El eterno dilema de la inflación

Los motores que presionan el aumento de precios, el impacto en la economía real y anclas inflacionarias.

La evidente recuperación de la actividad económica junto a una incipiente recuperación de los indicadores laborales y la expectativa de incrementos futuros hace vislumbrar un recrudecimiento de la puja distributiva ¿Quién se queda con la recuperación de ingresos? La variación de precios del mes de mayo (3,3%) y el acumulado de los primeros cinco meses del año (21,5%) muestran, entre otros aspectos, a sectores de la actividad económica incrementando precios para apropiarse a través de dicho proceso del incremento nominal de los ingresos.

 

A efectos de comprender los motivos de la cuestión inflacionaria, resulta atinado remitirnos a dos bloques analíticos: por un lado, los motores que presionan –sin una justificación real- sobre la inflación al alza provocando un impacto negativo sobre la economía real. Por otro lado, un entramado de factores que accionan como anclas para lograr la desaceleración de la inflación, cristalizados en el tipo de cambio, los salarios y las políticas de congelamiento de precios. 

 

Como se analiza a continuación, ni el tipo de cambio, ni los salarios, ni las tarifas, ni el combustible presionan al alza de los precios. 

 

En primer lugar, el tipo de cambio muestra una evolución similar en los últimos cinco meses moviéndose en un 20% en términos anuales, mientras que una inflación del 3% mensual, en términos anuales es el 42%, por lo que la inflación se mueve al doble que el ritmo de depreciación del Banco Central, y eso actúa como un ancla. Por su parte, el combustible se movió por debajo de la inflación –como consecuencia de la política de congelamiento de precios - hasta hace unos meses que tomó impulso, logrando superar levemente la variación de precios, de todos modos, los precios seguirán anclados a la estabilidad porque se mantendrán los valores actuales. En el otro extremo se encuentran los salarios estimados con un aumento del 35%. Por último, la política tarifaria evidenció su impacto positivo, las tarifas presentan una variación sensiblemente inferior a la inflación estimada.

 

¿Cuáles son los motores que impulsan la inflación al alza? 

Al indagar acerca de los sectores que presentan aumentos por encima del promedio del Indice de Precios al Consumidor, resulta evidente el predominio de determinados rubros que, a partir de la remarcación de precios, buscan ampliar sus márgenes de rentabilidad. 

 

Durante los primeros cinco meses del año (enero-mayo) los principales motores de inflación se consolidaron en los rubros de prendas de vestir (25%), transporte (27,9%), alimentos y bebidas (22,4%) y equipamiento del hogar (18,6%). Al analizar en términos interanuales, es factible comprender que son los mismos sectores los que motorizan la inflación. 

 

Sin embargo, no existe un patrón que justifique los aumentos de estos rubros, se trata de un encadenamiento de aumentos sin justificación. Un ejemplo ilustrativo de la especulación directa vía remarcación de precios se observa en el caso de prendas de vestir que, a pesar de la caída de ventas, aumentó 70% en su comparación interanual. Es preciso mencionar que se trata de un sector que ha sido muy protegido por los paquetes de medidas económicas para contener el impacto de la pandemia, existe entonces un alza de precios sin ninguna justificación real.

 

Adicionalmente, es relevante dar cuenta de la variación de precios en los alimentos al interior de la canasta de consumo de los primeros meses de 2021. Analizando la evolución de las variaciones mensuales a lo largo del año 2020 y los primeros cinco meses de 2021, se observan incrementos significativos de la carne vacuna durante enero (7,6%), marzo (5,6%), abril (9,2%), noviembre (7,7%), diciembre (20,2%) todos de 2020, y enero y marzo de 2021 (6,3% y 7,3% respectivamente). Continuando la fuerte dinámica alcista, en mayo el incremento ponderado promedio de los cortes de carne vacuna anotó un aumento de 5,9%. 

 

La existencia de empresas con posiciones dominantes en sectores de consumo esencial no sólo se constituye como un importante condicionante para la determinación de los precios en las góndolas, sino para el conjunto de la cadena de producción y comercialización. El precio es el mecanismo de transferencia de ingresos por excelencia por lo que este comportamiento se orienta a mejorar niveles de rentabilidad. La receta de los próximos meses será indagar al interior de las cadenas de producción y comercialización para discutir la rentabilidad y preguntarse ¿Quiénes son los ganadores y los perdedores de la recuperación económica? 
 

 

Martín Menem y Karina Milei.
Javier Milei en una exposición de maquinaria agrícola, uno de los pocos sectores industriales con expectativas

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