El senador bonaerense de Juntos por el Cambio y exintendente de General Alvear Alejandro Cellillo cree que el presidente Alberto Fernández cambió su postura dialoguista inicial por una más confrontativa, más cercana a su vicepresidenta Cristina Fernández. A entender del legislador, este viraje comunicacional del mandatario favorece a los sectores más duros de su propio espacio político.
En entrevista con Letra P, el dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) dijo que Mauricio Macri y Patricia Bullrich deberían estar sentados en una “mesa de discusión común” con el oficialismo, analiza la gestión del gobernador Axel Kicillof y reclama más recursos y autonomía para los municipios.
-¿Cómo analiza la gestión del gobernador Kicillof?
-Le costó ponerse a gobernar, se dedicó fundamentalmente a hablar, pese a que es un gobernador al que que le cuesta hablar tanto con la oposición como hacia adentro de su propio espacio. Veo que tiene problemas internos en las acciones de gobierno. Ahora está cerca de los gobiernos locales y los intendentes reconocen que han llegado ayudas económicas en este contexto tan grave. En materia sanitaria, veo falta de testeos; en parte es responsabilidad del gobierno nacional.
“El presidente Fernández se cristinizó y se vio forzado a quedar bien con el ala dura.”
-¿Se refiere a problemas de gestión en su gabinete?
-Debería haber mostrado más apertura en su propia coalición de gobierno. Los intendentes, los del interior, deberían haber tenido mayor representatividad. Es un gobernador que bajó de la Capital Federal con un cuerpo técnico en cada una de las áreas.
-¿Son suficientes los recursos que reciben los municipios por parte de la Provincia para enfrentar la pandemia? ¿Esa dependencia es utilizada por el Gobierno?
-Los municipios reciben muchas responsabilidades y pocos recursos. Hubo una transferencia progresiva de obligaciones y hoy es el intendente el que da la cara ante la sociedad; es quien tiene que responder por la inseguridad, mantener hospitales y ser sostén de los patrulleros sin recibir una compensación económica adecuada. Los intendentes necesitan más recursos y autonomía para manejarlos.
-¿Qué postura debería primar en Juntos por el Cambio, la del ala dialoguista o la del sector más duro?
-La oposición debería estar dispuesta al diálogo y el oficialismo, a escuchar. El ejercicio de la política sin diálogo se agota en sí mismo y es una forma de violencia. Los argentinos deben estar juntos. Macri y Bullrich deberían estar sentados en una mesa para la discusión común. Esos fueron los primeros pasos que propuso el Presidente. Tuvo un llamado amplio, pero después se fue cristinizando y su política se vio forzada a quedar bien con Cristina y la postura más dura.
-El sector más duro de la oposición parece sentirse más comódo en ese terreno…
-Sí. Ambos frentes tienen duros y blandos que responden a intereses electorales. Las medidas del gobierno nacional que no responden a la actitud dialoguista van a encontrarse con una postura dura también.
-¿Qué rol tendrá la UCR en el futuro?
-Vi al partido mejorar en su composición, renovarse y crecer. Y tiene derecho a crecer aún más dentro del esquema de Juntos por el Cambio. Hemos duplicado el número de intendentes, de legisladores y militantes y eso fue un renacer. Ahora estamos dentro del mismo espacio, a pesar de haber perdido la elección de 2019, y con una muy buena relación; tanto entre los intendentes como en la Legislatura, donde tenemos bloques únicos y eso funciona de manera armónica. Como el partido creció, va a querer tener más participación y protagonismo en el diseño de las políticas y en la autocrítica de los cuatro años de gobierno.
-Hubo diputados que rompieron el bloque y conformaron Cambio Federal.
-No comparto la actitud de abrir un bloque aparte el 11 de diciembre de 2019. No se habían producido choques internos que lo justificara. De todas maneras, algunos de esos dirigentes habían salido del partido, habían regresado y vuelto a salir, por lo que, después de nuestras elecciones internas, luego de depurar los padrones, debería haber una apertura.
-¿El próximo candidato a gobernador de JxC debe ser un intendente, como propuso un grupo de jefes comunales del PRO?
-Que los intendentes pretendan encabezar una fórmula responde a una modalidad política actual de mayor responsabilidad y protagonismo de los gobiernos locales. Creo que es prematuro hablar de elecciones en un momento tan acuciante en lo económico, social y sanitario. Pero bienvenido sea que haya gente dentro de Juntos por el Cambio que pretenda ser un nombre nuevo a gobernar la provincia de Buenos Aires.
-¿Qué problemáticas ve en la pospandemia?
-En el interior bonaerense, el principal problema es el económico. Por eso, vemos como principal preocupación la falta de trabajo, producto de la caída industrial y comercial luego de seis meses de aislamiento. Y también tenemos un año prácticamente perdido en la educación, pese al esfuerzo de los docentes, y un deterioro de la salud mental incipiente. Hay que ver qué queda de infraestructura en lo sanitario. Ha sufrido problemas crónicos a lo largo de los años. Hay que destacar la gestión de Vidal por las más de 50 guardias que se construyeron de cero en su gestión y han ayudado a contener la pandemia. Hay que invertir mucho en educación y salud; son las áreas que van a marcar el futuro, usando adecuadamente la tecnología y el conocimiento del desarrollo.
-¿El aislamiento tiene que ser más estricto o hay que flexibilizar?
-Hay que individualizar. En el conurbano, hay que mantener una actividad restringida, porque hay riesgo de desborde del sistema sanitario. Pero en el resto de la provincia se puede trabajar de manera más abierta. Hay que atender lo que dicen los intendentes, porque desde la Provincia han bajado protocolos rígidos y deberían haberse adaptado de mejor manera.