Andrés “Cuervo” Larroque es el flamante ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires. Con invitados de todo el arco oficialista del Frente de Todos, el Salón Dorado de la Gobernación fue acaso una testeo de lo que será la nueva normalidad: se rompió el distanciamiento social, pero los y las presentes usaron barbijos y se saludaron con el codo. Larroque dijo que va “trabajar, trabajar y trabajar”, mientras que Kicillof contó que se inclinó por uno de los líderes de La Cámpora para “continuar” el trabajo que inició Fernanda Ravertapor su conocimiento en el territorio.
El Salón Dorado de Gobernación, colmado en distanciamiento (Foto: AGLP)
FE CON TODOS. En la primera fila se ubicaron el diputado nacional Máximo Kirchner, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa; el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Fernando Arroyo; y las intendentas Mayra Mendoza (Quilmes) y Mariel Fernández (Moreno). En segunda línea, más intendentes del conurbano: Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Fernando Espinoza (La Matanza). También los denominados curas villeros José María “Pepe” Di Paola y su par Nicolás Angelotti. Cómo contó Letra P, los representantes clericales villeros se han mostrado dialoguistas al gobierno en medio de esta pandemia, como un proceso de necesidad mutua. Di Paola realiza su trabajo territorial en La Cárcova de José León Suárez, en el distrito de San Martín. En tanto que Angelotti hace lo propio en barrios como Puerta de Hierrro y San Petesburgo, en La Matanza, territorios donde el aislamiento y el parate económico hacen que la presencia del Estado se intensifique.
El padre José María Pepe Di Paola (Foto: AGLP)
CÁMPORA. Además de intendentes del conurbano y curas villeros, también acompañó a Larroque buena parte de la dirigencia de La Cámpora, que hoy sobrepasaron un poco a la organización en sí pero que se forjaron en la militancia de la agrupación K. La senadora nacional mendocina Anabel Fernández Sagasti y la diputada provincial y hermana del flamante ministro Mariana Larroque. El Subsecretario de Asuntos Municipales, Santiago Révora. El senador bonaerense Facundo Ballesteros, el diputado provincial Ignacio Cote Rossi, el ex diputado nacional y actual secretario administrativo de la Cámara de Diputados, Rodrigo “Rodra” Rodríguez. Lucía Portos, Martín Alaniz y Lauro Grande también estuvieron allí.
Máximo Kirchner en foco. Adelante, Mariano Recalde (Foto: AGLP)
TRABAJAR POR TRES. Luego de jurar como ministro y frente a un colmado -dado el contexto de pandemia- Salón Dorado de la Gobernación, Larroque agradeció a los presentes y también a Cristina Fernández de Kirchner y al presidente Alberto Fernández. En línea con Francisco, el funcionario habló de la situación mundial del coronavirus. Remarcó que es un “tiempo de crisis existencial de la humanidad”, y que “la pandemia es un llamado a la reflexión profunda entre todos”. Contó que hay que apostar a la “solidaridad”, aunque a veces no sea lo que convenga para algunos sectores. “Desde este, lugar nuestra gestión se va a asentar sobre tres premisas. Trabajar, trabajar y trabajar. En este marco venimos a poner todos, un poco más”, cerró, y aparecieron los aplausos.
Magario, Kicillof y Larroque (Foto: AGLP)
UN GRITO DE CORAZÓN Y CON BARBIJOS. Una vez que Larroque cerró su discurso, en el que aclaró que “no es momento” de hacerlo épico, sino que hay pensar “en nuestro pueblo, nuestro barrio y el cuidado de nosotros mismos”, algunos presentes amagaron con cantar la marcha peronista. Se llegó hasta la estrofa “un grito de corazón”, y luego el cántico fue diluyéndose. Kicillof ya tenía el micrófono en su mano. De no haber sido por la pandemia, el aislamiento social y los cuidados preventivos del contagio, la liturgia hubiera dicho presente en todo su esplendor.