Los días previos a las nuevas definiciones sobre la cuarentena en la zona metropolitana generan tensiones entre el Gobierno bonaerense y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En la Legislatura bonaerense también toman partido: mientras las y los legisladores de Juntos por el Cambio se pliegan a la propuesta porteña de una apertura escalonada, sus pares del Frente de Todos siguen los lineamientos de la administración provincial de restringir para frenar los contagios. En el medio, los bloques opositores más chicos en la Cámara de Diputados prefieren la cautela, aunque inclinan la balanza hacia un aislamiento menos rígido y vinculado a una estrategia de stop and go.
Su lógica está anclada en la crisis económica y social que –afirman– genera la cuarentena establecida para afrontar la pandemia. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) marcó al comienzo de las medidas restrictivas un freno abrupto de la economía, en sintonía con lo que también sucede en toda la región: una caída 26,4% anual, cifras incluso por debajo de lo registrado en diciembre de 2001 y enero de 2002, cuando el desplome fue de 15 y 16 por ciento anual.
“Estoy de acuerdo con la posición que se está adoptando de una apertura gradual. La gente no da más y eso se percibe en el humor social. Hay que apelar a la responsabilidad individual, con información, ya que todo este tiempo sirvió para aprender a cuidarnos, mantener la distancia social, el uso de tapabocas, la higiene de manos. Y así ir retomando las actividades”, dijo a Letra P el presidente del bloque 17 de Noviembre Mario Giacobbe, que comparte espacio con Fabio Britos.
La postura del oriundo de Berazategui, distrito límite del conurbano sur, da contexto a la reunión que mantienen el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador Axel Kicillof, este miércoles en La Plata. Entre ellos ya hubo intercambio de estadísticas de contagios, estudios al respecto y hasta recomendaciones de papers sobre cómo siguen otros países el tratamiento de la pandemia.
El diputado provincial de Cambio Federal Guillermo Bardón también cree que “hay que flexibilizar con la mirada puesta permanentemente en la evolución de la pandemia” porque “es importante para cuidar la salud de los bonaerenses y atender sus necesidades tanto económicas como psicológicas”. “No se puede pensar la cuarentena de una única manera. Claramente, las situaciones del interior de la provincia y el conurbano son diferentes. Y dentro del AMBA, la ciudad de La Plata también presenta una realidad distinta que la de algunos distritos como La Matanza, Avellaneda, Lanús o Quilmes”, ejemplificó el legislador por la Octava sección.
Por el contrario, el legislador del Frente de Izquierda Claudio Dellecarbonara rechazó la discusión que mantienen a ambos lados de la grieta. “No se puede plantear una respuesta a la crisis solamente a partir del nivel de apertura de cada fase”, indicó. Y analizó que tanto el larretismo como el kirchnerismo tienen posturas similares en algunas áreas. “Se han garantizado aperturas de actividades que no son esenciales. En la Ciudad sucedió con Felfort, donde se registraron más de 40 trabajadores contagiados en las últimas semanas, y en provincia pasó lo mismo con la ex Stani, que también fabrica golosinas”, alertó.
A cuatro días del vencimiento de la fase actual, todo el conurbano aún sigue en fase 3, donde sólo se permiten actividades esenciales y a los que se sumaron de manera gradual comercios de cercanía, agencias de juego oficiales, servicios inmobiliarios y de mudanza, atención de profesionales de la salud, peluquería y estética y otros rubros. Pese a ello, en las últimas 24 horas el Ministerio de Salud bonaerense reportó más de cuatro mil nuevos contagios, lo que al cierre de esta nota elevaba los casos confirmados a 102.395.