Negociador permanente y conocedor de todo el arco político, asumirá la presidencia de Diputados en lugar del fallecido exgobernador. Qué desafíos lo esperan.
Lo describen como el "sucesor natural" de Miguel Lifschitz. Este jueves, el diputado Pablo Farías será elegido por sus pares como nuevo presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados de Santa Fe, en lugar del fallecido exgobernador. Su elección era esperable, pero no por eso evitó horas de rosca que fue más intensa hacia adentro del propio Frente Progresista Cívico y Social que con otras fuerzas políticas. Lo espera una agenda llena de desafíos.
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Farías (52) nació en Buenos Aires, pero vive en la capital provincial desde muy chico. Estudió abogacía en la Universidad Nacional del Litoral y allí comenzó su militancia en el Frente Grande, una extracción del PJ disidente del reutemismo, y fue elegido concejal de la ciudad de Santa Fe por esa fuerza. Cuando su partido se rompió, pasó a militar en el Frente Progresista Cívico y Social y fue secretario del bloque de la Cámara de Diputados hasta 2007, cuando Hermes Binner llegó a la gobernación de Santa Fe.
Allí dio el gran salto en la función pública, a cargo del Ministerio de Desarrollo Social. En el gobierno de Antonio Bonfatti fue secretario de Seguridad Deportiva y, mientras tanto, compitió dos veces, en 2011 y 2015, contra José Corral por la candidatura a intendente de Santa Fe. En esa última campaña, que coincidió con la de Lifschitz a gobernador, se hizo muy cercano al ingeniero rosarino. Los recorridos juntos consolidaron la relación y cuando el exintendente rosarino ganó la provincia, lo convirtió en su ministro de Gobierno. Desde el primer piso de la Casa Gris, Farías cultivó su perfil de operador político, que desde diciembre de 2019 accionó también en la Legislatura provincial desde el bloque mayoritario de la Cámara baja.
Este jueves, a partir de su designación como presidente, deberá ponerse al día con el funcionamiento administrativo del cuerpo, que desde que Lifschitz enfermó había quedado sin firma. Además, va a tener que asumir el rol de ordenador de la agenda y de los consensos y evitar las pulseadas internas. Este probablemente sea el desafío más grande que tenga que enfrentar: Lifschitz establecía la línea estratégica del bloque mayoritario y a partir de allí se acomodaba el resto. Ahora, si Farías no logra reconstruir esa conducción y tiene que negociar las mayorías por cada tema, la convivencia será mucho más volátil.
Entre los temas urgentes a tratar están, por ejemplo, los vetos a las dos leyes "anti-Sain", que vencen a fin de mes. "Tiene que haber un espacio previo de debate a las sesiones que mínimamente les de orden y previsibilidad, porque si no vamos a estar cada uno construyendo una supuesta mayoría por cada tema de manera anárquica", dijo a Letra P un legislador que siguió de cerca las negociaciones.
Por otro lado, se espera que este mismo jueves empiecen a definirse las mesas directivas de cada una de las comisiones, que sin las presidencias definidas no pueden dictaminar. Lo primero que tienen que hacer es confirmar la cantidad de miembros y, a partir de allí, elegir presidencias en un lapso de diez días. Una de las definiciones a tomar en este sentido es a cuáles se incorporará Nicolás Aimar, el diputado número 29 de la lista que este jueves jura e ingresa al cuerpo en reemplazo de Lifschitz.
La rosca
La semana pasada, cuando el panorama era otro, eran varias las alternativas que se habían puesto sobre la mesa de negociaciones para elegir a las autoridades. El radicalismo impulsaba la propuesta de reelegir a Lifschitz, y que jurara después, y que la vicepresidencia primera quedara para los correligionarios. En ese caso, sonaba fuerte Maximiliano Pullaro, exministro de Seguridad de la gestión del fallecido exgobernador y tercero en la lista de aspirantes a la Cámara baja. La otra opción era mantener a las dos vicepresidentas actuales, Lucila De Ponti (PJ) y Jimena Senn (UCR - FPCyS) y que otro referente del socialismo tuviera la presidencia.
El devenir de los acontecimientos truncó la primera posibilidad y este miércoles se avanzó con la segunda. Dentro del socialismo, el panorama estaba claro: el lugar, por decantación, era para Farías. Además, la propuesta contó con el apoyo del PJ: “Insistimos en que la distribución por espacios políticos tiene que ser la que está ahora, que la presidencia le corresponde al FPCyS y que, en ese marco, al bloque mayoritario que es el socialismo, pero aspiramos a que mejore la relación de la Cámara con el Ejecutivo", dijo un diputado del bloque PJ.
Juntos Por El Cambio también estuvo atento a los movimientos y mantuvo sus propios encuentros con referentes de bloques minoritarios como el evangelista y con Creo, la fuerza del intendente de Rosario, Pablo Javkin. "Queremos escuchar propuestas y ver cómo se plantea el funcionamiento permanente de la cámara", dijeron sobre las reuniones, que, al cierre de esta nota, todavía estaban activas.