Amalia Granata avanzó casilleros en la política santafesina en su primer año como diputada provincial. Luego de sorprender y colocar seis legisladores con una lista de candidatos activistas contra el aborto, armó un monobloque y ahora es la figurita difícil que se disputan varios espacios políticos.
Sentada sobre un colchón de votos y con un discurso filoso que empieza a adoptar los gajes del oficio, concedió una entrevista a Letra P, en la que dejó señales de su futuro político. Afirmó que no se limita al pañuelo celeste y que pretende hacer carrera política. Por ahora, no define su candidatura para las legislativas, pero avisa que no le teme al Congreso.
BIO. 39 años. Modelo, periodista y panelista de televisión, se corrió de la farándula para encabezar la lista "Somos vida y familia" en Santa Fe, que se opone a la legalización del aborto. Obtuvo 288.000 votos que le permitieron ser electa junto a cinco legisladores como la tercera fuerza legislativa en la provincia.
-¿Cómo será la reconfiguración del espacio antiaborto luego de haberse sancionado la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE)?
-La lucha no ha terminado, vamos a apelar en el tema legal. Es inconstitucional, debería derogarse. Hay muchos abogados y agrupaciones abocados a eso que apoyamos.
-¿Hace autocrítica de sus intervenciones en la discusión del aborto que, por momentos, fueron violentas?
-Soy muy tajante con mis declaraciones en redes, pero porque es una convicción y no tengo grises. Hablo con la realidad que requiere. Entiendo que algunos términos fuertes que usé le suenen violentos o agresivos al otro bando, pero no fue mi intención.
-De bloque de seis diputados y diputadas tras una gran elección a monobloque. ¿Qué pasó? ¿Diferencias de agenda y liderazgo?
-Tuvo que ver con otros intereses. Entramos con una nueva propuesta y una nueva forma de hacer política, y ellos (NdR. bloque Somos Vida y Familia) terminaron siendo parte de la vieja política y de sus formas, a la cual no quiero pertenecer.
A días de ser electa, Mauricio Macri la convocó en un intento por sumarla al PRO
-¿Cómo se adaptó a la Legislatura?
-Me siento muy cómoda. Fue un año de aprendizaje porque me senté en la banca sin conocer el manejo y burocracia legislativos. Me concentré mucho, porque no es sencillo ocupar una banca, hablar en el recinto, defender los proyectos y votar en contra o a favor.
-¿Reniega de que la encasillen en la bandera "provida"?
-No reniego porque este año legislativo fue muy productivo. Ingresé 124 proyectos y la gente pudo ver, a través de las redes, que mi agenda legislativa es más amplia que las dos vidas. Trabajé en educación, adopción, adicciones, entre otros temas. Se fue yendo el prejuicio o encasillamiento.
-Y de parte de la dirigencia política, ¿notó prejuicios por ser una outsider y provenir del ambiente mediático? ¿La toman como parte?
-Cuando entré había un prejuicio; hoy no está más. A medida que pasaron los meses y vieron mi trabajo, la calidad de proyectos que presentamos y mi forma de manejarme, cambió. Me ayudaron mucho. Siento que empezaron a tratarme como par.
-¿La política es un ámbito que le interesa para continuar y hacer carrera?
-Sí, me veo y quiero hacer carrera. Uno hace proyecciones, pero depende de la gente. Después de un año, puedo decir que me encanta.
-¿Qué no le gusta del ambiente?
-La rosca. No me interesa participar de ese tipo de formas, porque, además, es muy dañino para la política cuando se empieza a conspirar.
-Sus 300 mil votos llaman a la rosca.
-Sí, lo tengo en claro. Entiendo lo que ven en mí y por qué me vienen a buscar. Pero una cosa es la rosca y otra es charlar con diferentes espacios. De hecho, tuve reuniones con muchos dirigentes. Eso lo veo sano para construir, para proyectar y trabajar en conjunto.
- ¿Le interesa ser candidata en 2021?
-No definí qué voy a hacer. Las charlas que tuve fueron en medio de la pandemia. Entiendo sus apuros, pero, la verdad, en ese momento no lo tenía como opción en la cabeza. Con todos los que me han llamado quedé de buena manera para hablar más cercano de las elecciones. He tenido buen diálogo hasta con el peronismo que no es afín al kirchnerismo. Con el oficialismo no hay manera de construir nada.
-¿En esa decisión, le pesa el cambio que supondría llegar al Congreso después de un solo año como legisladora provincial?
-La experiencia de este año fue muy enriquecedora. En cuanto a la exposición del Congreso, es lo que menos me preocupa porque estuve muchos años expuesta. No es algo que me dé temor el Congreso.
-El diputado radical Maximiliano Pullaro ha destacado abiertamente su labor, ¿hablaron pensando en un frente?
-Me ha ayudado este año y lo he consultado en algún tema. Hemos tenido charlas constructivas, no descarto nada, pero sólo ha sido un café.
-¿Cómo analiza el primer año de gobierno de Perotti?
-Es parte del kirchnerismo. En realidad, no se sabe bien qué es. Tampoco se sabe si empezó a gobernar. La gestión ha sido mala. Yo le doy importancia al trabajo en equipo y él no ha tenido eso. Es más, tuvo mala relación con los ministros y hasta se le fueron varios. Ha sido muy individualista.
-La dirigencia critica la gestión en Seguridad pero usted pidió directamente la renuncia del ministro Marcelo Sain...
-Primero ingresé un proyecto para que exponga su plan en la Legislatura y lo único que hizo fue ningunearme en Twitter. Tenía buena relación y he hablado algunas veces, pero eso no quita que pueda decir que su gestión es pésima. O hace mal su trabajo o directamente no hace. Tanto Perotti como el ministro brillan por su ausencia.