Siete meses después de su desembarco en la Casa Rosada, el Gobierno rompió con la hegemonía mediática de Alberto Fernández y empezó a darles aire y horas de vuelo a nuevos voceros. Con la pospandemia como principal faro y algunos conflictos políticos en la trastienda, el Presidente sacó a la cancha al gabinete para mostrar respuestas frente a la crisis.
Con aplomo, moderación y claridad en sus explicaciones, Cecilia Todesca se llevó elogios internos y externos de la gira mediática que comenzó hace menos de una semana. De perfil ultrabajo, la vicejefa de Gabinete habia dado contadas entrevistas desde diciembre, pese al lugar clave que ocupa en las decisiones que toma a diario la Casa Rosada. ¿Por qué, entonces, tardó tanto el Gobierno en ponerla en los medios?
Como publicó Letra P, después de varios meses de ejercer la vocería de su propio gobierno de manera casi exclusiva, el Presidente recién habilitó al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a iniciar una modesta ronda mediática a mediados de abril, ya con la cuarentena en curso y sin tormentas políticas fuertes en el horizonte.
Cafiero fue alternando anuncios de gestión con algunas respuestas a los debates que empezó a plantear la oposición, aunque las definiciones más fuertes quedaron siempre reservadas para el Presidente. En paralelo, los ministros dosificaron sus apariciones y las restringieron, con autorización previa expresa, a los anuncios y explicaciones sobre temas de gestión. Pero no se metieron en el barro de la política, por inhibición propia o por pedido, según el caso.
Fue el jefe de Gabinete quien le pidió hace poco más de veinte días al Presidente que empezara a darles aire a los ministros para diversificar las voces. El proceso se aceleró tras la "minicrisis" comunicacional que se desató tras los cruces con el ala dura de la oposición por las marchas anticuarentena, los cuestionamientos por Vicentín y las acusaciones por el crimen de Fabián Gutiérrez, el exsecretario de Cristina Fernández de Kirchner. Desde el seno del Frente de Todos y, más explícitamente, en la voz de Aníbal Fernández, surgieron los cuestionamiento por la soledad del Presidente a la hora de ponerle el cuerpo al debate político.
Con la convocatoria a los líderes parlamentarios opositores, el Gobierno le bajó los decibiles al debate con la oposición. Mientras tanto, Fernández empezó a conceder aire público a los ministros. Así, se planificó la salida de Todesca y se liberó a otros ministros que venían pidiendo lugar, como María Eugenia Bielsa.
Con la vicejefa de Gabinete a la cabeza, los referentes del área económica, cuyas definiciones generan más expectativas en la sociedad, aparecieron en el radar. El ministro de Economía, Martín Guzmán, se decidió a "empezar a ocupar más espacio" y levantó el perfil, con la idea de salir del monotema de la deuda y abrir el espectro hacia la economía real. En diálogo con C5N, Guzmán se animó, incluso, a pisar el terreno político para explicar las tensiones internas del Frente de Todos. "Finalmente, las cosas se definen con mucho pragmatismo", dijo el ministro de Economía.
Además de Guzmán, también aprovechó la apertura el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que se sumó a los ya activos por las funciones de sus carteras en la pandemia, como Ginés González García (Salud), y Daniel Arroyo (Desarrollo Social), o por perfil político propio, como Gabriel Katopodis o Agustín Rossi.
Pero la novedad de las últimas horas es la aparición mediática de una de las voceras técnicas y políticas más sólidas que tiene el Gobierno y que, hasta el momento, había mantenido un bajísimo perfil. Aprovechando el décimo aniversario de la sanción de la ley del matrimonio igualitario, la Casa Rosada sacó al ruedo a Vilma Ibarra, espada jurídica y una de las integrantes de la mesa chica del Presidente, que empezará a marcar la línea pública cuando la situación lo requiera.
Como Todesca, la secretaria de Legal y Técnica también cosecha elogios por ser didáctica, clara y moderada a la hora de clarificar conceptos. De larga trayectoria, Ibarra tiene, además, un plus en el ejercicio del debate político. Aunque es reticente al diálogo con los medios, el Presidente cuenta con ella como vocera clave cuando entiende, como ahora, que es tiempo de plantar banderas políticas.