Presidente de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Bernardo Weber es uno de los dirigentes jóvenes del radicalismo que integra la lista que encabeza Gustavo Posse en la interna radical bonaerense. La FUA suele ser semillero de dirigentes boinablanca que, luego de transitar los años universitarios, pasan a jugar a las ligas mayores. Uno de esos casos es el del propio candidato a presidir el Comité Provincia por el oficialismo, Maximiliano Abad. En la vereda de enfrente, Weber opta por no adentrarse en diagnósticos particulares: “Las personas vamos pasando, lo que se pone en valor a la hora de evaluar la conducción de la Federación es el rol de la Franja y su preponderancia en las universidades y no a título propio”, dice.
También concejal tandilense, Weber destaca que los procesos de construcción deben ser colectivos y que el espacio que integra apuesta a representar al militante de a pie a partir de recuperar “las banderas históricas del partido”, algo que no vio en los años de Cambiemos en el poder. En esta entrevista con Letra P, afirma además que a la conducción partidaria a cargo de Daniel Salvador le “molestó que los jóvenes fueran autónomos, que tuviéramos posiciones críticas frente al gobierno”, resume. Sobre el rol de la juventud en el armado futuro, el dirigente de Evolución ponderó la figura de Martín Lousteau como motor de participación juvenil.
“Tenemos la necesidad de tener un radicalismo más protagonista. Hay que recobrar y restablecer nuestra identidad para volver a ser un partido que se anime a discutir de cara a la sociedad, que vuelva a enamorar y representar a la gente, que es algo que en el último tiempo perdió. En el gobierno bonaerense anterior, fue un partido sin voz y eso hizo que perdiéramos representatividad”, indicó.
-¿Hubo voces acalladas dentro de la propia estructura partidaria?
-El sector del salvadorismo tiene una gran representación en materia de cargos dentro del partido, pero no tiene una representación real en el afiliado, por eso se da esta interna de época. En las recorridas que hicimos, vimos que eran muchos los radicales que no se sentían representados. Mucho radical de a pie, que se afilió en su momento convencido de las banderas históricas, hoy se encuentra desencantado. Venimos a representar al afiliado que abrazó esas banderas históricas.
-¿La estructura de la conducción se sostiene con cargos?
-El radicalismo de la provincia de Buenos Aires se ha transformado en un radicalismo muy superestructural, se han perdido de vista gestiones exitosas que tienen los intendentes. No podemos pensar el radicalismo con un solo intendente en el conurbano, que es Gustavo Posse. El radicalismo tiene que ponerse a discutir y a pensar cómo volver a enamorar y representar. Es fundamental empezar a mostrar a quienes realmente gestionan. Hay una disociación muy grande entre lo que pasa en los municipios y lo que pasa a nivel provincial.
-¿En qué sentido?
-En los municipios hay muchos intendentes que gestionaron exitosamente la pandemia, que administraron sus comunas con solidez. Tenemos que ponerlos en valor. Gustavo Posse reúne esa síntesis. También tenemos a Danya Tavela, que es vicerrectora de la UNNOBA, demostrando cómo una universidad pública puede ser el faro de su región y ser el soporte científico del desarrollo de una gestión por demás productiva.
-¿Hay una división dentro de la Juventud Radical en la provincia?
-Al igual que en mayores, en la Juventud también vamos a ir a internas en toda la provincia. Un gran sector de la Juventud Radical y la gran mayoría de la Franja Morada hoy está acompañando a Gustavo Posse con contundencia. En un radicalismo que se disocia un poco de lo que pasa en los territorios, en la Juventud Radical pasa lo mismo.
-¿Cuál tiene que ser el rol de la juventud en este nuevo proceso que aspiran construir?
-Como jóvenes, tenemos la obligación de ser autónomos, contestatarios. Tenemos que plantarnos ante la sociedad. Martín Lousteau lo dice mucho: al radicalismo de la provincia de Buenos Aires le molestó que los jóvenes fueran autónomos, que tuviéramos posiciones críticas frente al gobierno. La juventud tiene la obligación de hacer eso. Nuestro espacio nos representa porque nos permite desafiar a todos los liderazgos.
-¿Lousteau logró captar mayor participación juvenil dentro de la estructura partidaria?
-Sin duda. Martín, a todos los jóvenes radicales no solo nos cautivó y nos volvió a generar esa esperanza, sino que a muchos de los que empezamos a militar luego de 2001 nos dio la posibilidad de volver a militar un proyecto nacional que nos convoque, que nos haga sentir parte. Muchos jóvenes se acercaron al partido entusiasmados con la figura de Martín. A las universidades iba dirigentes del partido y teníamos que hacer un esfuerzo enorme para poder llenar una charla. Hoy, con Martín, con el simple hecho de publicar un flyer en las redes sociales, son miles los jóvenes que se acercan a escucharlo y a participar. Nos devolvió esa fuerza y ganas de construir un radicalismo que se anime a disputar, que quiera discutir, que quiera ganar. Es lo que queremos para el futuro.
-¿Cómo ven los jóvenes radicales el modelo de construcción de la Juventud PRO?
-Son modelos de partidos muy distintos, no solo en la juventud, sino en todos los sentidos. Tenemos la obligación de construir un mejor radicalismo para tener un mejor Juntos por el Cambio. En su lógica de construcción, el PRO va a seguir siendo el PRO, más allá de los liderazgos que tenga, la Coalición Cívica tampoco va a cambiar. Lo único que puede cambiar y mejorar dentro de JxC es el radicalismo. En ese sentido, tenemos la obligación de seguir mejorando para construir un mejor JxC. A partir de la base de ese frente, vamos a poder ampliar la base de sustentación para representar más aun a la sociedad y volver a ganar.
-¿Adónde habría que orientar la ampliación?
-Hay que ampliarlo hacia los radicales que en algún momento fueron parte del partido y se fueron, como Pablo Javkin, Margarita Stolbizer. Hay muchos, que a lo largo del tiempo se desencantaron del partido y que demostraron que son grandes cuadros políticos y que tienen una línea de pensamiento similar. Y con sectores como el Partido Socialista, con los que tenemos una raigambre y líneas de pensamiento común, con los que se puede sintetizar un proyecto nacional.