Habilitada solo a partir de la fase 4 de cuarentena, la obra de construcción privada está paralizada desde el 20 de marzo pasado en el AMBA y el Gran La Plata. En ese contexto, la Asociación Pymes de la Construcción Provincia de Buenos Aires (Apymeco) le reclama al gobierno que encabeza Axel Kicillof el aval para comenzar a trabajar en la capital bonaerense y su región, a partir de la presentación de un protocolo sanitario que –afirman– fue aprobado por el Ministerio de Producción provincial pero que luego no prosperó “por decisión política” de la Gobernación.
Así lo expresó en diálogo con Letra P el presidente de Apymeco, Fernando Magno, quien sostuvo que la situación “es gravísima”. El dirigente pidió además la cancelación del pago de la deuda que el Estado bonaerense arrastra con varias empresas, fundamentalmente luego de las PASO del año pasado, momento en que la gestión de María Eugenia Vidal dejó de pagar los certificados de obra.
“Cinco meses sin trabajar para una empresa constructora es insostenible, no hay ahorro que lo soporte y las ayudas estatales son exiguas en cantidad y le llegan a muy poca gente, no más del 30% de las pymes han podido acceder”, graficó Magno, quien señaló que la entidad que representa hizo una propuesta a la Provincia de reinicio de tareas en forma progresiva y segmentada en el Gran La Plata, para trabajar inicialmente en obras de más de 500 metros cuadrados, con un protocolo y decreto que lo habilite en fase 3, instancia del ASPO que atraviesa el AMBA incluida la capital bonaerense. En el protocolo, se plantea que las empresas se hagan cargo del traslado del personal y eliminar la movilidad interregional.
“Lo estuvimos trabajando más de un mes con el Ministerio de Producción; lo estudiaron mucho, se hicieron las modificaciones y lo terminaron aprobando”, comentó el titular de Apymeco. Y detalló que, a posteriori, desde el área de Industria de la cartera comandada por Augusto Costa “avisaron que políticamente habían decidido no habilitar la construcción”.
“La decisión final es política y corresponde a la jefatura de Gabinete y la Gobernación”, completó el dirigente pyme, quien cuestionó que se considere la obra privada en bloque cuando, “en realidad, es profundamente distinto en metodología, formas y mecánica de trabajo hacer una vivienda de 50 metros cuadrados o un edificio de 5.000 metros cuadrados”.
Solo en La Plata, Apymeco contabiliza más de 250 edificios parados, de los que se calcula una contratación, solo de mano de obra directa, de alrededor de cinco mil personas, número que se multiplicaría por más de tres si se cuenta la mano de obra indirecta.
“Necesitamos trabajar, esto es desesperante”, ahondó Magno. Y enfatizó que, con los protocolos, “de ninguna manera hablamos de la irresponsabilidad de no cuidar la salud”. “Precisamente, la gravedad de esta situación es que está pasando de hecho”, alertó al dar cuenta de la ejecución de una gran cantidad de pequeñas obras en la capital bonaerense “que, en sumatoria, son grandes volúmenes. Provienen de viviendas familiares, refacciones, que deciden hacerla sin ningún tipo de protocolo ni regulación. Hay una desobediencia de hecho”, acusó.
Ante eso, insistió: “Queremos que la Provincia nos escuche, que adopte el protocolo que le dimos y que en su momento les pareció bien, y que en el próximo cambio de periodo, después del 17 de agosto, tomen la decisión de incorporar la construcción al menos parcialmente”.
DEUDA DE ARRASTRE. Por otro lado, Apymeco también está solicitando que el Ejecutivo cancele la deuda que arrastra con el sector y que data, fundamentalmente, de la gestión Vidal: “Después de las PASO, en septiembre se dejaron de pagar los certificados de obra. Hay gente que está desde esa época con la situación colgada”, expresó Magno.
Consultado sobre la posibilidad de que la Provincia aborde esos compromisos con la emisión de bonos, expresó: “Nadie quiere un bono pero la situación es tan crítica que es mejor que nada”.