En la Sexta sección electoral, el control de la lapicera lo tendrá la dirigencia de la Sexta sección electoral. Lo que parece un juego de palabras es la lógica que atravesará el armado de listas en Juntos por el Cambio. En elecciones pasadas, la estructura cambiemista provincial y nacional impuso su peso para moldear el armado del sur bonaerense. Sin ese eje ordenador, la conducción territorial tiene el camino libre para definir la estrategia.
En 2017, la alianza se quedó con seis de las 11 bancas en juego. Ahora, con una elección polarizada en el horizonte, sus referentes apuntan a retener ese número, aunque los socios mayoritarios aspiran a elevar su representación en la tira de aspirantes a la Cámara de Diputados de la provincia. El PRO pretende la misma cantidad de lugares, pero un representante más de Bahía Blanca por su peso electoral, y el radicalismo, en pos de mayor protagonismo en la provincia, quiere el casillero que deberá abandonar un foráneo a la sección. Para la Coalición Cívica, nada.
De fondo, como ya contó Letra P, la pelea es territorio versus votos: el radicalismo dobla en cantidad de jefaturas comunales a sus socios amarillos, pero el PRO gobierna la perla del sur, Bahía Blanca, que, sola, triplica en cantidad de votantes la suma de los seis distritos bajo la conducción del partido centenario. En un escenario de lista única, el consenso entre estos dos socios será determinante, aunque, claro, aún resta saber cómo impactará la decisión que tome el PRO a nivel nacional y provincial. Si bien el ala dura del macrismo, representada por Patricia Bullrich, no tendría representantes en la región sureña, no se descarta que, en el marco del acuerdo que la exministra de Seguridad tejió con el secretario general del Sindicato Argentino de Recicladores (SAREC), Ernesto “Tito” Arienzo, tenga una pata en la sección y siembre un candidato para ampliar su musculatura bonaerense de cara a su proyecto presidencial 2023.
Los nombres de las bancas
En la región más austral de la provincia se disputarán las 11 bancas de la Cámara baja. Cambiemos pone en juego seis, de las cuales cuatro son del PRO y las restantes, de la Unión Cívica Radical. En 2017, lideró la lista Santiago Nardelli. El diputado integra, junto a la senadora Nidia Moirano y el intendente bahiense, Héctor Gay, un tridente alineado con el PRO que desde Bahía Blanca conduce un armado regional.
También ocupó el segundo lugar una dirigente del PRO, Leticia Aprile, de Tres Arroyos. El tercero y el cuarto casilleros quedaron para radicales. Se anotó Emiliano Balbín, de Salliqueló, y Anahí Bilbao, de Laprida. En el quinto fue para Rosio Antinori, también de Tres de Arroyos, que retuvo su banca, y en el sexto el vidalismo impuso su poder y ubicó a un funcionario de Morón del riñón de Ramiro Tagliaferro, Néstor Resico
De los seis diputados actuales hay tres que están fuera de carrera: Nardelli y Antinori porque ya cumplieron dos mandatos, y Resico por no contar con respaldo regional.
A poco más de un mes del cierre de listas, la dirigencia sureña de JxC coincide en que está en condiciones de retener las seis bancas que pone en juego e incluso especula con quedarse con un séptimo escaño. En términos estratégicos, si bien todavía no se habla de nombres ni de cómo quedará distribuida la representación, hay acuerdo en que se impondrá el esquema de candidaturas que impulsen los intendentes. Sin la presión ni la demanda de las cúpulas de JxC, la idea es compensar a los que gobiernan ante un escenario partidario adverso en la provincia y la Nación.
La pugna de definiciones se dará entre el PRO y la UCR. La Coalición Cívica no tendría chances de reclamar. En la región consideran que el espacio que lidera Elisa Carrió no está en condiciones de pedir lugares y recuerdan que, sin tener poder territorial ni estructura regional, tiene la misma representación en la Cámara alta que la UCR y el PRO, en referencia al senador Andrés de Leo. Si esa posibilidad existiera, podría jugar la concejala y presidenta de la CC bahiense Marisa Pignatelli.
