Roberto Lavagna creyó que llegaba a un almuerzo con el Presidente en un lugar que había sido más discreto. Pero Olivos es hoy, cuarentena mmediante, la plaza más expuesta de la política. “¿Cómo puede ser que se haya filtrado tan rápido?”, le comentó a uno de los propios que le avisó con un mensaje que la prensa había detectado su ingreso a la Quinta Presidencial. El día que le tocó tampoco ayudó a preservar un encuentro que, de parte de ambos, pretendía más reserva: Alberto Fernández se vió con ceos, infectólogos y con el jefe de Gobierno porteño.
Había roto la cuarentena saliendo de su chacra en Cañuelas sólo por el pedido del mandatario de reunirse para charlar. La reunión se coordinó entre ellos semanas antes y ambos estuvieron de acuerdo en sumar al ministro de Economía, Martín Guzmán. Ese trío, según supo Letra P, se comunica casi todas las semanas al menos una vez. Fernández, inclusive, lo hace más asiduamente por teléfono. Lavagna, que logró colar en la estructura del Estado a muchos cuadros de su partido una vez consumada su derrota en las urnas en 2019, se mueve en el vínculo con el Presidente como un outsider, que toca sin embarrarse.
Hay algunas cosas que le traban el compromiso: algunas diferencias ideológicas con otros integrantes del Frente de Todos y su idea de retirarse de la política. De hecho, luego de tantas negativas de su parte, Fernández se cansó de pedirlo para presidir el Consejo Económico y Social y lo aceptó como una especie de ministro sin cartera.
Guzmán y Lavagna, también con mucho contacto.
Lo primero que dijo el Presidente cuando se sentó con los ceos fue que acababa de terminar un almuerzo con el exministro. Lo nombró, según los presentes, en más de diez ocasiones, por diferentes temas. Uno de ellos, la situación de las pymes, tratado a fondo en la comida entre ambos. Lavagna le recomendó a Fernández concentrarse en apalancar a esos sectores, que son los que mayor empleo generan y los que peor la están pasando. Es más, le dijo que el alcance de la asistencia debe ser mayor y que eso hará que la crisis tenga períodos de recuperación más cortos.
El ex ministro es más optimista que el jefe de Estado en la salida económica de la pandemia. Guzmán, de pocas palabras, tomó nota en su libreta de apuntes a los fines prácticos de edificar al otro ministro, el que empieza a salir a la calle y se acerca a la economía real.
“Lo que hablaron de la deuda fue mucho, pero nadie te lo va a contar”, dijeron a este portal de los dos lados de la reunión. Los conceptos, de todos modos, ya quedaron claros en palabras del propio Lavagna. Banca la oferta argentina, ve que un arreglo rápido es posible y, cada vez que puede, le hace aportes a Guzmán.