“En los hechos, somos un país unitario y necesitamos un sistema que distribuya sin discrecionalidad a cada uno lo que corresponda”, decía el presidente Alberto Fernández en el Salón Dorado de la Gobernación de la provincia de Buenos Aires. A su lado, el mandatario bonaerense, Axel Kicillof, asentía. Las palabras de Fernández cayeron muy bien en el Ejecutivo provincial, que, en medio de la pandemia por coronavirus, no olvida el pedido de más fondos hacia el gobierno central. Por ahora, no habrá avanzada formal, pero el exministro de Economía le pone números a sus aspiraciones: quiere recuperar de 6,5 puntos de coparticipación, con lo que la provincia quedaria rozando el 30% de la torta nacional.
Fernández sorprendió en su paso por la Casa de Gobierno bonaerense (la segunda en menos de dos meses) al plantear un discurso de redistribución de recursos federales, recordar la pérdida de coparticipación que acordara el exgobernador Alejandro Armendáriz con el entonces presidente Raúl Alfonsín y remarcar que “algún día tenemos que sentarnos todos nosotros (haciendo referencia a los intendentes) y los demás gobernadores para ver cómo hacemos para que la Argentina no sea un país riquísimo en el centro y pobrísimo en el norte y en el sur”.
La discusión no es nueva, pero la pandemia por el coronavirus la puso en pausa. Kicillof y hasta su antecesora, María Eugenia Vidal, la tenían en agenda. El actual gobernador reconoce el tema por su paso por el Ministerio de Economía de la Nación durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y en su primer discurso ante la Asamblea Legislativa expuso el tema recordó que la provincia de Buenos Aires aporta el 39% de los impuestos coparticipables pero recibe un 23% a la hora del reparto. Había apuntado contra la porción de la torta que recibe la Ciudad de Buenos Aires, comandada por Horacio Rodríguez Larreta: “Si se suman los presupuestos de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires, el total da 380 mil millones de pesos. La Ciudad de Buenos Aires cuenta con un presupuesto de 350 mil millones de pesos. Son tres millones de habitantes porteños y nosotros tenemos más de 17 millones”, decía. Hoy no confrontará con Larreta, pero la mirada es compartida, por ejemplo, con el presidente del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, Máximo Kirchner, quien cada vez que recorría el conurbano, antes de la pandemia, también ponía el acento en los presupuestos municipales en relación con el de la Capital Federal.
Son 6,5 puntos más de coparticipación lo que espera conseguir Kicillof para sumarlos a los 23 puntos que ya percibe. El cálculo es sencillo; la ejecución, casi imposible. Al tratarse de toda la masa de recursos que distribuye la Nación a las provincias, los estados provinciales son parte activa de la discusión. Para modificarse la ecuación, tiene que haber acuerdo global, hacerse por ley en el Congreso y rubricarse en cada una de las legislaturas.
La decisión deberá ser entonces de Fernández, en conjunto con Cristina y los acuerdos que deban (y quieran) tejer el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, y el jefe del bloque del FdT, Kirchner. El Presidente, como adelantó Letra P, tiene un plan.
Al inicio de su gestión, Kicillof había reunido a los diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires del FdT y les había detallado la endeble situación financiera de la Provincia. El gesto había sido bien tomado por los legisladores que viajaron a La Plata en aquel lejano mes de febrero. Allí, Massa había hablado de la dificultad financiera y desfavorable que atraviesa Buenos Aires.
Por lo pronto, en La Plata evalúan como una señal positiva la intención de la Nación de hacerse cargo de los subsidios al transporte y las tarifas que la gestión de Vidal aceptó absorver de parte de la administración Macri a cambio del descongelamiento del Fondo del Conurbano. El expresidente también había trazado el objetivo de desprenderse de los subsidios en pos de conseguir la reducción del déficit fiscal, tal como lo había recomendado el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con una recuperación del 6,5% de coparticipación, el Ejecutivo bonaerense podría recomponer el déficit corriente de 200 mil millones de pesos al año que la gestión de Kicillof sostiene que debe afrontar. Según le explicaron a Letra P fuentes del entorno del gobernador, no habrá un planteo formal. Por el contrario, hablan de un diálogo constante sobre las necesidades. Kicillof plantea y Fernández, en la medida que puede, resuelve.