SEMANA SANTA FE

Una relación de diván

Son los no peronistas más importantes de la provincia. No hay frente opositor sin ellos, pero la tensión define su vínculo. Falta de reconocimiento y ¿ninguneo?

Imaginar un armado no peronista en Santa Fe que no los contenga es una entelequia. Son las figuras clave. Uno por ser el exgobernador y otro por ser el intendente de la ciudad más poblada. Miguel Lifschitz y Pablo Javkin tienen hoy la llave de la construcción opositora en la provincia que gobierna Omar Perotti. Pero el reproche permanente del líder de CREO para con el socialista le imprime tensión a la relación de ambos y nubla el objetivo futuro.

 

No tiene vida un frente de frentes sin Lifschitz y Javkin. Tras el llamamiento del radicalismo a construir una nueva coalición y dejar atrás el Frente Progresista, desde el javkinismo y el lifschitzmo se respondió que hay que confiar más todavía en el esquema que permitió gobernar durante doce años la provincia. Los dos dicen no creer en los rejuntes y aspiran a defender las conquistas del progresismo.

 

Pero ese es un análisis independiente, no trazado en conjunto. Javkin y los suyos creen que el socialismo está en declive y no entiende que llegó el momento de dejarle el cetro de conducción a otros espacios. Lo dice abiertamente cualquier referente de CREO, incluso el intendente.

 

A cualquiera que quiera escucharlo, Javkin le reclama con énfasis al presidente de la Cámara de Diputados que no le dio la silla que él cree que merece.  El lugar de líder que entiende que ganó. Lo dice abiertamente, se insiste, no tiene pruritos. “Nuestra principal resistencia en Rosario fue el PS”, se anima a afirmar un ladero del intendente.

 

¿Socialismo sin futuro?

En su estrategia por esmerilar la figura del exgobernador, Javkin lo levanta y lo ubica como el mejor candidato a senador nacional en las elecciones de medio término. Cada vez que le pregunten sobre Lifschitz, va a definirlo como el mejor piloto. Eso no quita que piense, como realmente cree, que el futuro del socialismo is over.

 

Lifschitz cree que la tensión, real y manifiesta, la genera solo el intendente. Construye un escenario de pelea que tiene un solo actor, suele plantear el exgobernador. Más reservado y tiempista, el socialista deja pasar la ola y espera que toda la revuelta que lanzó la UCR decante. Pero tiene en su vínculo con Javkin la pieza que encastra en todo el rompecabezas.

 

La relación de ambos con Perotti también los define. Con un intendente necesariamente dependiente del gobierno provincial, el diputado se permite ir al enfrentamiento con el gobernador. Javkin, en cambio, solidificó su relación con el rafaelino y hay más que sintonía fina entre mandatario y jefe comunal. Es más, ambos comparten adversario político. Sí, Lifschitz.

 

De ese intríngulis depende, en gran medida, el frente opositor para las elecciones de 2021 y más allá. De los gestos y guiños entre dos. Una relación casi de diván, con demanda de reconocimiento y supuesto ninguneo.

 

En la antesala del año electoral, se abre un sinfín de especulaciones sobre la conducta de ambos. La primera es mayúscula y determinante. ¿Lifschitz será candidato? Pero las dudas a zanjar son varias. ¿Jugará fuerte Javkin en la elección nacional? ¿O solo se concentrará en cuidar su pago chico en su primera legislativa local como Ejecutivo? Por su parte, el socialismo ¿querrá disputar el primer lugar de esa lista rosarina?

 

La mesa está servida y los dos comensales de peso tienen mucho que resolver.

 

El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, junto a Lisandro Enrico.
Germán Martínez. Jefe de bloque de Unión por la Patria en el Congreso y candidato a convencional constituyente en Santa Fe por el departamento Rosario. 

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