Más de treinta empresarios de la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal) participaron de una reunión virtual por Zoom con el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. Antes de que el funcionario hablara de asistencia social y de la tarjeta Alimentar, el titular de la entidad, Daniel Funes de Rioja, editorializó: “Lo que más nos preocupa son los precios. Los valores Máximos no pueden seguir sin actualización”, dijo.
El mensaje fue extraño, no es ésa el área de Arroyo, pero demostró cuál es la pulseada que se viene entre los ceos de la producción de canasta básica y el Gobierno. Los ejecutivos quisieron marcar la cancha con su idea, a una semana de que se venza la segunda etapa de Precios Máximos, y justo cuando el Ministerio de Desarrollo Productivo y la Secretaría de Comercio piensan en renovarlo sin actualización o cambios muy mínimos.
No se lo dijeron, pero en la Copal hay un esquema de aumentos en discusión. En principio, piensan pulirlo para llegar a planteárselo esta semana al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, con quien tienen una reunión pendiente.
Kulfas y Español, los que definen si habrá aumentos.
Según supo Letra P, hubo varias negociaciones o mensajes que intentaron hacerles llegar a los funcionarios. El primero, hace unos días, una llamada directa de un socio de Copal que sugirió que “no estaría mal un alza del 5%”. Cuando tiraron ese número en la mesa, la mayoría de los sectores lo rechazaron por escaso. “Hay que mirar por rubros, hay algunos que precisan subas del 15%”, dicen. Algunos de los presentes intentaron mediar.
Ofrecieron que se hagan subas de un dígito según la necesidad de cada sector. Lo que aducen los empresarios es que las listas de precios actuales están al valor de noviembre de 2019, que hubo una devaluación del 14%, y que en enero se pagaron cuotas de la paritaria de alimentación. Con eso, sugiere que un 5% es poco y van por más.
En la última reunión que mantuvieron Kulfas y la secretaria de Comercio, Paula Español, con la Copal y los supermercados de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), les aclararon que la idea oficial era tratar los aumentos de costos por otras vías que no sean trasladar aumentos. Hablaron de créditos blandos, fomentos y facilidades, pero los sectores respondieron, sotto voce, con cambios en las condiciones comerciales, menos entregas de producto y subas disimuladas.