En el radicalismo, varias voces seccionales coinciden en que habría consenso para que Balbín y Bilbao fueran por la reelección. Pero esos nombres no serían los únicos que pondrían en la mesa de negociación: apelando a la estructura partidaria y a su sed de protagonismo provincial, aspiran a ocupar un casillero más en los lugares “entrables”. En la mira está el sexto, aquel que no retendrá Resico, o el séptimo, ocupado en 2017 por un dirigente cercano al tridente bahiense.
Consultados por Letra P, dirigentes de la sección descartaron que alguno de los seis intendentes boinablanca abandone su pago chico y juegue en la legislativa. Antes de la elección interna de la UCR había trascendido que el jefe comunal de Puán, Facundo Castelli, quería competir por la seccional. Sin embargo, su inclinación a favor de Gustavo Posse lo dejó sin chances ante el amplio triunfo de Maximiliano Abad en la región.
En el PRO, todo indica que la dirigencia de Bahía Blanca manejará la lapicera. Sin un poder central que ordene, haría respetar su poder y construcción autónoma. Aspira a que, tras las últimas imposiciones electorales, los liderazgos locales ordenen la sección.
Según pudo reconstruir Letra P, el reemplazo de Nardelli saldrá del gabinete municipal bahiense. En la danza de nombres inicial, hay uno que está descartado y uno que es tironeado. Como se indicó, en agenda está Tomás Marisco, titular de Movilidad Urbana y Espacios Públicos, y el secretario de Gobierno, Adrián Jouglard. En un momento también se mencionó a Fabián Tuya, excoordinador de Delegaciones del municipio, pero su eventual precandidatura cayó luego de quedar envuelto en una fuerte polémica desatada tras un accidente automovilístico.
El cuarto nombre es Pablo Romera, extitular de Prensa, actual secretario privado de Gay y hombre de confianza del espacio. Hace unos días, el intendente se reunió con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y Romera salió en la foto. En el distrito, si bien destacan que podría ser un buen candidato, señalan la importancia de su rol de coordinación dentro del Ejecutivo. “Gay no lo quiere largar, porque no quiere debilitar la gestión”, señalan.
El peso electoral también será puesto en la mesa de negociaciones. En Bahía Blanca consideran que el distrito está subrepresentado dentro de los cargos legislativos. Solo la senadora Moirano y Nardelli son del municipio, número que, para la dirigencia local, no se condice con el tamaño de su electorado. En las comparaciones entran los distritos de Salliqueló y Laprida, ambos con un representante radical en la Cámara de Diputados, pese a ser ampliamente más pequeños que Bahía Blanca, y también Tres Arroyos, que cuenta con dos diputadas del PRO, aun cuando es el tercero en cantidad de habitantes.
Los lugares de estas dos legisladoras también están en la mira. Antinori, que juró por primera vez en 2015 para completar el mandato que Gay dejó para asumir como intendente en Bahía Blanca, ya no tiene chances de ser reelecta. La diputada trabaja para ser candidata a intendenta en Tres Arroyos en 2023, luego de que esa opción le fuera vedada en 2019, cuando el vidalismo le dio su respaldo a Aprile, quien finalmente no compitió y la propuesta local de JxC quedó en tercer lugar.
Aprile, por su parte, tiene chances para retener su banca. El problema es que debe conseguir el respaldo de la dirigencia regional, teniendo en cuenta que en 2017 su inclusión en la lista fue impulsada por el entonces jefe de Gabinete provincial, Federico Salvai, hoy con poder recortado en la estructura de JxC.
Dado que la estrategia será priorizar el juego que propongan los intendentes, posiblemente en esta elección sea atendido el pedido de Mariano Uset, intendente PRO de Coronel Rosales, el segundo distrito en importancia. En 2017, esta posibilidad quedó trunca cuando el candidato sugerido, el puntaltense y exfuncionario bahiense Fabián Tuya, fue desplazado por orden de la entonces gobernadora, María Eugenia Vidal, para filtrar en esa lista a Resico. Sin chances de competir en esta elección, vuelve a aparecer el nombre de la secretaria de Gobierno de Rosales, Abigaíl Gómez (esposa de Tuya), quien fue anotada en cuarto lugar en la lista para el Senado en 2019.