SEMANA SANTA FE

Frente radical de todos

La UCR santafesina se unió en una coalición amplia no peronista, con el PRO adentro y solapado. Quieren los votos de Lifschitz, pero no le rogarán.

Mientras el gobernador Omar Perotti trataba de desactivar un toque sanitario y reemplazarlo por una restricción light, y la primera semana de enero amagaba con morir de pasividad, el radicalismo santafesino jugó a la política electoral. La rosca de reyes llegó por el lado de los correligionarios y las correligionarias que se aglutinaron para terminar con el amague de un frente amplio no peronista que polarice a fondo. En el medio del tironeo quedó el socialista Miguel Lifschitz, que puede ser un ancho de espadas o embarrar el intento. 

 

El tan anunciado armado para limar al justicialismo en 2021 y destronarlo de la gobernación en 2023 tuvo su chispa de vida. La UCR golpeó la mesa para cantar primero y ser anfitriona de una alianza que sume al PRO, a la democracia progresista, a la Coalición Cívica, a casi todas las vertientes del radicalismo radicales local y a un socialismo que no se define.

 

La coincidencia partidaria llegó de todas aquellas figuras radicales que formaron, junto al socialismo, el primer Frente Progresista de más de una década en el poder, pero que con el correr de los años fue desgranándose, con algunas partidas hacia Juntos por el Cambio. De ahí la idea de que el Frente Progresista "ya fue" y que debe hacerse algo superador. 

 

Así fue que trasladaron la rosca desde la vedada playa que acostumbra enero, a la reunión del comité en el calor santafesino. Participaron el diputado Maximiliano Pullaro y el senador Felipe Michlig, los más activos para el nuevo frente; también, Julián Galdeano, de Juntos por el Cambio; Hugo Marcucci, Lisandro EnricoCarlos Fascendini, Alejandro Boscarol y hasta Mario Barletta, para sumar la pata del radicalismo universitario. No participará José Corral, quien se llevó el fuego amigo tras su papel como candidato a gobernador por Juntos por el Cambio.

 

Como quienes lo promueven ven un escenario polarizado como nunca, el nuevo espacio compatibiliza con la estrategia de Juntos por el Cambio a nivel nacional o el espacio que se termine conformando. Para que en Santa Fe sea viable y a nadie le cueste tanto sumarse, se plantea un frente bien amplio donde el macrismo quede solapado. “No queremos quedar presos otra vez de las intentonas de no grieta o tercera vía que no cotizan porque la gente va para un lado u otro”, sostuvo el radical Galdeano a Letra P.

 

Con o sin tí

Sin embargo, la larga mesa tiene una silla aún vacía. Se trata del socialista Lifschitz, que tiene la particularidad de poder ser el caballo de batalla o también un obstáculo para el armado. El exgobernador es el santafesino de mayor potencial electoral, sin dudas, pero hasta ahora no se ha convencido del esqueleto del nuevo frente. Tener al macrismo entre las filas parece ser la discordia, sobre todo, para socialistas menos pragmáticos. 

 

El radicalismo repite que no era amague y que acaba de plantarse la semilla de un frente amplio. Le dice a Lifschitz que tiene su lugar en la mesa, hasta quizás en la cabecera, pero que, si no acepta, igualmente habrá frente. Apuesta a que, sin el radicalismo, el Frente Progresista actual se diluya por más que tenga el colchón de votos del socialista. “Así como el Frente Progresista se armó en base al socialismo, esto se hace sobre la base del radicalismo en sintonía con su estrategia nacional”, apuró un histórico dirigente. 

 

El rol de Lifschitz y las condiciones que pueden surgir se llevaron gran parte de la reunión del jueves. Hay quienes lo piensan como cabeza de la senaduría nacional y hasta la gobernación y quienes aceptarían estos términos por más que tengan otras opciones en mente. Pero no depende sólo del cargo que se le ofrecería. Un dato al pasar: se le hizo la cruz a las aspiraciones de renovar del senador Carlos Reutemann. 

 

El ajedrez que pasa por la cabeza de Lifschitz es más complejo. Hay algo que tiene mucho peso: sería el primer espacio que integraría el socialismo en el que no fijara las reglas. ¿Estaría dispuesto el Partido Socialista a supeditarse a otra fuerza? ¿Lifschitz aceptaría atarse a una estrategia nacional de Alfredo Cornejo o de Juntos por el Cambio?  

 

Al otro que quieren sumar es al intendente de Rosario, Pablo Javkin, de inferiores en el radicalismo pero con camino propio dentro del Frente Progresista con su sello Creo. El diputado de su espacio, Ariel Bermúdez, descartó la alianza. "Es preferible perder mil elecciones que los valores y las convicciones. A veces lo amplio, de tan amplio, se destiñe hasta perder el color (...) si no fuimos a la fiesta de cumpleaños de Cambiemos, mucho menos iremos al velorio”, avisó.

 

Cristina Fernández y Marcelo Lewandowski, cuando se vieron las caras antes del cierre de listas de 2021.
Pablo Corsalini, el intendente de Pérez que le llevó a CFK una propuesta para alcanzar la unidad del PJ en Santa Fe. 

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