mujeres, de cara a las presidenciales del 21 de noviembre: el conservador y oficialista Chile Vamos y el progresista y opositor Apruebo Dignidad. Con la mira puesta en los comicios generales, atravesada por la Convención Constituyente que ya redacta una nueva constitución y bajo los efectos durables del estallido de 2019, la ciudadanía dará el puntapié inicial del futuro presidencial.
A diferencia de la Argentina, las primarias no son obligatorias. luego de disputas internas y peleas públicas, competirán solo dos frentes. Por un lado, la derecha oficialista buscará reemplazar al desprestigiado y golpeado presidente Sebastián Piñera bajo la boleta de Chile Vamos. La Lista A tendrá cuatro hombres: Ignacio Briones, de Evolución Política (Evópoli); Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI); Mario Desbordes, de Renovación Nacional, y Sebastián Sichel, el único candidato independiente. Por el otro, la izquierda, que no logró unificarse, presentará dos figuras, también varones, en la Lista B: Daniel Jadue, del Partido Comunista (PC), y Gabriel Boric, del Frente Amplio.
La imagen del domingo será un nuevo reflejo polarizado de las disputas que existen alrededor del modelo económico, político y social nacional luego de las masivas protestas de 2019 que desencadenaron el actual proceso constituyente. La derecha intenta separarse de la gestión de Piñera, marcada a fuego por el estallido y el mal manejo de la pandemia a inicios del año pasado, pero no busca cambios profundos y pregona la permanencia del modelo neoliberal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet. Enfrente de planta una izquierda revitalizada por las protestas, con caras nuevas, que logró posicionarse en el escenario mejor que la ex-Concertación en base a un discurso de cambios de paradigma que empiezan por abandonar dicho modelo. Con este clima se eligió a las 155 bancas de la Convención y a las autoridades subnacionales y locales en mayo y así será este domingo y en noviembre, hasta que, finalmente, las disputas alrededor del sistema nacional queden saldadas.
La derecha definirá a su candidato presidencial entre cuatro conservadores. El favorito, según los sondeos, es Lavín, postulante de la pinochetista UDI y exalcalde de la rica comuna de Las Condes. El economista de 67 años buscará que su tercera sea la vencida, tras haber perdido el ballotage de 1999 ante Ricardo Lagos y no haber pasado a segunda vuelta en 2005. También ocupó varios ministerios en los gobiernos de Piñera y, en base a su gestión comunal y con un discurso destinado al electorado conservador que busca cambiar de capitán, pero no de timonel, intenta ser el nombre de la derecha.
En su primaria deberá competir con otros tres varones. Según las encuestas, el más fuerte será Sichel, expresidente del BancoEstado -la única unidad financiera estatal del país-, que se presenta como independiente y se define como “centro liberal”. Además, competirán por este espacio Briones, exministro de Hacienda de Piñera, y Desbordes, excarabinero y exministro de Defensa del actual presidente, que representa a Renovación Nacional, el mismo partido que el mandatario.
Por su parte, la izquierda se definirá entre dos candidatos fuertes que no lograron la unidad y que en los últimos días protagonizaron cruces públicos de alto calibre. El favorito, no solo de estas primarias sino de las presidenciales, es Jadue, comunista y alcalde de La Recoleta. El arquitecto y sociólogo nieto de refugiados palestinos, causa por la que inició su militancia política en la adolescencia, llega con una popular y reconocida gestión municipal e importantes promesas, como la de permitir el retiro de los fondos de pensiones que están en manos de las administradoras privadas. Sus posibilidades electorales también son un signo del momento que vive Chile, aún atravesado por el estallido de 2019. Desde el derrocamiento de Salvador Allende en 1973, ningún candidato comunista tuvo tanta fuerza electoral, muestra de las demandas de cambios de importantes sectores electorales.
Su contrincante será Boric, el candidato de Convergencia Social-Frente Amplio, otro signo del nuevo Chile que empieza nacer. Bajo las banderas de un conglomerado de nuevas representaciones de izquierda y con el antecedente de 2017 que dejó a su partido a las puertas del ballotage, el candidato más joven buscará ser una de las sorpresas y alzarse con la candidatura progresista. Para ello, deberá destronar a las encuestas, que vaticinan una victoria de Jadue, como Data Influye, que le adjudica un 32% sobre su 27%.
En la carrera hacia noviembre también hay otras candidaturas que no competirán este domingo por no contar con primarias. Entre ellas se encuentra, por el Partido Socialista, la exministra de Michelle Bachelet Paula Narváez, la única mujer en competición. Por la centroizquierda también aparece el líder del Partido Radical y también exministro de Bachelet, Carlos Maldonado, y se espera la definición de la presidenta del Senado, Yasna Provoste, de la Democracia Cristiana, que aparece con buenos parámetros en las encuestas. A la vez, el ultraderechista pinochetista José Antonio Kast, del Partido Republicano, también se prepara para competir en las generales.
En la superficie, la jornada de este domingo seleccionará nombres y apellidos, pero, en el fondo, empezará a definir las discusiones alrededor del sistema político, económico y social para los próximos años.