LA ECONOMÍA EN CUARENTENA

Deuda interna: familias y empresas enfrentan un nudo para el día después

Poner en marcha la rueda de la economía, como dice Alberto Fernández, supone reforzar un consumo débil. Para eso deberá asistir más a trabajadores y compañías.

El dinero no alcanza, ya sea por pérdida de trabajo como de caída de los ingresos reales, estacados mientras la inflación amenaza con volver a tomar carrera desde su elevada plataforma del 42,4% interanual de julio. Si se quiere encarar de una vez el esperado período pospandemia y maximizar la capacidad de rebote de la actividad, la lógica indica que sería necesario dinamizar el consumo, variable fundamental de la estructura económica argentina. Sin embargo, las empresas que deberían encarar la tarea enfrentan el mismo escollo que sus trabajadores: unas y otros arrastran pesadas deudas, producto de meses en los que, emergencia sanitaria mediante, el funcionamiento productivo ha sido cuando menos limitado y en ciertos casos casi nulo. Eso, el atraso de los salarios y el endeudamiento generalizado, es la gran traba para lo que viene.

 

 

Un informe reciente del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX) ilustra el primero de esos problemas. 

 

“La deuda familiar tuvo un fuerte salto en julio por la continuidad de la pandemia y el agravamiento de la situación económica para muchas familias, a pesar de relajarse la cuarentena. Por un lado, la deuda no bancaria creció 33% en el mes, empujada por mayor acumulación de compromisos sin pagar y más hogares debiendo después de una leve reducción en junio. Pero también creció 10% la deuda bancaria”, dijo.

 

“Así, en julio, 12 millones de hogares quedaron debiendo algo y la deuda total creció 16,3%. ¿La explicación? por los problemas de ingresos, el 64,6% de las familias no pudo cubrir sus gastos y un poco los recortó y otro se endeudó”, añadió. 

 

 

Fuente: CERX.

 

 

El estudio fue elaborado en base al entrecruzamiento de datos del Banco Central con una encuesta propia, realizada entre 6.810 hogares del 26 al 31 de julio.

 

El CERX habla de “deuda no bancaria” y “bancaria”. El stock de la primera es estimado en el estudio en $843.012 millones, 33% más que en junio, algo que afecta a unas 12 millones de familias, el 87,1% del total nacional. En tanto, la bancaria creció, de acuerdo con el Banco Central, 10%. 

 

 

Fuente: CERX.

 

 

En lo que respecta a la primera, “lo más frecuente en julio continuaron siendo los atrasos de impuestos, que acumularon deudas por $227.735 millones, 23,1% más que en junio. Las familias continuaron dejando de pagar impuestos como el inmobiliario, patentes y otros nacionales y municipales”. Con todo, la otra gran deuda que se acumuló es de servicios: el stock total alcanzó los $173.193 millones, 4,9% más que en junio, con una deuda promedio de $19.505 por familia (…) Cayó 13,2% la cantidad de hogares que van normalizando esa situación, especialmente en cable, Internet y celulares”, añadió. Por último, “las deudas con familiares y amigos, por $146.044 millones, crecieron 23,9% en el mes, no tanto por el mayor stock adeudado sino porque aumentó 15,9% la cantidad de hogares con ese tipo de deudas: en julio 2,9 millones de hogares mantenían esos pasivos por un monto promedio de $50.200 pesos promedio cada uno”.

 

Uno de los datos más preocupantes del trabajo de la consultora que dirige la economista Victoria Giarrizzo es que casi el 41% de los hogares cree que no podrá cancelar sus compromisos o no sabe cuándo podrá hacerlo. Además, “si se suma a aquellos hogares que creen que tardarán más de un año, 61,1% anticipa dificultades para cubrir esas deudas. Solo el 24,6% piensa que tardará menos de seis meses”.

 

 

Fuente: CERX.

 

 

La situación no es más alentadora desde el lado de las empresas, en particular las pequeñas y medianas, que afrontaron severos inconvenientes debido a las restricción sanitarias. 

 

Según una encuesta realizada en la segunda quincena del mes pasado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) entre más de 800 pymes de todo país, “a raíz de la pandemia, el 59,4% de las empresas encuestadas debió tomar nuevos créditos para poder sostenerse y los mismos representaron, en promedio, cerca del 28% de la facturación correspondiente a 2019”.

 

 

Fuente: CAME.

 

 

De acuerdo con el trabajo, “el 47,4% de las empresas se endeudó en el sistema no bancario, siendo esta la única vía de financiamiento para el 85,7% de este subconjunto de pymes. Por su parte, un 46,3% de las pequeñas y medianas empresas que incrementaron su deuda lo hizo a través de las líneas crediticias a tasa preferencial dispuestas por el Gobierno nacional, como los créditos al 24% y Pymes Plus. No obstante, casi el 13% de estas empresas debió complementar dichos fondos con fuentes de financiamiento adicionales”.

 

“Por otra parte, el 46% de las empresas indicó no estar en condiciones de hacer frente a las deudas contraídas en los plazos originalmente acordados. Incluso, alrededor del 62% de ellas estiman que, independientemente de las condiciones de acceso a los créditos que tomaron, les demandará más de un año poder desendeudarse”, explicó.

 

En relación con el problema de los ingresos insuficientes de los trabajadores, mencionado más arriba, CAME dijo que “el 72,6% de las pymes empleadoras encuestadas indicaron haber podido pagar en tiempo y forma los salarios correspondientes a junio y, entre estas, casi un 40% lo hizo con diferentes tipos de asistencias (Programa ATP, Línea al 24% u otras). Complementariamente, el 27,4% manifestó que le fue imposible hacer frente a dicha obligación (dentro de este subconjunto, el 79,3% manifiesta tener esta problemática desde la irrupción de la pandemia), mientras que un 28,6% aseguró que debió desvincular o suspender personal a raíz de la coyuntura”.

 

 

Fuente: CAME.

 

 

La coyuntura descripta por el trabajo es crítica: en la actual coyuntura, “el 47% de las empresas relevadas considera que no podrá sobrevivir más de tres meses y, de estas, hay un 4% que cree podrá sobrevivir menos de un mes. El 18,2% considera que podrá sobrevivir entre 3 y 6 meses, mientras que el 26,3% cree que podría sobrevivir más de 6 meses”.

 

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