Más allá de la necesidad sanitaria, la esperada decisión del presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta de volver varios casilleros atrás en la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ante el aumento de los casos de nuevo coronavirus agravará el panorama económico del año. Si el impacto del confinamiento duro sobre el nivel de actividad se sintió sobre todo en abril, el retorno a una “fase uno plus” amenaza ahora con generar un freno similar, una recaída que, según analistas económicos consultados por Letra P, podría llevar la recesión del año del 10% previsto hasta ahora hasta un inquietante 13%.
El INDEC aportó el martes al pesimismo con su Informe de avance del nivel de actividad del primer trimestre, que mostró una caída interanual del producto bruto interno (PBI) del 5,4%, peor que la esperada, aun cuando la cuarentena se aplicó el 20 de marzo, con lo que solo influyó en los últimos diez días de ese período.
Fuente: INDEC.
Este miércoles llegó el turno del Fondo Monetario Internacional (FMI), que, a propósito de la evolución global del COVID-19, actualizó las proyecciones anuales que había difundido, justamente, en abril. El estudio lleva la caída esperada de la economía internacional del anterior 3% al 4,9% y señala que la Argentina sería uno de los países más castigados, con una recesión proyectada del 9,9%.
El dato mueve a la preocupación, además de la cifra en sí misma, por otros dos factores: primero, porque el Fondo ha corrido detrás de los acontecimientos en sus pronósticos desde el inicio del Gran Confinamiento; segundo, porque el cálculo es previo a la expectativa de un regreso más duro al aislamiento de la zona del país que da cuenta del 40% del PBI argentino.
El drama económico, sin embargo, es general. Países de porte diverso y estrategias diferentes en cuanto a cuarentenas registrarán en este 2020 un annus horribilis que empeorará la Gran Depresión de 1929. En efecto, el PBI de Estados Unidos retrocederá 8%, el de la eurozona 10,2%, el de Alemania 7,8%, el de Francia 12,5%, el del Reino Unido 12,2%, los de Italia y España 12,8% y el de Japón 5,8%. China zafará en soledad con un crecimiento del 1%, aunque dadas sus necesidades de creación anual de puestos de trabajo, algo clave para la contención de una sociedad de 1.400 millones de habitantes, esa expansión se parece demasiado a un desastre.
Así, resaltar los costos económicos del aislamiento social no implica poner en cuestión su necesidad para la preservación de la salud pública en toda la medida posible.
En ese sentido, el economista Gustavo Reija le dijo a Letra P que “el endurecimiento de las condiciones de la cuarentena que se anunciará en los próximos días significará, desde el punto de vista económico, un agravamiento de la caída de la actividad y un empeoramiento de los indicadores macro. El escenario volvería a asemejarse al de abril y el desmejoramiento de todos los indicadores mostrarían su costado más crítico”.
“Recordemos que en el primer cuatrimestre la industria acumuló una caída del 11,5% interanual y que todos los sectores continúan con niveles de actividad muy precarios a pesar de las habilitaciones parciales autorizadas. A este escenario habrá que sumar una aceleración del deterioro fiscal, que en los primeros cinco meses del año suma un déficit de casi 10.000 millones de dólares al tipo de cambio oficial”, explicó.
Si hasta ahora las proyecciones más pesimistas daban cuenta de una recesión del 10%, similar al 10,9% del fatídico 2002, las novedades que están por anunciarse empeoran los pronósticos.
“La profundización de la cuarentena empeoraría el escenario macro base del año, con una disminución del producto que podría oscilar entre el 10 y el 13% dependiendo de la extensión final de la cuarentena y con un déficit total que se ubicaría entre 8 y 9%”, dijo Reija.
Cabe recordar que el banco de inversión JP Morgan calculó que cada mes de confinamiento le cuesta a la economía nacional un piso de 2 puntos porcentuales.
Para el analista, en este marco, “resulta urgente cerrar la renegociación de la deuda y dar a conocer un plan económico integral que permita a los actores económicos visualizar un horizonte de salida, único modo de generar las esperanzas que permitan afrontar estos desafíos críticos”.