Con el 99,86% de los votos escrutados, el joven diputado nacional y candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, se imponía en el ballotage presidencial chileno con el 55,87% de los votos ante el candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, que llegaba al 44,13%. De esta manera, se convertía en el primer candidato en dar vuelta un resultado entre la primera y la segunda vuelta y producía un hito histórico: derrotaba al pinochetismo. Con él, llegará al Palacio de la Moneda el gobierno más progresista desde el golpe de Estado contra Salvador Allende, ocurrido en 1973.
La victoria es histórica para el progresismo chileno, que logró imponerse contra la confluencia de los partidos de derecha y el respaldo tácito del oficialismo, que encabeza el actual presidente, Sebastián Piñera. Al cierre de esta nota, Boric se encaminaba a ser el presidente más votado de la historia nacional.
Su victoria cierra el proceso electoral iniciado en octubre de 2020 con el plebiscito constituyente y reafirma el camino de cambios estructurales que comenzó con el estallido social de 2019 que puso en jaque al modelo neoliberal heredero de la dictadura pinochetista.
Boric gobernará un país convulsionado y atravesado por un momento trascendental que marcará su futuro para siempre. Al impacto económico, social y sanitario de la pandemia de covid-19 se le sumarán las demandas de cambio de importantes sectores de la sociedad que se manifestaron, primero, en las calles en 2019 y, ahora, en los votos dos años después.
Las expectativas ante su presidencia son altas porque las exigencias son estructurales. A partir del próximo 11 de marzo, cuando asumirá sus funciones, deberá demostrar estar a la altura. En la conversación pública que mantuvo con Piñera momentos después de la confirmación de su victoria, como indica la tradición del país, aseguró: "Sepa nuestra gente que voy a dar lo mejor de mí para estar a la altura de este tremendo desafío".
Uno de los puntos fundamentales que contribuyó a su victoria fue el crecimiento de la participación, que en Chile no es obligatoria y es baja históricamente. El 55,5% del padrón electoral, compuesto por casi 15 millones de personas, concurrió a los centros electorales este domingo, lo que representaba, a la espera de los números finales, un aumento del 8% con relación a la primera vuelta de noviembre, cuando llegó al 47%.
La campaña de Boric logró aumentar el caudal de votantes a pesar de que durante toda la jornada distintos sectores políticos y ciudadanos denunciaron que el transporte público funcionó deficitariamente con muchas demoras y pocas unidades circulando, lo que obligó a su comando a convocar a reunirse en autos particulares y ofrecer viajes gratis al resto de las personas para que nadie que deseara votar se quedara con las ganas. “¿Vas a votar? Te acerco gratis”, decían algunos de los carteles que se ponían en los autos privados para facilitar la concurrencia.
A través de las redes sociales, Boric difundió uno de sus primeros mensajes como presidente electo: “Somos unidad. Somos esperanza. Somos más cuando estamos juntos. Seguimos!”, escribió en Twitter con una foto en la que apareció junto a su pareja, Irina Karamanos.
La publicación no fue azarosa. Primero, porque la unidad de la centroizquierda alrededor de su candidatura, desde los partidos de la ex-Concertación hasta la expresidenta Michelle Bachelet, fue fundamental para aglutinar el voto progresista y de rechazo al ultraconservador Kast; segundo, porque la polarización social ha sido una de las características de los comicios y uno de los temas que Boric deberá atender ya como presidente. “Voy a ser el presidente de todos los chilenos y chilenas, de quienes me fueron a votar y quienes no. Los acuerdos tienen que ser con la gente y no solamente entre cuatro paredes”, aseguró en su conversación con Piñera.
Este punto impactará en su gobierno y en su agenda legislativa, ya que el futuro gobierno no tendrá mayorías en ninguna de las dos cámaras. En el Senado, apenas contará con cinco bancas, tres que corresponderán a Dignidad Ahora y dos al Partido Ecologista Verde, dos fuerzas aliadas que participaron de su frente político. Deberá acercar posiciones con los partidos más moderados de la ex-Concertación, que ostentará 18 asientos. El mayor poder estará en manos de la derecha, ya que el actual oficialismo será la primera minoría con 24 representantes y el Frente Social Cristiano, de Kast, tendrá una representación.
El escenario en la Cámara de Diputados tampoco será muy favorable al nuevo gobierno. La alianza que responderá a Boric tendrá 36 bancas y será la segunda minoría, detrás de los 53 representantes que tendrá el actual oficialismo de Chile Podemos +. Además, Kast ostentará 15 voces y las fuerzas de izquierda más moderadas, 37.
De esta manera, el futuro mandatario estará obligado a negociar su agenda legislativa, lo que lo someterá al desafío de respetar sus promesas de campaña a la hora de pactar en las respectivas sesiones.