Hay cuestiones gestuales que dicen cosas en el marco de la relación que entabló el Gobierno con Vicentin, la empresa que está intervenida y a la que se le busca una salida. En la mesa de Olivos de la tarde de este jueves, hubo funcionarios que no participaron del anuncio de expropiación, algunos de los cuales prefieren una salida de mayor acuerdo y menos confrontación. A la izquierda de Alberto Fernández, se sentó Sergio Nardelli, el titular de la aceitera, y a su derecha, Vilma Ibarra. La presencia de la secretaria de Legal y Técnica es una señal concreta de una persona de extrema confianza del Presidente en un momento de una decisión compleja. Además, Ibarra es de la creen que hay otras salidas posibles.
El anuncio, sin Basterra y con la cristinista Fernández Sagasti.
Anabel Fernández Sagasti, la senadora por Mendoza que apareció en la foto del anuncio de la expropiación como una de las garantes de la idea inicial, no se sentó esta vez en Olivos. “Está en la sesión”, dijeron en su entorno, mientras se debatía en el recinto la Ley de Alquileres.
El miércoles, en despachos de la Casa Rosada se lamentaban de que el jefe de Estado no hubiese preparado mejor el escenario del anuncio de expropiación. Se cuestionó entonces la ausencia de Omar Perotti. El gobernador de Santa Fe, provincia que alberga a Vicentin, esta vez fue de la partida. Incluso, fue uno de los hombres que trabajó en el acercamiento de Fernández y Nardelli.
El otro “indultado” fue el ministro de Agricultura, Luis Basterra. Se había enterado del anuncio por la televisión, habiendo estado un rato antes en la Casa Rosada, pero esta vez volvió a participar de un tema que le atañe directamente. El que repitió fue el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Su rol es relevante en todo el proceso: es el padrino político de la intervención, uno de los hombres que, junto a Santiago Cafiero, acercaron a Gabriel Delgado.